Mujeriego, inalcanzable y comedido. ÉL es jugador profesional de fútbol americano en Los Ángeles, con dos únicas reglas que dictan su destino: proteger y guiar al equipo como capitán y no involucrarse sentimentalmente con nadie.
Y nunca ha pensado e...
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La cabeza me va a estallar. Pestañeo lentamente cuando siento la luz que entra por la ventana bañándome la cara, y las voces de mis compañeros de equipo taladrándome el cerebro.
Miro hacia el lado, pero lo único que veo es una larga melena castaña con reflejos cobrizos y un cuerpo desnudo rodeándome la cintura. No recuerdo mucho, ni siquiera recuerdo acabar acompañado, pero por la poca ropa que ambos llevamos, imagino que debimos pasarlo bien. Siendo sincero, ni siquiera recuerdo acabar la fiesta. Esta no es mi cama, por lo que deduzco que sigo en el mismo lugar de la celebración, y que las voces que me están destruyendo el cráneo, son de los que consiguieron convencerme para terminar de este modo.
Cierro los ojos de nuevo. Me paso la mano por la cara, intentando recordar algo de la noche pasada, pero lo único que consigo son pequeños trazos sin coherencia. Emborrachándome tras nuestra última victoria contra los Miami Dolphins, quitándome la ropa para saltar desnudo desde el balcón a la piscina, las carcajadas de mi equipo cuando di un traspié al saltar y caí en plancha, el jaleo que vino a continuación cuando todos se quitaron la ropa y terminamos desnudos en el agua, y la hermana de Chris, que no me quitó el ojo mientras se deshacía de toda su ropa y nadaba hasta mí.
Joder.
Me muevo para poder verle la cara. Jenna ha intentado acostarse conmigo desde que la conocí. Le aparto los mechones de la frente para estar completamente seguro.
Mierda.
Chris me va a matar.
Levanto el brazo que tiene alrededor de mi cintura y me incorporo en el colchón. Las hermanas están vetadas. Es una de las promesas que jamás podemos romper. Por nada en el mundo. Y yo lo acabo de hacer. Tengo que salir de aquí sin que me vean, y que Jenna esté tan borracha como lo estoy yo y no recuerde nada de lo ocurrido. Si Chris se entera, no solo me troceará y se lo dará de comer a los animales, sino que tendrá vía libre para ir a por mi hermana. Jasmine es intocable. Me da igual que yo esté en una situación similar, si alguno se atreve a tocarla, están acabados.
Siempre tengo gente alrededor. Desde que me nombraron capitán de Los Ángeles Rams, todo el mundo quiere estar cerca, que le vean conmigo y así parecer importante. Todos menos una persona.
«No quiero que me vean contigo.»
La voz de Payton diciendo esa frase aún sigue dando vueltas en mi cabeza.
