Antes de salir Oleg le proporcionó un elegante abrigo a Frida.-¿A dónde iremos? -cuestiona la chica, queriendo dejar a un lado toda la ansiedad que estaba sintiendo.
-A mi lugar especial para tratar con la gente sucia y mentirosa -Frida comienza a sentir pánico. Oleg es el tipo de personas que te trata con una actitud de genuino compañerismo, para enseguida borrar su sonrisa y con una señal pedir que te despellejen vivo. Frida desea regresar corriendo al castillo, no sabe en qué maldito momento accedió a seguir a Oleg, así que ella comienza a idear miles de formas en las que podría pedir piedad a ese príncipe, pero también intenta encontrar consuelo en el hecho de que ni Ivar, ni Hvitserk iban a presenciar lo que pasaría con ella.
-¿No puedo tener alguna otra pista? -cuestiona demasiado divertida y relajada.
-Prefiero que lo veas por ti misma, reina Frida. Por ahora olvidemos el tema. El invierno pronto terminará y mis planes por recuperar las tierras que me pertenecen continúan. Conozco a los vikingos, son fuertes y despiadados, pero pueden llegar a ser tontos, por eso la inteligencia es la verdadera vencedora en cualquier batalla, y Ivar lo sabe. Si Ivar The Boneless logró vencer al ejército del rey Harald unido con los otros hijos de Ragnar, imagina lo que sería capaz de lograr con todo mi ejercito -Frida sonríe, en realidad tiene más miedo del que sería capaz de mostrar, por eso prefiere caminar en silencio.
-Así que los planes de ir a Escandinavia siguen en pie. Esa noticia me alegra demasiado, y me gustaría que usted me permita acompañarlos en esa invasión -Frida necesita sacar información de lo que pasará en este preciso momento, no en el futuro, quiere encontrar una pizca sobre las intenciones del príncipe Oleg de alejarla de los únicos dos hombres que podrían dar la cara y el pecho por ella, ya que ese príncipe y sus guardias no le dan buena espina.
-¿Por qué querrías hacerlo? Ivar y Hvitserk tienen razones genuinas para atacar, tú no. Aunque estés enamorada de Hvitserk fuiste secuestrada por los Lothbrok, te trajeron a la fuerza -esa chica es demasiado astuta, por lo que puede leer entre líneas. Las palabras son soltadas con una intención, el príncipe Oleg nunca habría mencionado eso de Hvitserk si no le interesara.
-No estoy enamorada de Hvitserk, sólo disfruto mi libertad y lo utilizo para un poco de satisfacción -esto hace que Oleg la observe con una sonrisa llena de emoción, lujuria, deseo, diversión y fascinación-. En cuanto a mis razones para invadir Escandinavia en realidad no me interesa, sólo me importa estar del lado ganador. Ya se lo dije, mis deseos por vivir murieron en Inglaterra. Cuando Ivar me encontró si estaba haciendo guardias para el rey Björn, pero no era más que para ganarme la vida. Lo perdí todo, necesitaba comenzar de nuevo, y el destino, o Dios, me regresó a Kattegat de nuevo, tal vez lo hicieron para guiarme hasta acá. Probablemente mi destino era conocerlo príncipe Oleg, y si se me ha dado la oportunidad de estar aquí no la desaprovecharé.
-Eres asombrosa Frida, y no me queda duda de que Dios deseaba unirnos, y yo tampoco desaprovecharé esa oportunidad -esas palabras apaciguan un poco a Frida, parece ser que Oleg no tiene intenciones de asesinarla, así que sólo le sonríe y siguen su camino.
Al llegar, Frida pronto comprende que no es ella a quien pretenden castigar, pero al mismo tiempo no entiende la razón por la que ella ha sido llevada a ese lugar. Oleg se burla en voz alta al ver a aquel hombre casi vestido, atado a un árbol, en medio del nevado bosque. Apenas aquel anciano los ve comienza a llorar y a rezar en latín.
