Al salir, Jungkook ve a Jimin siendo acorralado por Jay a punto de besarlo.
—Vamos Jungkook. —Dice Jay mirándolo con burla—Tenemos que irnos. Adiós Regaliz negra.
—Honestamente te lo mereces...—Dice Jungkook palmeando el hombro de su amigo y subiéndose al coche.
Cuando Jungkook sube al coche, Hoseok todavía tiene la sonrisa en sus labios.
—¿Por qué regaliz negra?
—Ya no es mi algodón de azúcar rosado. No me gusta el pelo negro que lleva ahora, se ve ...
—Sexy. ¿Huh?—Dice Jungkook.
—Exactamente. ¿Y que tal te fue a ti?
—Digamos que se pensará dos veces antes de actuar.
Mientras, Yoongi esta aún estupefacto mientras Jimin habla.
—Le dijiste a Jungkook que nos besamos. ¿Eres idiota o que te pasa Hyung? ¿Quieres que nos odie?
—No es eso. Pero lo vi, estaba tan raro, sentía que debía decirle. No quiero que piense que me gustas. Quería aclarar que no eras mi tipo y que lo quiero solo a él.
—Auch. Es mutuo el sentimiento y me alegro que se lo dijeras. Pero, no quiero que me odie. Solo estamos actuando.
—Lo sé.
—Jay...fue un poco más directo. Y la tensión entre los dos era tan palpable. Me dijo que tendría sus ojos en mí y que iba a aprovechar su poder para ...vengarse de ti si me besabas de nuevo en su delante. Que por eso te dio aquella caja en tu cumpleaños...para que recuerdes que tu padre es ...
—Un monstruo. Ya...lo imaginaba.—Interrumpe Yoongi.
—Iba a besarme pero salió Jungkook y solo me tentó. Pero lo que más me confundió fue que Jungkook dijo que me lo merecía. Ahora, entiendo porque lo dijo...
—Supongo que no podemos quejarnos, pero tampoco es nuestra culpa.
[...]
—Entonces el maravilloso plan que se les ocurrió es entrar en esta mierda y ¿'rescatarnos'?.
—Dicho así, suena tonto.
—Es tonto, solo eres un florista.
—Serví a las Fuerzas Armadas en el ejército. Y no creo, sé, que puedo terminar con él.
—¿Él?
—El padre de Yoongi.
—Entonces, cuenta conmigo.
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Flor Prohibida | Kookgi
FanfictionJeon Jungkook había abierto su pequeña floristería, expectante de tener sus primeros clientes, cuando un hombre, menudo y cubierto hasta el rostro, entró. Sin embargo, no podría imaginar incluso en ese momento en el que decidió hablarle, que aquel h...