Capítulo 68

21 5 0
                                    

POV Wonwoo:

Estaba acomodándole el cabello a Hoshi mientras esté dormía, me sentía tranquilo de tenerlo conmigo de nuevo pero me sentía preocupado por cómo se veía físicamente ya que parecía muy débil y su plato de comida se había quedado casi totalmente lleno por lo que me había quedado a cuidarlo insistiéndole mucho a Jun aunque Joshua le hubiera dicho que ahorita no me dejara acercarme mucho a Hoshi.
Entonces Joshua recorrió la cortina y se me quedó viendo varios segundos.
  —Wonwoo, quiero que duermas en mi tapete.
  —¿por qué?
  —porque Hoshi se siente mal
—por eso mismo considero que debería quedarme aquí. Hoshi me necesita.
—Wonwoo, tú estás enfermo. Ni loco te dejo quedarte tú a cuidarlo.
Después de una discusión verbal al final me jaló del pie y me arrastró quizá un metro o menos, empecé a gritarle y reclamarle hasta que al final entró Jun a ponernos orden y darle la razón a Joshua.
Así que pasé mis cosas a ese tapete y me dormí ahí algo molesto.
De verdad quería cuidar a Hoshi pero no pensé que lo que él quería era cuidar de mi. Me desperté sin levantarme ni abrir mis ojos mucho debido a la poca luz que entraba ya al dormitorio aunque no fuera precisamente la luz lo que me despertó sino los dedos fríos que tocaban mi espalda.
Sabía que era Hoshi por la preocupación que había expresado con respecto a los golpes que tenía desde la nuca hasta la espalda baja (el no sabía que llegaban hasta ahí o al menos esperaba que no) pero no sabía si lo mejor sería levantarme o permanecer como si estuviera dormido hasta que llegó otra persona que se sentó cerca de donde estaba Hoshi y pareció intentar tocarme el cabello.
  —está dormido...—dijo Hoshi quien parecía ser la razón por la que no me tocó el cabello.
  —y supongo que tus manos frías no lo despertarán—era Joshua.
Se escuchó un suspiro por parte de Hoshi antes de apartar su mano.
  —tiene la piel blanca así que son más notorios—sentí que me volvió a cobijar—. ¿Entonces tú y Jun...?
—no tenemos nada definido. Llevamos un par de días desde que nos volvimos a ver. Necesitamos tiempo.
  —que es lo que Won y yo no tenemos.
  —estoy seguro de que lo solucionarán.
  —no... su madre me odia y descubrí de que a parte del daño que ya le hice puede que le haya hecho más daño sin saberlo.
  —¿y eso?
  —revisé su registro. Es autista—y dale con eso.
Si no hubiera sido una conversación entre ellos dos en ese momento me habría levantado y le habría dicho lo mismo que le dije a Joshua.
No soy autista, no me hicieron exámenes porque simplemente el psicólogo infantil sugirió la idea de que no hubiera aprendido lo básico de socializar y esa era una respuesta convincente. A parte las personas autistas solían ser personas que necesitaban una explicación o podían ser muy literales entre otras cosas, yo no era bueno para leer a la gente y por eso mismo mi papá decía que era tonto pero si tenía algo estaba seguro que no era autismo.
No encajaba más que en unas pocas características basadas en estereotipos a parte era muy grande para ser diagnosticado con algo. Esas cosas era mejor que te las diagnosticaran de niño y quizá ahora sería una idiotez.
—díselo a él.
—¿no sabe? ¿Tú sabías?
—sí, me dijeron que había un chico autista en mi dormitorio y por descarte llegué a la conclusión de que era Wonwoo. Pero el dice que no lo es e intento confiar en que no aunque no le gusta la nieve, lo le gusta sentirla en sus manos
—¿de qué hablas? Ama la nieve.
—no, no le gusta. Por eso su amigo le dio los guantes, de esa manera no la siente y no se abruma.
—¿qué amigo?
—Wonwoo estaba con un amigo de él. Tiene muchas perforaciones en las orejas y una en la lengua, tiene el cabello largo y un tatuaje...
