𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

⌜Capítulo 41⌟

•͟➳ Christopher

Ya transcurrió un mes entero desde mi llegada a mi hogar en el extranjero y no puedo dejar de sentirme bastante mal e incompleto pues tengo la sensación de que he dejado atrás algo que se convirtió en parte de mi vida sin siquiera haberlo planeado; sinceramente, espero que Minho este disfrutando al máximo la nueva oportunidad que le han brindado para demostrar la gran capacidad que tiene. Evidentemente, no me arrepiento de haberle cedido el puesto que yo iba a obtener porque tengo la certeza de que él lo merecía más que yo.

—Hyung, ¿podemos ir a comprar un helado?

Me giré hacia el chiquillo de cabello castaño y asentí con la cabeza a modo de respuesta por lo que ambos comenzamos a caminar hacia una heladería que se encuentra a unos pasos de un enorme parque.

Después de entrar al local, nos dirigimos hacia la barra e hicimos nuestro pedido y mientras esperábamos por él, tomamos asiento en una de las sillas que se encuentran en el exterior.

—¿Por qué estás triste, hyung? — me preguntó el chiquillo mostrando auténtica preocupación.

—Tengo demasiados pendientes en el trabajo— mentí.

—No creo que sea por eso...

—Eres bastante observador— bromeé.

El chiquillo mostró una radiante sonrisa antes de decir—: Lo sé, hyung.

—Su orden esta lista— dijo una chica mientras nos hacía entrega de nuestros respectivos helados.

Estaba tan concentrado en mi helado que había ignorado por completo a mi alrededor pues lo único que deseo es perderme en pensamientos que no tengan relación con cierta persona que logró volverme loco en diversos aspectos.

—Hola, ¿está ocupada está silla?

—No— respondí y después dirigí la mirada hacia la persona que ha irrumpido en mi tranquilidad y me fue imposible evitar que mi corazón comenzara a saltar a causa de la felicidad que siento recorrerme por completo.

Minho sonrió abiertamente y después dijo—: Te he estado buscando todo el día.

—¿Quién es el, hyung?

Y entonces, el peligris dirigió su mirada hacia el chiquillo y después me miró en espera de una respuesta satisfactoria.

—Jeongin, él es Minho. Minho, él es mi hermano Jeongin.

La expresión en el rostro del peligris cambió a una más agradable al escuchar que Jeongin es mi hermano y evité soltar una risita burlona.

—Es un placer conocerte, Jeongin— dijo Minho.

—El placer es mío, hyung. ¿Le gustaría sentarse aquí? Yo me tengo que ir.

—Gracias— dijo Minho mientras se sentaba —Eres bastante agradable, Jeongin.

—No es nada, hyung.

—¿Te vas? — le pregunté.

—Sí. ¡Nos vemos en casa, hyung! — exclamó antes de marcharse.

—¿Por qué no solo me llamaste? — le pregunté tan pronto nos quedamos a solas.

—Acaso, ¿no querías verme? Porque yo deseaba tanto verte— confesó sin despegar su brillante mirada de la mía.

—Minho...

—Lo siento mucho, Christopher— me interrumpió —No debí de haberte hablado de esa manera.

—No hay problema— aseguré —Solo dijiste lo que sentías y debo respetarlo.

—La cosa es que no quería decirte eso. Yo quería agradecerte, pero no supe cómo hacerlo a causa de que no estoy acostumbrado a tener otra persona a mi lado que no sea mi abuela. Fui un estúpido al reaccionar de esa manera.

—Minho, no pasa nada— le dije con tono suave —Ahora tienes que prometerme que disfrutarás tu nuevo puesto. Y no dudes en llamarme si tienes alguna duda.

—¿Eso es todo? — me preguntó.

—¿De qué hablas?

—Yo... — hizo una corta pausa antes de decir—: He venido hasta aquí y no es por cuestiones laborales o similar sino es porque realmente deseaba verte.

—Puedo llevarte a algunos lugares turísticos bastante agradables.

—Olvídalo— el peligris se levantó de la silla —Será mejor que me vaya. No debí de haber venido.

Minho comenzó a caminar hacia el parque y después de unos minutos, me levanté de la silla y caminé hacia él, lo tomé de la muñeca y lo giré hacía a mí para atraerlo a mis brazos; al tenerlo a escasos centímetros, acerqué su rostro al mío y lo besé. 

—Yo también te extrañé demasiado, conejito— admití al dejarle en libertad —Pero no quiero atarte a nada ahora que tienes el trabajo de tus sueños. Minho, me gustaría que disfrutaras al máximo está oportunidad por la que tanto has luchado.

—Tengo la certeza de que serias de mucho apoyo— admitió —Christopher, me gustas.

Santa mierda. Me siento jodidamente feliz en estos momentos y me es imposible evitar reflejarlo en mi rostro.

—¿Qué pasa? ¿Por qué te quedas en silencio?

—Minho, también me gustas y demasiado— confesé antes de besarle nuevamente, pero esta vez con ternura.

—¿Y no piensas pedirme que seamos algo más que enemigos? — me preguntó al dejarle en libertad.

Solté una risita antes de preguntarle—: ¿Cómo que tienes en mente?

El peligris me tomó de la mano y respondió tras encogerse de hombros—: No lo sé.

—Lee Minho, ¿te gustaría ser mi novio?

El antes mencionado, sonrió abiertamente y después asintió con la cabeza mientras respondía—: Sí, me gustaría.

Y cuando estaba a punto de besarlo, él colocó su dedo índice sobre mis labios y dijo con tono serio—: Quiero dejarte en claro el hecho de que me quedaré en tu departamento y no tienes otra opción más que mantenerme porque he renunciado.