You Don't Have To Go •Soonwoo•

Capítulo 54

POV Wonwoo:

—¡háblame!—gritó mi mamá moviéndome un tanto agresivo por los hombros.
—déjalo en paz—dijo papá tomándola por los hombros.
—Wonwoo, debes decirme si ese niño te hizo algo. Dime si te tocó o te obligó a hacer algo—mamá tomó mis manos—entiendo que sea traumático para ti pero debes decirnos qué te hizo. ¿Por qué lo hizo? ¿Te tiene amenazado de alguna manera?.
Estábamos en una oficina los cinco y sabía lo que había prometido decir pero debía decirle a Hoshi que estaba en peligro.
Le solté las manos a mamá intentando hablar cuando volteé a ver a Vernon y mi hermano quienes discutían algo alejados de nosotros.
—¿está es la razón por la que no comes? ¿Te estaba intimidando este chico?—volvió a tomar mis manos cuando en ese momento entraron más personas a la oficina.
Ahí estaba Jeonghan a quien quería golpear pero si lo hacía solo demostraría que lo que estaban diciendo era real. Mis padres se levantaron apenas entró este chico que parecía estar muerto en vida.
Mamá miró a Jeonghan de pies a cabeza como si quisiera saber algo de él con únicamente hacer eso.
Vi la puerta unos varios segundos y empecé a pensar. Solo necesitaba avisarle a Hoshi, mis papás me sacarían de la escuela y seguramente me mandarían a estudiar a una escuela mixta o algo así a parte de conseguirme ayuda así que mi objetivo era únicamente llegar a Hoshi en este momento.
Admitiría todo tal como le dije a Hoshi que haría a penas iniciamos esta relación. Toda la culpa caería sobre mi con tal de que él no estuviera en peligro.
Me levanté con mis piernas temblando y a punto de llorar cuando ambos padres de Jeonghan me miraron.
—¡¿cómo te atreves a acercarte a Jeonghan de esa manera?! ¡¿Eh?! ¡Pedirle que no hable de tu asqueroso secreto como si fuera...!—su mamá empezó a gritar—es por estar con ese niño Jisoo.
—no le levante la voz a mi hijo—dijo mi padre—ni si quiera ha podido hablar, salgan para que pueda sentirse más cómodo.
—¿cómodo? Ese chico no debería estar cómodo en ningún lugar. No me siento cómoda estando en el mismo salón que él, deberían... no sé, encerrarlo en un loquero—miré a Vernon quien me estaba haciendo señas mientras decía algo pero no lograba leer sus labios.
Jeonghan se recorrió de la puerta mostrándome el camino libre cuando en ese momento Vernon cayó y empezó a tener un ataque. Todos los adultos le prestaron atención y me quedé unos segundos pensando en irle a ayudar cuando mi hermano negó con la cabeza y señaló hacia la puerta donde se seguía encontrando Jeonghan abriendo el camino para mi.
Vernon no estaba teniendo un ataque real, era una cortina de humo.
En el momento en que todos los adultos corrieron a ayudarlo yo corrí en dirección contraria hacia la puerta. En seguida escuché cómo cerraron la puerta tras de mi y di todo de mi para correr a la mayor velocidad posible hacia mi dormitorio donde con suerte se encontraría Soonyoung.
Llegué a la puerta y golpeé desesperado.
—Won...—Jun abrió la puerta y en seguida entré buscando a Hoshi aunque no estuviera ahí.
—¿d-dónde está?.
—¿qué?
—Hoshi...
—entrenando ¿por qué? ¿Qué te dijeron?
—h-hay una farmacia a una cuadra de la biblioteca de la ciudad, pregunta por mi ahí. Intentaré estar ahí para explicar—lo abracé con fuerza antes de intentar volver a salir corriendo.
En la puerta estaba Jeonghan.
—n-no sabía que tu hermano iba a convulsionar... lo siento mucho, me obligaron y quería ayudarte a encontrar a Kwon antes de que...—hablaba muy rápido así que lo detuve.
No solo porque no quería escucharlo sino porque no tenía tiempo para hacerlo
—no convulsionó. Bueno, creo. Estoy casi seguro pero si quieres ayudar y que no te golpee ahora ayúdame a que no lleguen a mi ¿okey?—asintió con la cabeza .
—suerte.
—gracias—volví a correr ahora en dirección al gimnasio.
A penas entré no me importó verlo entrenando porque no tenía tiempo. Solo entré y lo abracé con fuerza sacándolo por completo de su mundo, en ese momento volteó a verme y acarició mi cabello.
Él simplemente sabía que algo estaba mal, no sabía cómo explicárselo pero sujeté su mano y lo acerqué a mi para besarlo temiendo que fuera de las últimas o la última vez que pudiera hacerlo.
