Capitulo 32

85 5 0
                                    

¿Que día es hoy?¿miércoles? No lo sé.
Han pasado tres días desde el accidente, mi teléfono murió al día siguiente, me da igual. Mamá llama todos los días a Carla para preguntar por el.
No he podido moverme de esta sala de espera del hospital, todos insisten que vaya a descansar, pero ¿como se descansa en esta situación?
Pase una situación muy parecida con papá, se que mamá está preocupada por eso, no supe cómo afrontarlo, Adrián estuvo ahí para tirar de mi. ¿Quien tira de mi ahora?¿quien me saca a flote?
Todos lo días tenemos dos visitas para poder verle, cada día le cuento un nuevo plan que hacer juntos. Prometo cumplir todos y cada uno de ellos.

-He pensado que cuando vuelvas a casa, vamos a ponerle fecha a nuestra vuelta al mundo - le digo dándole un apretón de manos, hay veces que parece que me devuelve débilmente ese apretón, supongo que son alucinaciones - te echo de menos Adrian.

Si
Laura viene todos los días a preguntar por novedades, ha intentado hablarme sobre Pierre , no se lo he permitido.
Me dejo el teléfono con una llamada con Charles, ambos lloramos, me contó sobre Jules.
Charles me contó que todos están preocupados por el, intentó convencerme de encender mi teléfono. No estoy preparada.

Llevamos 10 días en este hospital, la madre de Adrián me trajo ropa para cambiarme, aún llevaba la misma de Spa. Debo parecer una mendiga.

Comenzamos a ver enfermeras correr de un lado para otro. Me preocupo. Los cuatro miramos hacia las puertas del pasillo con miedo.

-¿Familiares de Adrián? - me fallan las piernas, no puedo levantarme del suelo no, no, no.- Ha despertado. Podéis pasar a verlo de uno en uno.

Comienzo a llorar, ha despertado, mi ángel de la guarda lo ha cuidado, no lo ha dejado marchar. Te quiero papá.

Sus padres y hermana se abrazan llorando.

-Ven aquí, tú también eres mi hija - dice su padre abrazándome.

Dejamos que sus padres entren los primeros y tras 15 minutos es turno de su hermana y mío.

-Está muy débil y apenas puede hablar porque se emociona y le cuesta un poco respirar - dice su madre entre lágrimas - intentad estar fuertes para él y dadle ánimos.

Su hermana y yo entramos al pasillo que lleva a esa fría habitación agarradas de la mano, nos miramos y nos preparamos para reprimir las lágrimas.
-¿Preparada?- le preguntó dándole un apretón en mano.
-No- me dice - pero tenemos que hacerlo por el.

Tiene razón, abro la puerta con cuidado y miro a Adrián.
Estaba quedándose durmiendo pero al escucharnos abre lentamente sus ojos. Esos preciosos ojos vuelven a mirarme.
Siento como mis ojos se aguan y los suyos también.
Levanta un poco una de sus manos hacia mi y me acerco corriendo a sujetarla.
-No tengo palabras para describir lo feliz que me siento en este momento - le digo - te quiero.
-Gracias por estar aquí - me dice con una voz que apenas le sale el cuerpo.
-Nunca podría alejarme de ti - le digo depositando un beso en su mano - ahora alguien tiene muchas ganas de verte. - le digo dándole espacio a su hermana.

Ambos se miran y no cruzan palabra, solo se abrazan y están llorando por algunos minutos.

La enfermera pasa pronto a decirnos que debemos salir y dejarlo descansar. Nos despedidnos de el y lo dejamos solo.

Mi corazón parece volver a juntar alguna de sus piezas. Aún así no consigo aliviar el dolor y el vacío en mi pecho. No mientras él siga en este hospital.

Su hermana y yo salimos a la zona de espera donde están sus padres ya algo más tranquilos.

-¿Como lo has encontrado?- me pregunta su madre cuando nos quedamos solas.
-Es muy fuerte verlo así - le digo - pero se que es fuerte y que no nos dejaría solas.
-Mi hijo te quiere como si fueras su hermana - me dice - me alegro que os tengáis el uno al otro.
-El siempre ha estado ahí para mi - le digo - desde el día 1 en el que lo conocí, siempre me ha dado los mejores consejos, me ha protegido hasta de mi misma y se quedo conmigo cuando todos me dejaron de lado el entrar a OT, nunca ha dejado que me olvidase de quien soy, ha recogido los pedazos de mi corazón cada vez que me lo han roto , me alejaba del mundo para olvidarme del caos, lloró conmigo cuando lo de mi padre y salimos y bebimos hasta caer borrachos cada vez que nos decepcionaron, hemos reído hasta llorar y también lloramos de felicidad de ver cómo cada uno cumplíamos nuestros sueños.

CUESTIÓN DE VELOCIDAD. Pierre GaslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora