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El señor Min observaba a Jimin, mientras el chico ayudaba a las niñas y las peinaba.

Apenas lo había derivado al sitio donde estaban las mujeres y niñas que servían en prostíbulos y garitos. En principio con la idea de ver que se hacía con el chico o que se podría sacar de él, no muy seguro de derivarlo a la zona de entrenamiento.

Jimin se acuclillaba frente una adolescente de no mas de 14 y le quitaba las lágrimas, empatizando con ella enseguida.

Eso le hizo apartar la mirada al señor Min, quién en ese momento fue interrumpido.

—Jefe, Agust está aquí. —Dice con una reverencia.—¿Le hacemos pasar?

—Sí. Que pase. —Dice mientras saca una pequeña daga que no supera el tamaño de su mano.

Jimin escucha la conversación y una de las mujeres adultas se lleva a las más jovenes a comer.

—¿Necesita ayuda señora J?

La señora niega con una pequeña sonrisa y es momento en el que el Señor Min llama la atención de Jimin.

—Ayuda a limpiar aquí. Yeonjun, encárgate de él.

Jimin sigue al menor a una especie de cuarto de limpieza y empiezan a tomar trapos, escobas, fregonas y todo lo necesario, pero cuando sale,  se sorprende al ver a Yoongi en el reflejo de un espejo que el Señor Min tiene detrás suyo, de tal forma que Jimin solo puede ver la espalda de Yoongi y las manos, donde le hace una señal rápida para que no se acerque.

El pelirosa esta limpiando y trata de no verlo, pero escucha los insultos.

Momento en el que el señor Min llama a Yeonjun, y otros chicos para que sujeten a Yoongi y lo arrodillen, entonces el señor se levanta de su sofa de cuero negro y toma la cabellera de Yoongi echándole la cabeza hacía atrás para luego darle un rodillazo en la cara. Para acto seguido acercarle la daga a la cicatriz del ojo y profundizar.

—¡Le dejará ciego, Señor Min!—Grita Yeonjun con desesperación soltando y cubriendo enseguida a Yoongi , ganándose ambos una patada del adulto quién guiado por la rabia y adrenalina busca el bate para golpearlos.

El resto de hombres se hace a un lado y es cuando Jimin corre para ayudarlos.

—¡Quítate Nenaza! —Dice el Señor Min.—O recibirás como ellos.

—¡Pues hágalo!

—No diga eso joven Jimin.—Dice Yeonjun en bajito.

—¿Das la vida por estos infelices que no conoces? —se ríe el Señor Min.

—Para mí toda vida tiene valor.—Los cubre con su cuerpo, sobre todo a Yoongi que esta sangrando mucho por la zona de la cicatriz.

—Tu mismo.—Dice el adulto pero Yoongi con fuerza le hace a un lado y se arrodilla a su padre.

—Lo siento padre.—Dice mientras hace reverencia y frota sus manos, y con su mejor voz implora su perdón para terminar apoyando la cabeza en los zapatos de su padre.

Jimin se queda estático al escucharlo, impactado por la revelación.

—Appa, perdón. Yo me arrepiento de todo. Perdóname, sabes que siempre he sido fiel. Soy un perro fiel, appa.

Su voz suena derrotada, el llanto y la sangre se juntan en su ojo.

—Llama para que lo curen.—Dice en voz ronca el padre Yoongi.

Yeonjun se pone de pie como puede para hacer caso, pero cuando el joven se levanta, el señor Min, saca de su cinturilla el arma y dispara al chico en la cabeza.

Flor Prohibida | Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora