Jungkook y Yoongi regresaban de nuevo al distrito. Tomaron caminos distintos, y desde fuera no parecía nada más que cualquier interacción fría con cualquier otro novato.
Yoongi ve brevemente a Jungkook irse para la zona de entrenamiento, momento en el que aprovecha para fumarse un cigarro mientras se dirige a la puerta de su casa.
Afuera nota que hay un coche, uno que le suena pero no reconoce a la perfección. También está el coche de Hoseok.
Algo que le parecería conveniente de no ser porque Jimin vive en la misma casa y Yoongi no se esta fiando al cien por cien de su mejor amigo por sus recientes actitudes.
Entra a su casa y avanza, mientras llama a Hoseok pero este no responde, por lo que enseguida Yoongi sube escaleras arriba a ver a Jimin, caminando enseguida a su habitación.
Abre la puerta sin avisar, porque nunca lo hace. Yoongi no tiene ese tipo de educación.
Mierda.
El amigo de su pareja y Hoseok están dormidos en su cama. En la que han compartido juntos este tiempo.
La habitación huele a sexo, sudor y lubricante. La ropa está en el suelo, hay condones usados lo que le parece sorprendente teniendo en cuenta que sabe que su amigo no se cuida en ese aspecto.
Hoseok, que fingía dormir, bosteza exageradamente mientras pasa su mano por encima de Jimin para atraerlo a su cuerpo consiguiendo que la sabana se suba revelando la desnudez del contrario.
Yoongi no es indiferente, no puede serlo cuando ve como la marca de manos en el trasero del chico se muestra así ante sus ojos.
Bosteza, exageradamente y Yoongi solo sabe que todo esta hecho adrede.
—Eres un animal. Sal ahora mismo de aquí.
—Shhh despertarás a esta Regaliz...
—¡Me importa una mierda! —Grita y Jimin se sobresalta abriendo los ojos de golpe y quedando pálido al ver a Yoongi desde la puerta con un cigarro en los dedos, el pelo para atrás.
Se cubre como puede y Hoseok se levanta de la cama mostrando su desnudez. Yoongi lo mira escuetamente y se da cuenta de que tiene una marca con la firma-símbolo de su padre.
Justo, en el hueso de su cadera, tiene cicatrices de quemaduras que sabe que el nunca ha tenido en el torso.
Jimin había llorado cuando lo vio, en su momento, aunque Hoseok ignoró eso completamente y dejó de lado el sentimentalismo.
Con vacilación, Hoseok extiende su mano al cigarro de la boca de Yoongi y da una calada para echar el humo en su cara.
Yoongi está a punto de reaccionar y Jimin se da cuenta, así que enseguida sale corriendo para detener al pálido.
—Tu novio te debe tener encantado eh, se porta muy bien. —Guiña a Jimin y Yoongi va a ir a por su cuello, de hecho, incluso consigue apretarlo.
Jimin, tira del agarre para poder quitarlo de encima de Hoseok, pero no parece funcionar.
—¡Basta ya, joder! —Dice Jimin dando un golpe sobre el agarre consiguiendo zafarse.—Sal Jay...
De mala gana se pone los pantalones, sin ropa interior, toma su camisa corta y la deja abierta , todo con el cigarro en la boca.
—Que sea la última vez que me haces esto.—Dice señalándose la huella de la garganta. —No entiendo porque te enojas ¿no fuiste a que te folle tu Florista?
Yoongi va a lanzar un puñetazo cuando Jimin se cuelga en su brazo para impedirle la acción.
Entonces, Hoseok, apaga el cigarro en el abrigo de Yoongi.
—La próxima vez será en tu puta cara.
Mientras con la mano libre toma del pelo de Jimin, que sigue deteniendo a Yoongi, estira su cabeza hacía atrás y lo besa de forma tosca en los labios.
—¡Ya! Hoseok. Debemos hablar.—Yoongi lo sigue escaleras abajo mientras Jimin busca rápido su ropa para ir tras ellos.
Hoseok está enfadado, demasiado furioso, cuando al salir se encuentra con un grupo de jóvenes que están de camino al entrenamiento.
—Sunbaenim , hoy toca hacer sparring. ¿Vendrá? Va a ser pelea callejera, vamos contra Gusano. Dicen que se esta arrimando a Agust para sacarle cosas. —Les han visto juntos esta mañana...
—¡Hoseok! —Grita Yoongi. —No he terminado de hablar contigo!
—Solo ignórenlo. —Dice Hoseok mientras abrocha sus botones, pues los jovenes empiezan a balbucear sobre su aspecto.
No se sabe en que momento, quién es el primero que lanza el puñetazo una vez Yoongi lo agarra , pero empiezan a golpearse y ambos despotrican en clave sobre sus acciones, mientras los novatos no los detienen.
Poco a poco se forma un corro alrededor y la gente del interior de la sala de entrenamiento se deja influir por el ruido y salen como ratas.
En ese momento, Jungkook estaba entrenando con un saco de boxeo junto a Jackson, cuando ambos ven a todo el flujo de gente salir.
—Vamos, vengan a ver. Agust y Jay están peleando.—Dice un joven al resto de personas que quedan dentro.
Jungkook sale corriendo y cuando lo ve, Hoseok esta encima de Yoongi en el suelo, dándole múltiples puñetazos en la cara a tal punto que tiene los nudillos rojos por los golpes y la sangre que empieza a brotar.
El joven se mete enseguida apartando a Hoseok a pesar que el corro de personas abuchea la acción. Por qué esta claro que toda esa muchedumbre no quiere a Yoongi ahí por sus comportamientos del pasado.
En tanto, nadie nota que el Señor Min está viendo todo desde el coche que acaba de llegar al lugar.
Mira desde la ventanilla con una sonrisa extendiéndose en su boca cuando ve que Jungkook levanta a su hijo del suelo y se le ve corriendo hasta la zona de primeros auxilios que tienen a un lado en la zona de entrenamiento.
—¿Por qué alguien que a penas conocemos haría eso por Yoongi? —Dice el señor Min de forma retórica y burlona dirigiéndose a su chofer. —Podría ser porque de esa forma llega a mí...que es lo que dijo que quería. Pero, también podría ser porque que esos dos se conocen...¿no?
—¿Qué haremos con Hoseokie Hyung?—Dice el joven secretario que siempre va a su lado.
—Vamos a averiguar por qué se pegaban. Hoseok , antes, jamás hubiera tocado a mi hijo. Así que encárgate. Entérate por qué esos dos están así. Y da una lección al Gusano. ¡Vaya vergüenza! ¡Me avergüenza que haya tenido que ir a "salvar" al idiota de mi hijo!
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Flor Prohibida | Kookgi
FanfictionJeon Jungkook había abierto su pequeña floristería, expectante de tener sus primeros clientes, cuando un hombre, menudo y cubierto hasta el rostro, entró. Sin embargo, no podría imaginar incluso en ese momento en el que decidió hablarle, que aquel h...