𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

⌜Capítulo 16⌟

•͟➳ Christopher

Por supuesto que estoy disfrutando al máximo el momento y lo mejor de todo es el hecho de que Lee Minho no me ha maldecido ni mucho menos me ha intentado alejar de él, así que, voy a confiar en que también está disfrutando el momento. Evidentemente, me detendré sin pensarlo dos veces si él me lo pide porque no me gustaría forzar a nadie a tener un encuentro lleno de satisfacción, cardio y diversión.

Y sin pensarlo dos veces, me incliné nuevamente hacia él y lo besé de nuevo, está vez, Minho ha gemido en voz baja, inclinando su caderas hacía a mí para proceder a frotar su miembro necesitado contra la mía. Debo admitir que los sonidos de Minho me vuelven completamente loco. El simple hecho de tenerlo excitado y deseando por más, me hace sentir duro y listo para ir al siguiente nivel.

Liberé su boca, mordiendo besos a lo largo de su mandíbula y la garganta del pelinaranja, reduciendo la velocidad solo para presionar mis labios un poco más gentil en cada una de las enrojecidas marcas de los dedos que seguramente, se volverían moretones el día de mañana. Me eché hacia atrás y le ayudé a Minho a quitarse la camisa que estaba estorbando demasiado y entonces, pude maravillarme con el torso del pelinaranja que se encuentra bastante bien.

Minho no perdió más el tiempo pues decidió bajarme y quitarme los pantalones junto con mi ropa interior y después de haberlos lanzados hacia algún lugar de la habitación, tomó mi miembro con su mano, pasando el pulgar por la punta, usando el fluido para trabajarlo lentamente. Arqueé mi espalda al sentir los suaves labios de Minho en mi miembro.

Me incliné hacia delante cuando el pelinaranja dejó en libertad mi miembro y no dudé en colocar a Minho en una mejor posición para deleitarme por completo con su belleza que le cubre por completo por doquier.

Tomé los miembros de ambos y comencé a mastúrbanos al unísono, lo que generó que Minho se derritiera y comenzara a gemir a causa del placer. Envolví la mano de nuevo alrededor de la garganta de Minho y apreté sin ejercer demasiada fuerza mientras continuaba con mi otra mano la masturbación.

—Córrete para mí, Minho— le pedí con voz ronca.

El pelinaranja no dudó en correrse y lo hizo con fuerza, disparando sobre mi estómago y derramándose sobre mi puño. Y tan pronto me encontré con la mirada cubierta de placer y sus labios ligeramente abiertos, me corrí sin poder postergarlo un poco más; mi liberación fue directamente hacia el vientre de Minho y no dudé en tomar un poco con mi dedo índice para llevarlo a la boca del pelinaranja que no dudó en lamer el dedo hasta limpiarlo por completo.

El hecho de que sea tan jodidamente obediente en esta clase de momentos me hace sentir más caliente y atraído.

—¿No planeas ir a trabajar? — me preguntó Minho mientras se recostaba cómodamente en mi cama.

—¿Y qué hay de ti?

—Creo que me tomaré el día libre...

—¿En serio? — bufé.

—Por supuesto que no, idiota.

—Eres demasiado amoroso, eh— dije con sarcasmo mientras me ponía de pie.

—Ya lo sé.

—¿Quieres que te lleve...?

—No, puedo volver solo.

—Acaso, ¿no quieres que nos vean llegar juntos a la empresa? — le pregunté mientras elegía otra camisa pues la anterior, seguramente ha quedado hecha un desastre.

—Pensé que eso ya te había quedado muy claro— respondió tan pronto se levantó de la cama. —¿Me puedes prestar algo de ropa? No creo que andar desnudo en la calle sea una buena idea.

Me giré hacia Minho y sonreí de lado. —Evidentemente, no es una agradable idea que todos te vean desnudo.

—¿Por qué no?

Tomé a Minho de la cintura y lo atraje hacia a mi para dar inicio a un suave beso que se tornó apasionado en cuestión de segundos. No cabe duda de que el pelinaranja me hace sentir bastante atraído y tengo el deseo de hacerlo mío una y otra vez, pero sé que no puedo ir más allá de besos, toqueteos y quizá, una que otra masturbación.

—No me gustaría que otros vieran la delicia que eres, Lee Minho— dije con tono serio tan pronto lo dejé en libertad.

El pelinaranja simplemente rodó los ojos y después de darme una nalgada, se fue directamente a mi armario para ir en busca de ropa.

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—¿Nos vamos? — me preguntó Minho tan pronto salí de mi habitación.

—Pensé que ya te habías ido— admití mientras buscaba las llaves del auto.

—¿Buscas esto? — llevé la mirada hacia Minho y rodé los ojos. Caminé hasta él, tomé las llaves y señalé la puerta—: ¿Quieres que te acompañe hasta el autobús?

—Será mejor que lleves a la oficina porque soy demasiado perezoso como para tomar el autobús— admitió después de hacer un lindo puchero que me incitó a besarle la punta de la nariz y esto generó que Minho se mostrara sorprendido.

—Cada vez que hagas uso de mi auto, tendrás que darme un beso como pago— le dije antes de salir del departamento.