-Este sacerdote pidió verme ayer -comienza a explicar Oleg para Frida y para que aquel hombre también escuche. La chica nota que aquel tipo ha estado siendo torturado por todas las heridas visibles-. Me dijo que estaba cometiendo un terrible pecado al alojar en el castillo real a una pagana zorra, impúdica, prostituta, a una puta, y se refería a ti querida Frida. Lo que este sacerdote no sabía es que yo jamás aceptaré ofensas a las personas que aprecio, decirte eso fue como si estuviera ofendiendo a mi propia esposa, Katia. Pero no paró ahí, dijo que pronto enredarías al príncipe Igor, que te había visto coqueteando con él, y eso le iba a traer desgracias a todo Kiev. Decidí dejarlo, es un hombre de Dios, así que le advertí que sólo dejara de hablar de ti, pero yo no soy estúpido, y envié a mis hombres a espiarlo. Gran sorpresa me llevé cuando este devoto de Dios estaba espiándote mientras te duchabas, vaya contradicción de este sucio hombre, usando el nombre de Dios para cubrir su pecado. Después lo capturamos y admitió que había levantado falsos, todo lo dijo sólo para que yo te asesinara o me encargara de ti, alejándote de Kiev, porque él no es el único que ha tenido pensamientos impuros, al parecer eres demasiado popular entre los hijos de Dios, Frida.
La chica está asqueada, y sobre todo avergonzada, no sabía de qué se trataba todo eso. Sólo observa a ese pobre hombre atado ahí, suplicando por su vida.
-Le dije que eres vikinga, y los vikingos son expertos con el hacha -un hombre detrás de Frida se acerca para proporcionarle esa arma, ella ahora está escandalizada frente a esa enorme sonrisa que sostiene el príncipe Oleg-. Le he hablado de tu famoso castigo a los hombres sucios y pervertidos, y esta vez quiero presenciarlo Frida, deseo que me complazcas con esa acción. Tienes libertad creativa, este es tu lienzo y te suplico que plasmes tu sublime arte en él.
A pesar de esa petición que Frida considera cruel y despiadada por la forma en que Oleg lo implora, ella no tiembla, guarda todas las náuseas que siente y comienza a acercarse firme a ese hombre, quien ruega y suplica a Frida. Oleg está demasiado emocionado, casi extasiado.
La chica baja esos pantalones, y no duda en dar un primer golpe ahí. Si bien el tamaño del arma no cumple con su propósito, logra hacer algo peor, y fue el partir esos genitales.
-¡Bruja! ¡Zorra! ¡Prostituta! -comienza a gritar ese sacerdote cristiano apenas recupera las fuerzas para hacerlo.
Frida se siente asqueada porque ese es un acto que no ha nacido de ella, del que ni siquiera puede saber si Oleg dice la verdad o miente sólo para satisfacer su retorcida mente. Pero un impulso la lleva a volver a atacar a ese hombre, esta vez cortando uno de sus brazos, y así sigue con cada una de sus extremidades, hasta concluir con la cabeza. Cuando termina ella está en trance, y sólo puede despertar cuando Oleg se acerca para tomar el hacha y retirarla de sus manos, mientras ríe y admiraba ese cadáver destrozado.
-Eres una leyenda Frida, eres mejor de lo que las personas podrían contar, eres lo mejor que pudo pasarme.
Ella no lo sabe, pero Oleg está excitado sexualmente por ver esa cara salpicada en sangre, sus deseos por poseerla ya no pueden seguir siendo ocultados, desea tirar a Frida al suelo, arrancar ese vestido y finalmente poseerla. Ella no puede decir mucho, su cara pálida habla más que la falsa expresión de satisfacción que se esfuerza por sostener en su rostro. Al menos Frida está a salvo en medio de ese bosque, sola con el príncipe Oleg y sus tres guardias ¿no?
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FRIDA [Parte II] (Ivar The Boneless)
FanfictionLargos caminos de miseria y sufrimiento. Sin embargo, aunque todos hubieran sido claros, tal vez no habría diferencia. Si los dioses no lo hubieran querido, jamás nos habrían reunido. ¿Acaso los dioses gozan con ver nuestra angustia al borde del a...