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Alguien en quien confías hasta la saciedad es doloroso de perder. Y Jungkook, a pesar de lo que sus Hyungs le habían contado, aún, sentía ese pequeño pedacito de esperanza. Busca en su mente una justificación, algo que le diera la clave para perdonarlo.

Como fuera, el camino fue largo hasta llegar al que fue el departamento de Yoongi y bufó al encontrarse debajo de la cama en una mochila vieja, un arma.

La puso en su cinturilla y vio si tenía algo más pero no había nada.

Se puso una camiseta grande de las de Yoongi que estaba mal doblada en el armario y comenzó a escribir en una hoja por si le pasaba algo. Referencias y datos de Namjoon y el Señor Min. Todo lo que sabía como propiedades y direcciones. Doblo el papel y lo guardó en su bolsillo del pantalón.

Cuando salió del sitio, fue en coche hasta cerca del sitio video vigilado para la entrada de aquel distrito.

Mientras, Yoongi estaba drogado junto a Hoseok. Los dos estaban caminando en dirección a la sala silver. La de tortura.

—¿De verdad vas a hacer esto?—Dice Hoseok.

—Sí, no hay otra forma. Si termino con él, todo habrá acabado. Me ayudas trayendo sus cadenas y puedes ir a avisar a Dahni para que huya. Provoca lo que quieras, vuélvete loco, pero ponla a salvo. Ya sabes mis contraseñas para sacar dinero de la caja fuerte, ve lejos...mi coche está con gasolina.

—Volveré contigo, no podrás hacerlo solo.

—Quédate con ella, o te arrepentirás.

[...]

Jungkook llega y aparca, las calles están vacías cuando ve como Hoseok empuja a su hermana hasta el coche.

—Debemos irnos.—escucha decir y no le da tiempo a alcanzarlos porque Hoseok arranca el coche con rapidez.

Así que Jungkook va hasta el gimnasio a ver si encuentra a Yoongi. Pero no esta ahí.

Su siguiente camino es la zona de armas, donde debe ser cauto de no llamar la atención, pero afortunadamente solo hay un conserje.

Uno al que no duda en noquear para poder tomar las llaves de la sala de armas.

No puede hacer mucho con un cuchillo , machete y una pistola. Así que espera al menos tener un par mas de armas.

Sabe que las personas que vigilan las cámaras ya deben de haber notificado sus acciones así que sale de inmediato.

Piensa en ir a la casa de los Min pero tan pronto sale ve el coche del señor Min dirigirse a la sala silver.

Jungkook se mimetiza con el entorno escondiéndose en la capucha de su hoodie.

Mientras Yoongi está listo esperándolo con un cigarro en los labios.

Cuando llega, sonríe.

—¿Para que me mandaste llamar Yoongi?—Dice el Señor Min.—Ya puede ser importante.

Yoongi observa como su Mingyu está al lado del señor y otros dos hombres de seguridad.

—Vienes con él. Já. ¿Cómo no me sorprende? ¿Será tu sucesor?

—No empieces. Mejor dime que mierda haces aquí. Estábamos de camino a visitar un burdel para que tu hermano vea a unas jovencitas extranjeras que hemos conseguido.

—¿Íbamos a eso?—Dice Mingyu.

—No sé como no tienes vergüenza de tan siquiera seguir cerca de mi familia. Después de que después de todo, seas un hijo bastardo.—Dice Yoongi.—Pero ¿qué se puede esperar de alguien que comparte sangre con alguien que tortura a su propio hijo?
¿No, Señor Min Minjoon?

Flor Prohibida | Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora