Baby Steps

Capítulo 3

Addison y Derek no volvieron a mencionar la discusión en el pasillo de la semana pasada.

Ambos habían sido citados por separado por Richard, quien les había advertido que serían sancionados en el caso de que alguna escena similar a la que ocurrió se repetía en el hospital. Y ambos estuvieron de acuerdo en eso.

Después de ese día, la relación entre ellos dos había quedado tensa y la comunicación estaba acotada a lo mínimo esencial para convivir. Por lo que Addison no intentó decirle que estaba embarazada durante esos días.

Esta mañana había cumplido cinco semanas de gestación. Como buena obstetra que era, sabía que era necesario comenzar con la atención prenatal a partir de esta semana o la próxima. A este punto el flujo sanguíneo comenzaba a circular y el corazón del embrión ya empezaba a latir, algunos de sus órganos y sistema nervioso ya se estaban comenzando a formar y era necesario corroborar con una ecografía que todo estuviera desarrollándose correctamente.

La mayoría de sus pacientes asistían emocionadas a esa primera ecografía, y generalmente compartían ese sentimiento único con su pareja. Ella no quería ni tampoco sentía que fuera justo tener que hacerlo sola, por lo que decidió esperar a contarle a Derek para hacérsela.

Después de una larga jornada de trabajo, con tres cesáreas incluidas, se reunió con Bailey en la cocina para médicos para tomar un café, obviamente, descafeinado. Ya había renunciado a la cafeína y al alcohol desde el primer momento que supo que estaba embarazada.

—Estuve calculando mis días de ovulación, y mi fecha probable de parto va a ser a finales de enero. Voy a tener un bebé de invierno, ¿no es adorable? —dijo Addison llevándose un bocado de tarta de chocolate a la boca.

—Oh, pobrecito. La peor época para los bebés, Tuck se enfermó cuatro veces el invierno pasado y casi entro en desesperación. Es ridículo, soy médica, no debería preocuparme tanto una simple gripe, pero cuando es tu hijo... todo se vuelve diferente. Todo da más miedo, todo es más intenso... —dijo Bailey con una sonrisa en la cara. Era lindo tener a alguien con quien poder hablar de su hijo sin que se cansara.

—Mmm... sin dudas el primer mes no va a salir de casa, para evitar cualquier tipo de contagio. Esta tarta es demasiado buena, podría comerla todos los días de mi vida ¿donde la conseguiste?

—La madre de una paciente me la obsequió esta mañana después de haber retirado un tumor en el colon de su hija.

—Necesito conseguir su número telefónico para comprarle una de estas para tener en mi heladera —dijo con la boca llena.

—¿Ya comenzaste con los antojos? —se rió.

—No... bueno... no, técnicamente es muy temprano para eso, solo tengo 5 semanas, los síntomas significativos empiezan un poco más adelante.

—Con Tuck yo comencé con los antojos al momento de enterarme que estaba embarazada. Fueron las palomitas de maíz con caramelo y sal y los pepinillos en conserva. Los dos a la vez, lo sé, impensable comer esto ahora, pero en ese momento me parecía el manjar más rico del universo, ja.

—No es tan raro, de hecho tengo pacientes que hacen combinaciones aún más... peculiares. Sandia con mostaza, helado de chocolate con mayonesa de ajo, atún con frutas, papas fritas con mermelada...

—Ugh... Me lo puedo imaginar... oye, ¿ya le dijiste a tu marido?

—No... es solo que... no sé cómo hacerlo. No es que tenga miedo de hablar con él pero... no sé qué tipo de reacción va a tener. Casi no hemos hablado en varios días. Tengo que encontrar un día donde haya tenido una cirugía con éxito, o que no haya discutido con algún paciente o colega, o que simplemente esté de humor, porque con el carácter divino que tiene, es capaz de mandarme a la mierda con el bebé y todo. Además, quiero hacerlo de una forma especial, para que quede un recuerdo bonito de la ocasión. Estaba pensando en comprar un body con las palabras "Hey, daddy" bordadas en la parte delantera y dárselo envuelto en una cajita.