Baby Steps

Capítulo 37

—Derek, te lo suplico. Échalas de aquí. Que se vuelvan a Nueva York, que se encarguen de sus hijos, que hagan algo productivo con sus vidas en vez de molestarme a mi.

—Amy, no puedo echarlas. Se irán antes de Año Nuevo.

—¡Que se vayan antes! Ya pasó Navidad, ya está. El evento familiar fue una mierda. Nadie quiere recordarlo. Que se vuelvan a sus respectivas casas.

Derek suspiró y estacionó su automóvil en el estacionamiento del hospital. Estaban por comenzar una nueva jornada de trabajo.

—Escucha, se irán mañana.

—¿Esto es en serio? ¿Te lo dijeron? ¿Por qué no se vuelven hoy? —dijo desabrochando su cinturón de seguridad.

—Porque tienen algo planeado para Addison.

—¿Algo para Addison?

—Ya entenderás.

❦

Después de despedir a Derek y Amelia, Addison se quedó despierta en el sofá del living, viendo una película navideña. Por unos días más las pasarían por todos los canales de televisión, así que aprovecharía a verlas.

Si ponía en una balanza los hechos que habían ocurrido en los últimos días, podría decir que las cosas buenas fueron más que las malas. Si, hubo discusiones familiares –escándalos familiares mejor dicho–, pero eso no era novedad. Siempre en la casa de los Shepherds había aunque sea una de estas peleas por evento navideño. Estadísticamente, era predecible que eso ocurriera.

Sin embargo... fue especial. Para Addison y Derek fue especial. Fue la primera Navidad en muchos años que realmente se sintió mágica, se sintió de ellos. Era su época. Siempre lo había sido, por más de que muchas veces lo hubieran olvidado.

Se preparó un chocolate caliente con malvaviscos y canela encima, se puso su pijama más calentito, y se recostó a mirar The Santa Clause 2, para estirar un poco más esta festividad.

Al cabo de unos minutos, sonó su teléfono móvil, tuvo que hacer un esfuerzo bastante grande para alcanzarlo. Las 37 semanas encima le habían limitado mucho sus movimientos.

—¿Miranda? —preguntó confundida al ver su nombre en la pantalla.

—Addison, hola —dijo con voz apurada.

—Hola... ¿todo bien? ¿Ocurrió algo?

—Escucha, sé que estás en tu baja por maternidad, no debería estar llamándote... de hecho no lo haría si no fuera estrictamente necesario, pero...

—¿Qué ocurre? —dijo con la voz más firme.

—Estoy aquí con Karev y me dice que hay una mujer de 33 años en la sala de emergencias, 29 semanas de embarazo, embarazo gemelar monocoriónico. Uno de los fetos ha dejado de desarrollarse y experimenta una pérdida progresiva del volumen de sangre y...

—¿Síndrome de transfusión de gemelo a gemelo?

—Me temo que si. El gemelo donante está muy comprometido. No tenemos cirujanos fetales, Richard no ha conseguido un reemplazo aún y... deberíamos trasladar a la paciente a Washington DC, si no y...

—Está bien. En media hora estoy por allá.

—Gracias, Addison. De verdad. Sé que no deberías trabajar en ese estado pero...

—No te preocupes, nos vemos en un rato.

Addison apagó el televisor, tomó el último sorbo de su chocolate caliente y caminó hasta su habitación para cambiarse de ropa. Sabía que cuando Derek la viera en el hospital se enfurecería, pero era un riesgo que tenía que correr. Sabía que Miranda no la hubiera llamado si realmente no hubiera sido una urgencia.