Luego de aquel sueño, hermoso y torturador cómo imposible, me costó una vida volver a dormir.
Estaba ansioso, la adrenalina corría por mis venas y no lograba olvidarme de la sensación de hormigas acampando en mi estómago de sólo imaginar que podría (con suerte) volver a escucharlo. De sólo recordar aquel perfume con el que me había deleitado por 2 maravillosos meses, mi corazón latía casi tan rápido cómo si supiera que él estaba frente a mí.
Esa mañana me desperté 10 minutos antes de que mi despertador sonara y los nervios seguían allí, cómo toda la noche, hasta el punto de que lograran que me quemara con el café cuándo me lo estaba sirviendo, de la misma forma que no me pasaba hacía semanas, desde que había perfeccionado mi manejo de la cocina.
Rebusqué en el botiquín que siempre tenía a mano y me formé una torpe vendaje alrededor de mi palma izquierda antes de continuar con mi desayuno, que dicho sea y de paso, no logré terminar, pues simplemente se me había cerrado el estómago después de darle un par de mordiscos a mi tostada.
Mi mamá me había regalado un reloj parlante unos días atrás por lo que sabía que eran las 9 de la mañana cuándo busqué mi bastón antes de partir, era el mismo que Joaquín me había regalado y que me había negado a reemplazar.
Andar por las calles de la CDMX me era muy sencillo ahora, lo único que representaba un poco más de dificultad era el echo de cruzar las calles cuyas esquinas no hubieran semáforos y dónde no había alguien que me ayudara a cruzar.
Ni modo, no podía depender de nadie. Aunque debía aceptar que me decepcionaba saber que las personas seguían tan encerradas en sí mismas que no podían ver la necesidad de algunos. Y no lo decía sólo por mí... me había dado cuenta desde antes de quedar ciego. La gente raras veces se prestaba a ayudar a cruzar la calle a un anciano ó ceder el asiento en los buses.
Era triste, pero real.
Caminé por las calles que había estudiado días antes sólo para saber dónde quedaba el hospital en caso de que lo necesitara, por las dudas, prestando la máxima atención con mis oídos.
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Luz De MediaNoche // Adaptación Emiliaco
FanfictionEmilio pierde la visión en un accidente automovilístico. Dispuesto a rendirse ante la oscuridad y todo lo que venga de ella, cae en una solitaria depresión. Pero hay alguien que no dejará que se hunda, alguien que estará cada día de su travesía con...