Mujeriego, inalcanzable y comedido. ÉL es jugador profesional de fútbol americano en Los Ángeles, con dos únicas reglas que dictan su destino: proteger y guiar al equipo como capitán y no involucrarse sentimentalmente con nadie.
Y nunca ha pensado e...
Hola, hola! Me moría de ganas por subir este capítulo.
Empieza lo bueno ;)
Disfrutad de la lecturaaaaaaaa
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Mi dormitorio parece una leonera. Hay distintos tipos de tejidos, colores y estampados por todas partes. Llevo más de una hora probándome mi propia ropa, sé perfectamente cómo me queda, ya que me las he puesto en una gran cantidad de ocasiones, pero, aun así, lo que siempre me ha parecido bonito, hoy me parece horrible. Nada me sienta bien. Conozco cómo funciona la colorimetría, y siempre he sabido sacarle partido a mis rasgos gracias a eso. Sé que colores me quedan bien y cuales no llevaré jamás. Ya no sé qué más tantear, porque mi armario tiene sus limitaciones, y con haberme probado tres veces cada uno de los vestidos de mi armario, es suficiente. ¿O pruebo una cuarta vez? Quizás el dicho era erróneo y era «a la cuarta va la vencida».
—Que me quede claro... —Jasmine me mira recelosa, sentada en la esquina de la cama, el único sitio que no está cubierto por ropa— Vas a tener una cita con mi hermano.
—Como todas las veces anteriores —la miro de reojo— No es una cita.
—Pues díselo a este desastre —apunta mi hermana, la que acabo de fulminar con la mirada por su inexistente ayuda.
—No me ha dicho a dónde vamos, por eso mi inseguridad respecto a la ropa —las miro a ambas— Pero será una cena con el hermano de mi mejor amiga, nada más. Le debo una disculpa, una que tú también deberías darle —me dirijo a Jasmine, que se mira las uñas como si fuera lo más interesante que ha visto jamás.
—Solo te defendía —se encoge de hombros.
—Y te lo agradezco —sonrío con sinceridad— Pero estaba equivocada, no pasó nada de lo que creía, y por eso mismo se merece una disculpa de parte de ambas.
—Entonces... ¿No habéis follado?
—No —respondo muy a mi pesar.
La mirada y el suspiro de Jasmine no me pasan desapercibido, no sé si me siento feliz o abrumada por el alivio que he visto en sus ojos. ¿Realmente habría querido que la primera vez entre Caden y yo hubiera sido de esa manera? Definitivamente no. Pero el hecho de que podría haber pasado, me daba esperanzas al pensar que tal vez, Caden me viese como algo más que la amiga de Jasmine. Supongo que hemos vuelto a la casilla de salida, y tras esta cena, nuestros caminos volverán a dispersarse.
—Pues entonces tendrás que hacerlo hoy —dice Winter para sorpresa de ambas— Caden está más bueno que nunca, no lo recordaba tan... —hace gestos con las manos para señalar sus hombros gigantescos y su torso tonificado— Digas lo que digas, esto es una cita.
Miro a Jasmine enseguida. No es que quiera darle la razón a mi hermana —que se la doy—, sino que quiero asegurarme todas las reacciones que tenga cuando se nombre a Caden y a mí en la misma frase, sí sé que esto va a ocasionar algún problema, no dudaré en alejarme de él todo lo que pueda. Aunque eso no me resulte complicado tras esta cena. Jasmine me mira en silencio y se acerca lentamente hasta mi posición. Levanta un par de vestidos para escoger el que está justo debajo.
