Capítulo 16

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Addison estaba en el baño de su oficina mirándose en el espejo. Aunque su pancita aún no era muy notoria, ella se sentía incómoda y quería ocultarla. Se colocó su bata médica encima de su atuendo y se giró hacia un lado y hacia el otro, inspeccionando su figura. A pesar de que sabía que la mayoría de la gente no se daría cuenta de su embarazo a simple vista, ella sentía que todo el mundo podía llegar a descubrir su secreto en cualquier momento y no estaba lista para eso.

Actualmente estaba por alcanzar las catorce semanas. Con Derek habían acordado decirlo esta semana o la próxima. Pero sabía que cuando eso ocurriera tendría todas las miradas de la gente puestas encima. Si bien nunca fue conocida por pasar desapercibida en ese hospital, ahora le aterraba. No era solamente de ella de quien iban a hablar sino de su bebé. Y no estaba lista aún para exponerlo a las críticas.

Suspiró mientras subía aún más su falda negra. Por suerte aún seguía cerrando el cierre. Ese color era el que había adoptado estas últimas semanas, era el que la ayudaba a disimular más sus nuevas curvas.

—¿No sería mas fácil conseguir una faja? —dijo Mark apareciendo por detrás. Ella dio un pequeño salto al verlo.

—Mark, me asustaste —respiró agitada.

—¿Que haces? ¿Por qué te escondes así?

—No estoy preparada para que el mundo se entere de que estoy embarazada.

—Bueno, tarde o temprano lo van a saber y no vas a poder seguir ocultándolo.

—Ya lo sé, pero mientras pueda mantenerlo en secreto, lo haré.

—Si sabes que algunos de los internos lo saben, ¿no?

—¿Los internos lo saben? ¿Karev dijo algo?

—Creo que escuché a Cristina y Meredith hablar de eso esta mañana.

—¿¿Meredith sabe??

—Al parecer...

—Cristina no quiere hijos —dijo Burke mientras tiraba su anzuelo al lago.

—Addison está embarazada.

—Lo sé, yo... Cristina me lo comentó. No quería decir nada hasta que tú lo mencionaras pero... eh, felicitaciones, Shepherd —le dio un fuerte apretón de manos y unas palmadas en la espalda.

—Gracias, Burke.

—¿Y como lo están llevando?

—Addison no quiere saber el sexo del bebé —dijo arrojando su caña de pescar nuevamente.

—¿No? ¿Por qué?

—Podría decirte que es por una ideología de género, una deconstrucción social o un movimiento feminista, pero me inclino más hacia la tortura psicológica hacia mi por acostarme con Meredith.

—Oh, ¿ella sigue enfadada contigo?

—No, bueno... no lo sé. Creo que no. Pero no se le va a olvidar tan fácil.

—¿Y que has estado haciendo para que te perdone?

—No sé, supongo que ser paciente con sus repentinos cambios de humor –que no son pocos–, llevarle cosas dulces, acompañarla todos los días hasta la puerta de su hotel y tratar de no ponerla nerviosa. Estoy respetando su decisión de mantener el embarazo en secreto por más de que quisiera decirle a mi familia, sobre todo a mi madre porque se volvería loca de felicidad con solo imaginarlo pero... nada. Estoy respetando lo que ella quiere.

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