Baby Steps

Capítulo 22

Addison y Derek se terminaron de mudar esa semana al departamento. Quedaba a unas cuadras del hospital y estaba ubicado en una zona muy concurrida de Seattle.

Estaban en el octavo piso. Era un lugar muy espacioso. Contaba con tres habitaciones –el dormitorio principal, la habitación del bebé, y una que seguramente utilizarían para huéspedes o para guardar cosas.

Tenía una cocina muy luminosa, conectada a la sala de estar, dos baños –uno al lado de la sala y otro en la habitación matrimonial–, y un pequeño balcón al que Addison había decorado con algunas macetas de colores.

—Addie, ¿ya estas lista? —preguntó Derek entrando en la habitación. Tenían turno esa tarde con Sophia, era el control de la semana 18.

—Ya casi —dijo terminando de abrochar un collar en su cuello. Él se acercó y besó su mejilla, como siempre hacía.

—¿Lista para ver al bebé hermoso de papá y mamá? —apoyó una de sus manos en el vientre de ella.

—Vamos —tomó su bolso y ambos salieron hacia el consultorio de Sophia.

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—Bueno, pero que tenemos por aquí, cuánto ha crecido este bebé —dijo Sophia apenas aparecía la imagen en la ecografía.

Era la primera ecografía 5d que realizaban, y se podía ver todo con muchísima más definición que las anteriores. Era una aproximación mucho más real del feto.

—¿Se está chupando el dedo? —preguntó Derek al verlo.

—Si —sonrió Addison. Era algo común que hacían los fetos, pero verlo en su propio bebé era mucho más emocionante.

—Está flexionando sus piernas, que a decir verdad, son bastante largas —dijo Sophia midiendo con el cursor del mouse.

—Salió a la madre —sonrió Derek.

—Aproximadamente está midiendo 14 centímetros de largo y pesa 150 gramos, lo cual es muy buen peso y medida para las 18 semanas... —siguió moviendo el ecógrafo— Su corazón ya está dividido en cuatro cámaras y cuatro válvulas, y bombea sangre a un ritmo perfecto...

—¡Está pateando! —gritó Derek entusiasmado.

—Así es... ¿aún no lo has sentido, Addison?

—Todavía no... ya sabes, las primerizas tardamos un poco más en sentirlo...

—Pero mira como se mueve, parece que está pateando un balón. ¿De verdad no lo sientes, amor?

—No —se rió Addison.

—¿Todavía mantienen la decisión de no saber el sexo del bebé?

—Si — respondió Addison firmemente y volteó hacia otro lado cuando vio que Sophia se acercaba hacia las piernas del bebé.

—Bueno... no sé cuánto más podremos soportar sin saber... —dijo él.

—Derek, no mires —Addison le puso la mano en la cara y lo hizo girar la cabeza.

—¿Se ve qué es? —preguntó él tratando de sacarse la mano de Addison.

—Oh, si. Puedo ver perfectamente qué es, los genitales ya están formados —se rió Sophia.

—Ok, cambia de pantalla, ¡rápido! —exigió Addison comenzando a impacientarse. Ella obedeció.

—Acá podemos ver bien su carita...

Los dos volvieron a mirar hacia la pantalla.

—Es la nariz de Addison, claramente.

—Mira esas mejillas, me muero de amor... —sonrió Addison.