⌜Capítulo 13⌟

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•͟➳ Minho



—Considero que lo mejor es que te quedes en la habitación extra que tengo— dijo Bang tan pronto señaló una puerta al entrar a su lujoso departamento. No cabe duda de que el extranjero tiene demasiado dinero. —¿Tienes algún problema con ello?

—No lo tengo, siempre y cuando, no me cobres— admití mientras me quitaba el calzado para proceder a pasearme por todo el lugar. —¿Vives solo?

—A veces— respondió.

—¿A veces?

—Sí...

—¿Quién vive "a veces" aquí? — hice comillas en el aire para dar más énfasis.

—¿Por qué eres tan preguntón?

—Porque...— no dudé en ir directamente hacia la mesa del comedor puesto que he detectado panecillos de mora. Y sin pedir siquiera permiso, abrí la cajita trasparente y tomé un panecillo para llevarlo directamente a mi boca y me fue imposible evitar cerrar mis ojos y gemir al sentir el maravilloso sabor pasear por toda mi boca. De pronto, abrí mis ojos cuando terminé de tragar y me encontré con la mirada oscura de Christopher que me dejó inmóvil ya que, es bastante única y penetrante. —¿Qué pasa?

El pelinegro parpadeó un par de veces y tras tragar en seco, respondió—: No es nada.

—¿Quién hizo esto? ¡Es delicioso! — admití —No cabe duda de que me casaría con esa persona.

—Esa persona ya tiene alguien que le gusta.

—Eso es tan lamentable— suspiré con pesadez.

—Lee, ven acá que te llevaré a tu habitación.

Cerré la cajita y caminé detrás de Bang mientras hablaba—: Este lugar es bastante hermoso y lujoso por lo que supongo que el costo es demasiado elevado... ¡Ouch! — me quejé del dolor a causa de que me he golpeado en la cabeza con su espalda cuando el pelinegro detuvo abruptamente sus pasos.

—¿Podrías dejar de ser tan preguntón? — me preguntó tan pronto se giró hacia a mí.

—No te esponjes— le pedí. —Solo estaba haciéndote una simple pregunta. ¿Qué hay de malo con ello?

—Será mejor que te vayas a tu habitación— sentenció.

—¿Por qué? Eres bastante mal educado— me quejé. Y cuando estaba a punto de decir algo más, fui lanzado a la pared. Christopher acercó su rostro al mío y sin pensárselo dos veces, lamió desde mi barbilla hasta la punta de mi nariz y esa acción me hizo sentir demasiado sorprendido. —Yo... Tú... ¿Por qué...?

—Tú has probado mis panecillos sin pedirme permiso, así que, yo he hecho lo mismo contigo.

—Es un mundo de diferencia...

Y de nuevo, fui asaltado por los labios de Bang, pero está vez, ha ido directamente por mis labios para dar inicio a un beso que se volvió bastante apasionado. Y lo peor de todo es el hecho de que lo estoy disfrutando al máximo e inclusive, estoy siendo participe del momento sin poner ni un poquito de objeción.

—La combinación de tus labios con el sabor del panecillo es jodidamente única y no me cansaría de probarla a cada segundo— admitió el extranjero tan pronto me dejó en libertad.

—Me gustaría golpearte en el rostro ahora mismo, pero no puedo hacerlo porque no tengo otro lugar al cual pueda ir— confesé mientras lo alejaba de mí para dar inicio a mis pasos hacia la habitación que será mía durante esta madrugada.

—Estoy completamente seguro de que te ha gustado mi beso— dijo Bang con tono burlón mientras ingresaba junto conmigo a la habitación.

—No digas tonterías— le pedí.

—No lo son y ambos lo sabemos— dijo —Por cierto, puedes tomar cualquier camisa y pantalón.

—¿Son tuyos?

—¿Por qué? ¿Te vas a toquetear mientras los hueles?

Sin pensarlo dos veces, le propagué un golpe en el hombro que lo hizo soltar una risita a causa de mi falta de fuerza.

—Por supuesto que no, grandísimo idiota.

—Sí, son míos. Y sinceramente, deseo que puedas venirte de la mejor manera mientras piensas en mí— dijo con tono pícaro —Me gustaría más hacerte venir, pero me conformo con...

—¡Ya deja de decir estupideces, Christopher Bang! — le interrumpí.

No puedo creer que sea un completo descarado ya que siempre suele mostrar una aura de pureza cien por ciento real, pero veo que no es nada más que una fachada que ha creado a la perfección para ocultar su verdadero y perverso ser.

—Bien— murmuró —Te dejo para que puedas... ya sabes, descansar.

Tan pronto se fue, cerré la puerta y me dejé caer sobre la cómoda cama e inesperadamente, el aroma del extranjero me embriagó por completo. No cabe duda de que su aroma es bastante única y se hace notar en cualquier lugar.

Mierda, olvidé pedirle a Bang que no me volviera a besar. No, no me molestó ni mucho menos me pareció asqueroso, pero no deseo sentir algo más que odio por el chico que llegó a mi vida para arruinarla. Si tan solo no estuviera de por medio el puesto de gerente general, las cosas fueran tan diferentes.

𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora