43. Yo tampoco me creo la suerte que he tenido

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—Porfa, porfa, porfa, porfa

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—Porfa, porfa, porfa, porfa...

He utilizado todos mis recursos para convencerla, pero Jasmine es orgullosa y testaruda, y por muchos pucheros, pulseras de colores y ofrendas para utilizarme como su sirvienta en lo que queda de año, su respuesta ha seguido siendo la misma.

—Qué no, hostia —resopla malhumorada— Ponte ya los zapatos o llegarás tarde.

Hago un mohín con los labios y me inclino hacia delante para atarme las sandalias.

—Es mi primera aparición junto a tu hermano. Como su pareja. ¡SU PAREJA! —repito con mucho más énfasis, a ver si esta vez termino por creerlo y no sigo pensando que estoy viviendo en el limbo o en una realidad paralela dónde a las Cook nos pasan cosas buenas— Necesito a mi mejor amiga a mi lado más que nunca. ¿Quién va a vigilar que no me llene el vestido de migas? ¿O que no termine con las comisuras de los labios manchadas de mermelada? ¿Quién me chivará los nombres de los invitados y a que se dedican antes de que se acerquen a saludar? ¿O me explicará cómo tengo que comportarme? —respiro de forma agitada cuando termino con las sandalias y alzo la mirada hasta mi amiga, la que me mira de forma airada mientras se pinta las uñas con mi esmalte preferido— Te necesito, ¿vale?

—No necesitas nada de eso —responde sin mirarme, concentrada en su manicura perfecta, mientras yo estoy al borde del colapso— No se lo digas a tu mini yo, pero eres la mejor de las tres, somos nosotras las que te necesitamos, no al revés. Créeme, mi madre estará encantada de ver que me sustituyes esta noche, tú seguro que sabes comportarte mucho mejor de lo que lo haría yo.

Pestañea lentamente mientras me mira, se retira la melena rizada hacia atrás y deja el esmalte cerrado en la mesilla a la vez que se incorpora hacia delante y me coge las manos temblorosas.

—Estás preciosa, eres inteligente y sabes comunicarte sin problema. Mi hermano no va a ser tan idiota de dejarte sola ni un segundo cuando vea cómo te sienta el trapito que he diseñado para ti —me guiña el ojo orgullosa por su trabajo, jamás habría conseguido encontrar un vestido a la altura en tan poco tiempo si Jasmine no se hubiera ofrecido voluntaria para hacérmelo— Si te agobias, me llamas, si mis padres son gilipollas, piensas en diferentes formas de meterlos en una bolsa, pero siempre con una sonrisa en los labios, y si te sientes perdida en algún momento o simplemente te aburres, te lías con mi hermano en cualquier esquina. ¿Entendido? —me mira fijamente, a la espera de que dé una respuesta, pero estoy tan nerviosa que ni siquiera consigo afirmar con la cabeza— ¿Entendido? —repite con una calidez en la mirada que consigue calmarme por unos segundos.

—Ven con nosotros, por favor...

Mi voz suena quebrada debido a los nervios, a la espera eterna de que Caden cruce la puerta y esto sea real. Él y yo. Juntos. Como algo que no logro entender pero que no quiero acabar.

—Iré si me dices que es de vida o muerte, sabes qué haría cualquier cosa por ti, incluso estar en el mismo sitio que mi madre, pero si hay un mínimo por ciento, aunque sea poco, de que puedes hacerlo sin mí, te agradecería que me dejaras aquí, evitando regresar al pasado que tanto me ha costado olvidar.

Seduce MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora