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No era mucho tiempo desde que Jeon Jungkook había decidido abrir su pequeña floristería, aunque a lo tonto, habían pasado siete meses hasta hacerlo realidad y un año y medio de ser solo un pensamiento. Sin embargo, a penas ayer había sido la pequeña fiesta de inauguración y hoy ya era su primera día como emprendedor.

—¿Listo para el gran día? —Pregunta Seokjin.

Un asentimiento poco entusiasta sale del protagonista que está con el estómago cerrado, mirando el huevo revuelto que ha hecho Seokjin, que un principio iba a ser una tortilla.

—¡Ya! , se que no cocino bien pero no pongas cara de culo y comete todo.—Dice señalándole. —Le puse esmero.

—Y también mucha sal.—Dice Jungkook.

Seokjin le da un tope en la nuca y lo mira.

—Siento mucho no quedarme en la mañana para estar contigo en la tienda. De verdad.

—Lo sé. Venga, ve...tu clase te espera, Hyung.

Seokjin sonríe y toma el termo que su amigo le ha preparado antes.

—Me voy primero. ¡Suerte Jungkook-ah!. Hemos pasado el servicio militar, ya nada puede ser peor. ¡Fighting!

Jungkook suelta un suspiro que se lleva con él la frustración y asiente para si mismo.

Tiene razón.

Al llegar al lugar, ve un arreglo de flores con unas cintas 'Para mi novio que es bonito como una flor -Yeeun'.

—Ella, de verdad lo hizo...—Se ríe y admira las flores.—Al menos eligió las más bonitas.

—¡Booo!—Una voz dulzona y unos brazos apretando su cintura.—Hola no novio.

—Hola, no novia. ¿Qué haces aquí?

—Pues venir a verte antes de entrar al hospital. Hoy tengo dos cirugías que hacer y no podré venir a verte porque tengo la semana complicada.—Dice Yeeun.

Su historia con aquella joven había surgido gracias a Seokjin. Ella era la propietaria de la casa en la que vivían alquilando en Seúl, era mayor que Jungkook y menor que Seokjin, pero se llevan bien.

Puesto que sus padres le habían insistido en empezar a organizarla citas, la chica había usado a Jungkook para decir que eran pareja y así dejaran de intentar emparejarla con hombres que no eran de su gusto.

Por supuesto, Jungkook tampoco entraba en su radar, por el bien de su amistad. De otra forma, el florista no hubiera aceptado.

—Gracias Noona.—Dice mientras se quita las manos de la chica encima para abrir la puerta y desactivar la alarma.

—¿Estas listo para atender a una oleada de clientes?—Dice emocionada mirando al chico sacar as cubetas de flores a la puerta y poner el cartel de 'abierto'.

—¿Crees qué venga alguien?

—Claro, tonto. Para tu suerte, eres un poco lindo.

El chico sonríe con una mueca y acerca a su amiga a la puerta.

—Vete a tu trabajo.—Dice y toma una pequeña rosa amarilla. —¡Vamos! ¡Ve a salvar vidas!—La chica huele la rosa y le guiña el ojo antes de salir dando brincos.

—¡Fighting Jungkookie!

Jungkook la ve alejarse y girar con la flor en las manos y sonríe para si mismo para regresar al interior y poner algo de música en lo que se coloca el delantal y deja sus cosas en la pequeña sala-oficina.

Flor Prohibida | Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora