Capítulo 24

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El domingo al mediodía, el timbre sonó en casa de Carolyn. Ella fue algo extrañada a abrir, ya que todas sus hijas, familiares y amigos ya habían llegado y no esperaba más invitados ese día. Al abrir la puerta, se quedó impactada al ver a Addison y Derek.

—¡SORPRESA! —gritaron los dos al mismo tiempo, Derek tenía ambas manos apoyadas en el vientre de Addison.

—¡OH POR DIOS! ¡OH POR DIOS! —comenzó a llorar de emoción— ¡DIOS MÍO!

—¡Feliz cumpleaños, mamá!

—¡Derek! ¿Como me haces esto? Dios santo, me vas a matar de un infarto —intentó calmar su respiración, pero no podía.

—Mamá, por favor no te mueras ahora. Tienes que conocer a tu nuevo nieto —Derek se rió al ver la dramática reacción de Carolyn. No esperaba menos de ella.

—Oh, Dios mío... Addison... —dijo apoyando sus manos en su vientre.

—Hola, mamá —respondió ella, también estaba emocionada al ver a su suegra llorar de la misma manera que había llorado con sus otras hijas.

—No puedo creerlo, realmente me van a dar un nieto. ¿Estoy soñando acaso?

—Oh, no. Este bebé es muy real —dijo Derek y sacó un sobre del bolsillo de su abrigo—, mira.

Le entregó un par de ecografías impresas que se habían hecho la semana anterior. Ella las tomó aún con sus manos temblando.

—Oh, mi vida... es tan pequeñito —susurró sin poder dejar de sonreír.

—De hecho, es bastante grande. Tiene piernas y brazos largos como la madre.

—¿De cuántos meses estás, querida? —levantó la vista para mirar a Addison.

—19 semanas mañana, son casi cinco meses.

—¿Hace cinco meses que esta criatura está aquí con nosotros y recién ahora le comunican a su abuela de su existencia?

—Queríamos hacerlo de una manera especial, mamá. No me digas que no te sorprendiste.

—Bueno, de hecho si... —volvió a mirar la imagen en sus manos— oh, Derek, se parece a ti.

—¿Tu crees? Es el perfil de Addison ese.

—¿Por qué hay tanto griterío en el porche? —dijo Kathleen acercándose.

—Heyy, hola Kate —Derek le sonrió con una ecografía al lado de su rostro.

—¡NO PUEDE SER! —miró a Addison— ¡NO PUEDE SER!

—¿Que cosa no pue...¡ADDISON ESTAS EMBARAZADA! —gritó Liz apareciendo por detrás de su hermana.

Ambas corrieron hasta donde estaba ella y apoyaron sus manos en su pancita. Addison no podía evitar reírse y llorar al mismo tiempo. Nadie había reaccionado así al enterarse la noticia. Esa euforia y emoción era propia de los Shepherds.

—¿Cuándo se enteraron? —preguntó Liz.

—¿Cuántas semanas? —dijo Kathleen.

—Oh, tiene cinco meses ya... —dijo Nancy acercándose con una sonrisa victoriosa.

—¿Tu sabías de esto? —exclamó Liz.

—Oh, si. Hace un mes atrás vi con mis propios ojos a esta adorable pancita en Seattle. Que por cierto, ha duplicado su tamaño —sonrió.

—¿Viajaste a Seattle? —dijo Carolyn confundida. Nancy realmente no les había contado nada.

—¿Como se te ocurre guardarte esta noticia? ¿Ahora eres cómplice de los fugitivos? —cuestionó Liz.

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