  —te amo, antes de conocerte yo no lo sabía pero me quería quitar la vida y desde que te conocí he encontrado algo en mi que me ha mantenido—besé su mano—n-no sé cómo pero nos descubrieron.
  —¿qué?—sus pupilas se hicieron pequeñas.
  —y debes entrar al equipo ¿okey? Y-yo sé que nos volveremos a encontrar, no sé cómo ni dónde pero buscaré la manera—me tomó por las mejillas y negó con la cabeza.
  —hay que huir. Temporalmente.
  —no podemos.
  —Won, hasta mi competencia. No hay nada que desearía más que tú estuvieras ahí, eres mi familia y sé que encontraremos la manera de estar bien hasta que sea mi competencia. Después organizaremos nuestros asuntos y buscaremos la manera de volver a vernos ¿sí?—Hoshi de verdad parecía querer eso—iremos primero a mi casa y de ahí buscaremos la manera—de le quebró la voz—los encontraremos en Seúl, lo juro. Solo no estoy listo para separarme de ti aún—volvimos a abrazarnos.
Estuvimos unos cuantos segundos así abrazados, estaba conteniendo el llanto porque no quería asustarlo de la misma manera en que yo me sentía.
Tenía miedo no solo de que ya no tenía para nada la aprobación de ninguno de mis padres sino de que me hicieran algo por ser homosexual o peor, que se lo hicieran a Soonyoung.
Mi corazón latía a mi y únicamente la adrenalina evitaba que me desmayara pues había comido muy poco y estaba en una situación de estrés pero estar con Hoshi siendo un adolescente enamorado me hizo pensar en lo mucho que arriesgaría por él.
  —¿y cuál es el plan?—pregunté riendo pero las lágrimas habían decidido salir de mis ojos al igual que las de los suyos.
  —ahora salir del internado.
  —okey—tomé su mano entrelazando nuestros dedos para poder salir del gimnasio para empezar.
Comencé a caminar contra corriente pero a pesar del miedo que sentía aferrarme a la mano de Hoshi me hacía sentir seguro.
Él me guiaba pues él era quien sabía dónde estaba la salida mientras que yo permanecía sin pensar. Era lo mejor, no pensar.
Afuera estaba nevando así que no tenía la menor idea de cómo saldríamos así como así pero intentaba vaciar mi cabeza a penas aparecían esos pensamientos.
Llegamos a casi el otro lado del edificio y encontrándonos frente a una gran ventana.
  —no es muy alto, podemos salir por aquí—él estaba llorando, también tenía miedo.
  —¿estás seguro?—asintió con la cabeza y me volvió a abrazar.
  —pase lo que pase recuerda que te amo con todo mi ser—sonreí un poco.
Pude ver a la distancia a estas personas corriendo, mis ojos estaban tan llenos de lágrimas que no podía distinguir si eran mi familia o simplemente gente corriendo.
  —sal tú primero
  —no, tú primero.
  —si cabes tú entonces yo iré contigo. De otra manera buscaremos otra forma—asentí con la cabeza poco confiado.
Abrimos la ventana y empecé a salir. Solté su mano sintiendo demasiado frío por el clima frío de afuera.
Estaba resbaloso pero me aferré con mis manos. Hoshi miraba hacia adentro con angustia.
  —vámonos—dije al ver como parecía dudar.
Entonces miró con miedo hacia adentro como si no pudiera reaccionar, estaba teniendo un ataque.
Mi corazón empezó a latir rápido, pensé en subir y reconfortarlo rápidamente pero no teníamos tiempo. Si había algo que no teníamos era tiempo así que intenté hacerlo reaccionar de otra manera.
  —¡Hoshi vámonos!—intenté jalarlo pero en mi intento de subir mi pie se resbaló.
Entonces no logré jalarlo, solo resbalé.
Caí sobre la nieve y empecé a rodar y rodar. Mi cuerpo se llenaba de nieve mientras mis brazos se llenaban de heridas por las ramas que habían en la pequeña montaña en que estábamos.
Dejé de rodar hasta que choqué con un árbol, eso me sacó todo el aire y sentí entonces que no tenía fuerza para levantarme. Intenté abrir mis ojos esperando que Hoshi estuviera corriendo hacia mi pero frente a mi solo estaba el internado a lo lejos.
Hacía frío y me había dado un buen golpe, solo quería que mi novio llegara y me reconfortara antes de irnos pero no bajó aún cuando empecé a sentir que mis ojos se quedarían pegados por el frío.