30

530 81 9
                                    

La herida en el párpado de Yoongi lo tenía con el ojo hinchado. Habían sido varios puntos y ahora tenia vendado el ojo mientras cenaba con su padre.

—Bien, cuéntame. ¿Por qué mataste a dos de mis hombres y te fuiste de aquí?

—Sentí mucha ira y era como si no fuera yo. Me dio miedo tu posible reacción y huí. —Dice mientras termina de comer.

—No es típico en ti huir. Y sabemos que te he hecho cosas peores. Eres mi hijo, no te hubiera matado por matar a esos tipos. Sabes que no me importa mucho la vida de esos perros...

Yoongi se queda en silencio.

—¿Dónde esta Jay?

—Digamos que esta recibiendo una -muy merecida- reprimenda. Regresará firme de la sala de corrección.

—¿Y eso cuando será? ¿Cuando regresará?

—Tal vez...en un mes. Ya veremos. Por mientras, te encargarás de sus tareas. Los clubs, los pagos en el mercado y reclutamiento.

—De acuerdo.

—¿Así sin más? ¿No vas a rechistar por Hoseok?

—¿Serviría de algo que me arrastre para que lo dejes suelto?

—No.

—Me encargaré de lo que pides Padre. Pero no le hagas daño a Hoseok. Por favor.

El padre sonríe y asiente, para luego levantarse de la mesa y dejar solo a Yoongi.

—Encárgate de darle un lugar a la Nenaza Rosa. Que sirva en los clubs, o como prostituta, me importa poco. No lo mates, ni lo dejes libre. Me cae bien y lo quiero cerca. Tal vez...lo deje a algún socio para que lo estrene. Ya sabes.—Dice guiñándole .

—Appa...Una vez dijiste que te daba igual a quién metía en mi cama.

El señor se queda quieto y lo mira.

—Quiero a ese chico. Quiero que sea mío.

—¿Qué mierda dices Yoongi? Supe que estabas viéndote con chicos en tu huida. Pero no sabía que era por ese...¿por eso estaba esa noche en el club?¿Eres gay?

—No. Pero él me gusta.

–Ya veo. Todo este berrinche por un culo. Claro, tiene sentido. Por eso no regresabas a casa. Y por eso el chico no te quitaba la mirada hace rato. Esta bien, es tuyo. Pero igualmente búscale algo que hacer y que sea cauto. Yoongi, que ese tipo no de problemas porque te juro que me importara poco matarlo.

—Él hará lo que yo quiera. No te preocupes.

—Bien. Que se pase a tu habitación. Yo no estaré hoy así que podréis follar. Pero nada de mariconadas delante del resto de gente, no quiero que pierdas la seriedad que tenías. Y nada de ser igual de cursi que tu madre, eso déjalo para la intimidad. Da asco verlo desde fuera.

Flor Prohibida | Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora