Me aferro al vaso con agua que Caden me ofrece. Tengo la garganta tan seca tras sus últimas palabras que ni la saliva me alivia el ardor que siento.
Varias voces masculinas rompen el momento cuando se acercan a la cocina y se callan en cuanto nos ven.
—¡Turner! —exclama uno de ellos— ¿No nos vas a presentar a Pamela?
—¡Payton! —responde en un tono frío y hermético que desconocía hasta el momento.
—¿No habías dicho Pamela? —pregunta entre dientes dándole una colleja al chico rubio que me ha abierto la puerta y que ahora sé que se llama Elliot.
—Eso me dijo —se encoge de hombros.
—Te dije Payton —le fulmino con la mirada.
Caden me mira de reojo con una sonrisa casi oculta, pero que yo he podido ver tras un leve segundo.
—Bueno Payton —se acerca uno de ellos, el primero que me ha dirigido la palabra, y el que me mira con recelo sin entender el por qué— Soy Rhys.
—Encantada —respondo nerviosa, sintiéndome pequeña con tantos ojos puestos en mí.
Los otros dos hacen lo mismo y se presentan como Elliot y Chris. El último tiene algo que me resulta familiar, no sé si lo he visto antes, o si solo me recuerda a alguien, pero hay algo en su mirada que me resulta similar.
—¿De qué os conocéis? —pregunta Chris sin dejar de mirarme, como si fuera un interrogatorio y no se fiase en absoluto de mí.
—De nada que te importe —responde Caden en mi lugar, en un tono que deja claro que no quiere hablar más del tema.
Todos parecen entenderlo, porque nadie le rebate nada, como si sintieran un cierto respeto por él que les impiden llevarle la contraria. Los observo a los cuatro, no hace falta que nadie me diga que forman parte del equipo, sus cuerpos hablan por sí solos, y pondría la mano en el fuego porque todos juegan con Caden. Me siento completamente fuera de lugar. No sé qué hago aquí, porque no me he ido ya. Tengo mil cosas que hacer antes de ir a la universidad, sin embargo, no he conseguido separarme de Caden desde que llegué. Aún siento un hormigueo en la barriga al saber que mi pintura es lo último que ve cada noche al dormir.
—Caden, tengo que irme ya, si no...
—¿Caden? —pregunta Rhys entre dientes.
—¿Veis? Os lo dije —responde Elliot en el mismo tono.
—Interesante —sonríe Chris de forma intimidatoria.
—Ya vale —Caden habla en tono neutro, no le hace falta levantar la voz para que suene fuerte y claro. Los mira a los tres con un gesto frío y duro, que suaviza cuando me mira a mí— Aún falta la mejor parte.
ESTÁS LEYENDO
Seduce Me
RomanceMujeriego, inalcanzable y comedido. ÉL es jugador profesional de fútbol americano en Los Ángeles, con dos únicas reglas que dictan su destino: proteger y guiar al equipo como capitán y no involucrarse sentimentalmente con nadie. Y nunca ha pensado e...