⌜Capítulo 11⌟

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•͟➳ Christopher



—Y todavía dices que no te gusta ese chico llamado Minho— dijo Félix tan pronto terminé de contarle todo lo que había vivido durante la comida en compañía del chico que considero mi enemigo hasta la muerte.

—No digas tonterías— le pedí.

—Sabes que no lo son— se rio —Chris, ¿por qué es tan difícil aceptar que sientes atracción hacia Minho?

—Eso no es verdad.

—Sí, claro. Repítetelo hasta que te lo creas.

—No te contaré nada...

—Tonterías— se rio —Recuerda que estaré muy feliz cuando confirmes que sientes atracción hacia ese chico. No cabe duda de que es todo lo que necesitas puesto a veces, sueles ser muy aburrido y tengo la certeza de que Minho, no dejará de traerte de cabeza.

Fruncí el ceño antes de admitir—: Lee Minho no es un chico con el que me gustaría compartir mi vida.

—¿Cómo le haces para decir tantas tonterías sin titubear? — se burló mientras se levantaba de la silla. —Amigo, me tengo que ir puesto que debo hacer algunas cosas. ¿Qué te parece si nos encontramos después?

—Me parece perfecto— dije tras ignorar deliberadamente su ofensa.

—Y recuerda, nunca digas que una persona no es la correcta a menos que ya lo hayas intentado— dijo con tono serio antes de salir de la oficina.

Sé que tiene razón, pero definitivamente, Lee Minho no es mi tipo y nunca lo será. Además, es bastante obvio el hecho de que ambos nos odiamos y detestamos hasta la muerte y así será hasta nuestros últimos días. Es imposible que de pronto, aparezca la atracción y el amor... ¡Eso es una completa tontería!

Dirigí la mirada hacia el escritorio e inesperadamente, recordé a cierto chico que me hace perder los estribos con tan solo mirarle. Me levanté de la silla, tomé el elegante frasco con pequeños brownies de chocolate y salí de la oficina con un objetivo en mente que debí de haber desechado tan pronto apareció, pero soy muy necio y necesito aventurarme para obtener respuestas claras y concisas antes de aceptar algo que es confuso para mí. Y sé que puedo lograrlo antes de que anuncien el nuevo gerente general.








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Me detuve frente a la puerta y me mentalicé para lo que pudiera suceder puesto que Lee Minho es bastante especial ya que no siempre te recibe de la misma manera; simple busca ser único en todo lo que hace, hasta en los insultos y las muecas que no dejan de sorprenderme día con día.

Anuncié mi llegada y después de escuchar «adelante» por parte del pelinaranja, entré a su oficina y evité soltar una risita burlona al encontrarme con su mirada cubierta de sorpresa puesto que he sido "educado".

—¿Qué pasa? ¿Viste un fantasma? — le pregunté mientras cerraba la puerta.

Minho rodó los ojos y bufó antes de responder—: Será mejor que no me quites mi valioso tiempo en tonterías. ¿Qué es lo que quieres, Bang?

—He venido a darte esto— le dije mientras señalaba el frasco.

Tomé asiento frente a él y coloqué el frasco que captó toda la atención de Minho y me fue inevitable sentir felicidad al ver sus ojitos brillar con deseo. Al parecer, la comida es bastante sagrada para él.

Minho tragó en seco e intentó no caer ante la tentación, pero al parecer, fue más fuerte el deseo de probar los deliciosos brownies que tiene frente a él, en lugar de mandarme directamente a la mierda como siempre suele hacerlo.

El pelinaranja no dijo nada, simplemente tomó el frasco, lo abrió y tomó un brownie para llevarlo directamente a su boca y cuando lo estaba masticando, pude presenciar en primera fila que le gusta demasiado comer todo aquello que tenga un sabor único para él. Minho disfrutó con tranquilidad el delicado, delicioso y magnifico sabor de los brownies que hace Félix y estúpidamente, me sentí feliz al verle disfrutarlos tanto.

—Al fin he encontrado la manera de mantenerte tranquilo— dije sin pensarlo dos veces.

Minho abrió los ojos y tan pronto se conectaron nuestras miradas, sentí un escalofrío recorrerme por completo pues su mirada no es una broma; sus ojos son bastante únicos y siempre refleja a la perfección lo que siente, piensa o desea. Y en estos momentos, tengo muy claro el hecho de que se encuentra muy feliz mientras saborea los brownies hechos por Félix.

—No digas estupideces, Bang— dijo con tono hosco mientras le ponía la tapa al frasco.

—¿Piensas devolvérmelos?

—¿Estás loco? Claro que no— se burló —Los guardaré para comerlos después. ¿Por qué te los devolvería?

—Eso me deja muy claro que te han gustado.

—Por supuesto— dijo sin pensarlo dos veces —Y lo puedo comer tranquilamente porque sé que no los has hecho tu.

—¿Cómo...?

—Tengo la certeza de que tú lo único que haces en la cocina, es incendiarla— se burló.

—Puedo hacer algo más que seguramente, te volverá loco y te encantará— dije con tono ronco que eliminó por completo la burla en el rostro del pelinaranja.

—Será mejor que te vayas. Tengo muchas cosas por hacer.

𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora