54. Extra 2

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Cinco meses después

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Cinco meses después.

He alargado este momento todo lo que he podido, pero tarde o temprano tenía que hacerlo, y aunque dije que no me iría sin buscar una solución económica para ayudar a Jasmine y a mi hermana a pagar el piso, no contaba con este acontecimiento, y ambas han insistido en que no hay problema, de hecho, me han echado prácticamente de la que era mi casa.

Mi hermana no me lo ha dicho, pero sé que quiere mudarse del país, volar lejos, dónde pueda estar ella sola —rectifico, dónde pueda estar con él y yo no los moleste. Todavía me estoy acostumbrando al bombazo, pero he decidido confiar en ella, aunque sus elecciones nunca habrían sido las mías—, apenas he sido consciente de que ya ha crecido y es toda una mujer. Tengo que dejarla ir.

Al contrario que mi mejor amiga, ella sigue intentando encontrarse a sí misma. Está centrada en la moda, en conseguir su sueño de crear su propia marca de ropa, y aunque parezca inusual, hace meses que no habla de ningún él. Gracias a sus nuevos proyectos, está ganando más dinero, y por ese motivo ha decidido alquilar un pequeño estudio para ella sola en una zona muy bien situada.

No he tenido más remedio que enfrentarme a mis demonios y seguir hacia delante, disfrutando del día a día sin preocuparme por lo que pasará. Caden no ha dejado de intentarlo ni un solo día, así que cuando ayer le dije que me mudaría con él, contrató una empresa de mudanza en ese mismo instante para que no pudiera arrepentirme.

Me hago una bola a su lado, observando el perfil de su rostro, las luces y sombras que lo dibujan, como un cuadro a tamaño real. Sigo sin creer que sea él quien duerme a mi lado, envuelto entre las sábanas con el dorso desnudo al descubierto. Se me seca la boca al no poder apartar los ojos de su cuerpo. Sigo sin acostumbrarme. Sin entender que ha visto en mí. Por qué yo, cuando podría estar con cualquiera.

Pestañea lentamente y me descubre mirándole fijamente. La respiración se me acelera en cuanto el azul de su mirada es lo único que consigo apreciar, tan vibrante e intenso como siempre.

—Lollipop —su mano me rodea la cadera y me acerca más a él, hasta que nuestras narices se rozan con la punta—. ¿Ya estás despierta?

Asiento con una sonrisa, con el corazón latiendo desbocado en mi pecho. No sé si alguna vez dejaré de sentir esto cuando me toque, pero cada vez que lo hace, siento que el cuerpo me arde en llamas.

—Entonces habrá que repetir, porque no te he cansado lo suficiente —sonríe con picardía, erizándome hasta el vello del cuello.

Sus labios buscan los míos, ansiosos y cálidos. Me mordisquean ejerciendo la presión exacta para que sea doloroso pero erótico, provocándome un gemido involuntario que parece activar la maquinaria bajo las sábanas. La mano que tiene en mi cintura me presiona más contra él, dejándome claro que está listo para un segundo asalto, mientras que la que tiene libre, baja por mi espalda hasta encontrar mi culo. En cuanto lo estruja con su enorme mano tal y como sabe que me gusta, algo dentro de mi pierde el control.

Seduce MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora