—Winter, tengo que...
—¿Se puede saber qué haces aquí? —me interrumpe con el ceño fruncido.
—¿Aquí en la fiesta en la que me habéis obligado a venir o...?
—Te he visto con Caden —apoya ambos brazos en el bordillo de la piscina y mira hacia la esquina— ¿Por qué no os lo estáis montando ya?
—Winter, esto es serio, tengo que...
—Esto sí que es serio —vuelve a interrumpirme— Si somos hermanas, debemos compartir genes, y me niego a pensar que soy tan tonta como tú. Mueve tu culo hasta Caden y no te separes de ahí hasta que dejes de mirarle como un perro abandonado.
—Yo no lo miro de ninguna manera —me defiendo.
—No que va... —chasquea la lengua.
—Te he dicho que no.
—¿Me vas a negar que te mueres por sus huesos desde que aprendiste a caminar? —me mira desde el agua con chulería.
—No pienso responder a esta tontería.
—Entonces... —sonríe lobuna— Si ligo con él, no pasaría nada, ¿no?
—Tienes novio —le recuerdo.
—Que yo no vaya a hacer nada no quiere decir que él no desee hacerlo —me mira con picardía— Imagino que como no te gusta en absoluto, no te importará ver cómo me desnuda con la mirada.
—Me da igual —aprieto la mandíbula.
Winter me mira desafiante.
—No te da igual y pienso demostrarlo.
—No tengo nada que añadir —me mantengo firme.
—Como quieras... —suspira dramática.
Se sumerge en la piscina y saca la cabeza hacia atrás como si protagonizara un anuncio de televisión, el cual siempre he creído que estaba trucado porque es imposible no salir haciendo pompas por la nariz, y el que mi hermana acaba de demostrar que es completamente verídico. Que asco de genes. Sube las escaleras de la piscina con lentitud, con su larga melena dorada perfectamente peinada a la espalda, consiguiendo llevarse todas las miradas de alrededor. Las gotas de agua se deslizan por su piel bronceada, perfilando el recorrido de sus curvas. Su mirada verde aceituna se oscurece cuando me mira de reojo con una sonrisa desafiante y descubro a Caden siguiendo el movimiento de sus caderas en su dirección y su grupo de amigos.
Winter siempre ha sido la más tímida de las dos, pero la más valiente sin duda. Cuando se decide por algo es perseverante, aunque la mera idea de hacer algo nuevo la haga temblar, lo oculta bajo llaves y sigue adelante. Siempre he admirado esa capacidad que tiene para ocultar los sentimientos, para seguir cuando la cabeza te dice «no puedo». Siempre salvo ahora, que apoya la mano en el hombro de Caden y la desliza hacia abajo.
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Seduce Me
RomanceMujeriego, inalcanzable y comedido. ÉL es jugador profesional de fútbol americano en Los Ángeles, con dos únicas reglas que dictan su destino: proteger y guiar al equipo como capitán y no involucrarse sentimentalmente con nadie. Y nunca ha pensado e...