CAPÍTULO 21. Ultimo dia.

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Me despierto al sentir unos besos en mi espalda descubierta.  Me giro mientras voy abriendo los ojos para ver a Pierre a escasos centímetros de mi casa sonreír. ¿Es mucho pedir despertarse todos los días así?
-Buenos días Pierre - le digo acercándome a sus labios.
-Buenos dias bonita - me dice besándome. - hoy es el último dia juntos.
-No le lo recuerdes - le digo pegándome más a él -¿tú crees que quepa en tu maleta?
-Eres pequeñita pero no creo que para tanto - me dice riéndose - si no quieres separarte de mi puedes venir conmigo.
-Ojala pudiera, pero tengo unas canciones que terminar- le digo volviendo a besar sus labios.
-Si estás intentando convencerme de que no te deje salir de esta cama, déjame decirte que vas por el camino correcto. - dice Pierre a la vez que me sujeta por la zona de los muslos y me sube encima de él.
-No estás tú intentando convencerme a mí de otra cosa ¿no? - le digo esta vez para intentar provocarle.
-¿serias muy difícil de convencer?
-Inténtalo - le digo con la intención de alejarme de él, pero me es imposible en el momento que Pierre me aprieta el culo con la dos maños y me acerca aún más a el.
Suelto un pequeño gemido que se ve callado cuando sus labios devoran los míos.
Nos besamos intensamente hasta que tenemos que separarnos para poder respirar, aprovecho para lanzarme a su cuello y comenzar a besarlo, haciendo que esta vez el gemido sea de Pierre.
Pierre comienza a meter una de sus manos por debajo de la camiseta que llevo puesta y comienza a acariciar mi abdomen hasta llegar a la zona de mis pechos donde se explaya un buen rato dándole caricias y haciendo que me den escalofríos de placer.
Subí mis manos hacia su cuello para meter mis manos entre su pelo y profundizar más aún el beso y tener completo control sobre su boca.
Los besos comenzaron a tornarse en necesidad, necesidad que se veía reflejada en la fuerza que ejercía con sus manos sobre mis cadera acercando nuestros cuerpos al máximo posible.
Comencé a sentir la dureza que empezaba a crecer por mi bajo vientre a casa segundo que seguíamos devorándonos sin descanso, haciéndome sentir una reina al ver lo que podía provocar en el.
Pierre era más de lo que yo podía manejar así que me rendí ante él y ante lo que quisiera hacer conmigo. 
No supe en qué momento llegué a estar completamente desnuda al igual que el.
-No sabes lo difícil que se me hace mantener alejadas mis manos de tu cuerpo. - me dijo mirándome a los ojos.
-Te episodio que no las alejes, mi cuerpo te anhela  y de desea a partes iguales - dije besándole los labios.
-Si pudiera recordar un solo olor por el resto de mi vida, tendría claro que sería el aroma de tu piel Ángel - me dijo tras besarme, lo que provocó una oleada de excitación que recorrió mi cuerpo y provocó que me gritara sobre su miembro que no paraba de crecer.
-No sabes la de cosas que pasan por mi mente que quiero hacerte cada vez que te tengo cerca - dijo volviendo a estrujar mis pechos.
Ya no había rastros de sentido común en mi mente, solo excitación y deseo por el francés que había conseguido llevarme al límite.
-Pierre...- le dije en su susurro.
-¿Pierre que? - le dijo lamiendo entre mis pechos.
-Pierre por favor ya - le dije al borde del límite.
-¿Por favor que bonita? - me dijo pasando su mano por mi zona íntima.
-Por favor follame ya - le dije completamente desesperada, excitada y avergonzada.
-Abre tus piernas para mi amor - me dijo a la vez que entraba en mi en una sola estocada.  - voy a hacer que recuerdes esto hasta nos volvamos a ver.
Pierre siguió entrando y saliendo de mi, llevándome a sitios que yo aún no conocía y cuando creía que nada podía ser mejor, bajo su mano hacia mi clitoris y comenzó a masajearlo.
-si sigues así no voy a poder durar mucho más. - le dije al borde del abismo.
-Voy a hacer que tengas el mejor orgasmo de tu vida - me dijo embistiéndome aún más fuerte y rápido. - córrete para mi amor.
Sus dedos tomaron la misma velocidad que sus embestidas y no pude controlar echar mi cabeza hacia atrás y cerrar los ojos.
-Abre los ojos bonita, quiero ver esos luceros mie tras te corres.
Abrí los ojos y no pude negarme mucho más a sus palabras y me deje llevar. Llegando al mayor orgasmo que había experimentado hasta la fecha.  Pierre siguiendo invistiendo mientras callaba mis gemidos por besos y cuando comenzó a besarle el cuello pude sentir como esta vez era el que se aproximaba al orgasmo. Me arme de fuerzas y comencé a hacer círculos con la caderas.
-Estás tan malditamente apretada - dijo sin dejar de arremeter contra mi - oh Dios esto es perfecto. - dijo entre susurros.
Unas dos embestidas después note como Pierre llegaba a su clímax y me besaba mientras abrazaba nuestros cuerpos sudados por lo todo lo que en esta cama acababa de pasar.

CUESTIÓN DE VELOCIDAD. Pierre GaslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora