31. No sé qué haría sin ti

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Hola guapuras, no sé por que no se ha subido el segundo capítulo de hoy...

PERO

Aquí lo tenéis, disfrutad de la lectura

Mi hermana observa la pared del dormitorio con la mirada perdida

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Mi hermana observa la pared del dormitorio con la mirada perdida. No tiene buen aspecto, no hay rastro de su dulce sonrisa, de las líneas de expresión que se marcan alrededor de sus ojos cuando ríe, o de esa vitalidad que siempre la ha caracterizado. Hace tiempo que Winter ha dejado de ser luz para ser solo una sombra, hace tiempo que sé que necesita ayuda, pero no he sabido gestionarlo como debería.

Se toca el pelo en repetidas ocasiones mientras guardo las cosas en el armario y amontono la ropa sucia en el suelo. Mueve la nariz con ese gesto tan peculiar que hace cuando está nerviosa, ese que de pequeña me ponía de los nervios, pero que con los años se convirtió en algo adorable que la representa, como un tic o un olor, un detalle pequeño que marca la diferencia.

—Win... —suspiro— Deja de moverte de un lado para otro.

—Es que no puedo quedarme quieta.

—Venga ya. Soy yo —le sonrío con cariño, no importa que pase y cuánto tiempo lo alarguemos, porque ella es y siempre será mi persona preferida en el mundo.

—Pues por eso mismo —vuelve a mover la nariz—. No sé ni por dónde empezar.

Lanzo toda la ropa sucia en el cesto y guardo el bolso de viaje ya vacío.

—No me gusta que discutamos —empiezo yo, no me queda mucho tiempo antes de irme a la universidad, y me gustaría poder aclararlo antes de nada—. Siento mucho si te hice sentir insegura, no era mi intención, jamás haría nada que te hiciera daño a propósito —la miro para que vea que estoy siendo completamente honesta—. Pero lo que no siento es todo lo que dije sobre Jayce.

El ceño de Winter se va frunciendo poco a poco.

—Pues para no querer hacerme daño, hiciste lo único que sabías que me lo haría de verdad —responde a la defensiva.

—¿Irme a casa en el mismo vehículo que él es lo peor que te puede pasar? —alzo ambas cejas a la vez— En serio Winter, madura un poco.

—No me trates como a una niña —aprieta los dientes—. Sabes perfectamente lo que implicaba ese acto en sí.

—No nos compares. Yo jamás te habría hecho eso.

—Ah, claro —resopla de forma sonora—. Que yo sí...

—Winter, sales con mi ex.

Descuelgo la mochila rosa de la percha y organizo por orden todo lo que voy a necesitar en la reunión con la tutora, mientras siento como unos ojos color aceituna me taladran por la espalda.

—Tú ya no le querías...

Me doy la vuelta para quedar de frente.

—Ojalá me lo hubieras contado, todo habría sido diferente —le sonrío con tristeza.

Seduce MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora