- ¿Qué cuentan? - quise saber luego de sentarme en el sofá de un cuerpo frente a dónde sabía se sentaban mis amigos.
- Nosotros... prácticamente nada – dijo Diego con un suspiro. Bien sabía yo que estaba aburrido ante la perspectiva de soportar todas las burlar de los demás sin que estuviera yo para detenerlos.
- Mucho estudio, eso sí ¡No sabes de lo que te estás salvando! - exclamó Roy que, conociéndolo cómo lo conocía, era el que más deseaba estar haciendo cualquier otra cosa antes que estudiar. No era muy paciente cuándo los resultados no se daban de inmediato.
- Me lo imagino...- musité conteniendo una sonrisa al tratar de imaginar a Roy detrás de una pila de libros de medicina.
- Por eso...- empezó Diego un tanto enigmático -...Pensé en que merecía una fiesta de cumpleaños decente, tú sabes, para distraernos.
- Así que vinimos a invitarte - concluyó Niko, casi pensé que habían ensayado mucho tiempo decir aquello.
- ¿De verdad? - pregunté sorprendido.
- ¡Claro que sí, hermano! ¿Ó pensaste que te dejaríamos afuera? Tú necesitas divertirte tanto ó más que nosotros - dijo Roy cómo si fuera obvio.
Sentí un retortijón en el corazón y un deje de culpa – En realidad, sí pensé que me dejarían afuera - admití – Ya saben, por ésto de estar ciego...-
- No oímos eso ¿Ok? - dijo Diego ofendido. Hasta lograba imaginarme su rostro serio, con aquellas expresiones que le daban el aspecto de tener 50 años en lugar de 20.
- Perdonen - me excusé.
- No te preocupes – aligeró Niko. Sonreí.
- Vendremos por tí si quieres, no tenemos ningún problema. He de estrenar mi nuevo auto - dijo Roy con tono de suficiencia.
- Puedes invitar a quién quieras... para que la fiesta sea más variada - agregó Diego.
- Cómo por ejemplo... tu enfermero particular - Sugirió Roy, de seguro había guiñado el ojo... ¿tanto lo conocía? - ¿no está por aquí?
- No. Él dejó de trabajar aquí hace semanas, Roy - expliqué y por alguna razón no me gustó que Roy se sintiera con derecho de preguntar por él tan abiertamente – Pero supongo que puedo invitarlo - dije más para mí mismo.
- ¡Sí, invítalo! - Dijo Roy con una emoción que sentí excesiva para el nulo trato que mi ex enfermero y mi amigo habían tenido.
- Y dinos, Emilio ¿Cómo has estado? - preguntó Diego, quizás (y era lo más probable teniendo en cuenta lo perceptivo que era) había notado que los comentarios sobre Joaquín no me caían precisamente bien.
- Yo creo que tengo menos cosas que contar que ustedes, me temo - me lamenté. Nikolás suspiro.
Todos reímos.
Nuestro grupo de amigos era bastante extraño. Solía creer que estábamos tan unidos que padecíamos juntos idénticas situaciones amorosas, cómo las fichas de un domino alineadas de una manera que si caía una, también lo hacía la siguiente. Cuándo Ethan y yo habíamos terminado (la primera vez) fué casi inmediato cuándo Diego discutió con Niko y Roy... bueno, él siempre fué la excepción a la regla y no me sorprendía que llegara con una enorme sonrisa cuándo nosotros estábamos con caras largas, lamentando nuestra suerte y preguntando qué habíamos hecho mal. Él parecía siempre inmune a todo dolor. Así Diego, Niko y yo compartíamos nuestras rachas de amores y desamores.
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Luz De MediaNoche // Adaptación Emiliaco
FanfictionEmilio pierde la visión en un accidente automovilístico. Dispuesto a rendirse ante la oscuridad y todo lo que venga de ella, cae en una solitaria depresión. Pero hay alguien que no dejará que se hunda, alguien que estará cada día de su travesía con...