—no puede ser—de repente me hubiera o no querido levantar Hoshi me dio un buen zape en la cabeza haciendo que me levantara en seguida.
—¡Soonyoung!—cuando volteé Joshua lo estaba abrazando con fuerza evitando que se moviera.
—¡te fuiste a buscar a ese hijo de puta!—supuse que eso era para mi.
Me sobé la cabeza apretando mis ojos por el dolor que sentí en el momento pero entonces sentí Jun quitarme las manos de la cabeza.
  —¡¿estás tonto o qué?!—le gritó a Hoshi.
No veía nada, no distinguía la expresión de nadie.
  —Jun, tranquilo. Fue el impulso.
  —¡no! ¡Wonwoo ya tiene suficientes golpes como para que este venga y le de uno en la cabeza!—Hoshi empezó a hipear.
  —Hoshi...—me intenté acercar.
  —¡¿por qué lo buscaste si ya sabes que ese tipo te trae ganas?!—Jun me jaló hacía él de nuevo.
  —¡¿hubieras preferido que se muriera?!—le gritó de regresó Jun.
  —¡a ver!—gritó Joshua deteniendo esta pelea que iniciaba—Jun, vete del otro lado de la cortina.
  —pero él golpeó a Wonwoo cuando Wonwoo está lleno de golpes.
—ya sé, sí vi. Ahora ve al otro lado de la cortina—Jun giró los ojos y se fue al otro lado.
Iba a gatear hacia Hoshi de nuevo cuando Joshua lo soltó y me hizo levantarme balándome hacia la puerta para terminar por sacarme de la habitación y darme un billete.
—ve y compra café—descolgó mi chamarra y me la lanzó.
—pero...
—los estás alterando, no te quiero aquí—me cerró la puerta.
Ni si quiera podía ver la denominación del billete.
Volteé a ver al pasillo e intenté abrir la puerta pero ya estaba cerrada.
—¡Joshua no veo nada!—no me abrió la puerta.
Me quedé ahí mirando la puerta hasta que me di cuenta que no la iba a abrir hasta que regresara con lo que me pidió.
Mi vista sin lentes era horrible y no confiaba en ella ni si quiera para caminar pero empecé a hacerlo aferrándome a las paredes y caminando como si fuera un bebé aprendiendo a caminar.
Antes de dar con el elevador di con las escaleras. Tuve la idea de bajar por ahí para no buscar más pero mi corazón empezó a latir rápido de tan solo intentarlo. Me aferré al barandal e intenté poner el pie en el escalón pero a penas lo logré caí en cuenta que quizá en alguna vuelta se iba a cortar el barandal.
Tal vez si iba a bajar por las escaleras lo más seguro era hacerlo sentado.
—¿estás perdido?—preguntó alguien cuando me senté en el escalón.
Volteé y vi la silueta de alguien.
—n-no. Estoy intentando bajar...
—oh...
—¿p-puede ayudarme a dar con el elevador? Uso lentes pero ahora no los puedo sacar de mi habitación porque mis amigos están peleando.
  —oh... claro. Toma mi mano, te llevo—me levanté y estiré el brazo para tomar su mano.
Así algo avergonzado dejé que me llevara mientras respondía sus preguntas de la manera más sencilla posible.
Usaba lentes desde que tenía memoria y mi vista había estado entre empeorar y mejorar en todos esos años. Según decían era un problema de genética y por eso entre las personas de dónde vivíamos se rumoraba que yo no era hijo de mi padre pero resultaba que el problema era una mala herencia de mis abuelos paternos con quienes mi padre no mantenía ningún tipo de contacto.
Parecía ser una cadena en la familia ya que mi abuelo se había escapado de casa porque no soportaba a su madre, mi padre tenía una relación tan tensa con sus padres que decidió que lo mejor sería moverse de ciudad cuando planeaban tener a mi hermano para que él nunca pudiera convivir con ellos. Al final de esa cadena estábamos mi padre y yo con nuestros problemas desde que nació mi hermano.
Recordé eso únicamente al pensar en el problema en mis ojos y me hizo sentir mal. Debía llamar a mi papá.
Le pedí a esta persona si podía llevarme a un teléfono público, aproveché las monedas que Joshua había dejado en mi chamarra y como último favor pedí que me ayudara a llamar.
Entonces me encontré esperando a que papá recibiera la llamada por unos segundos hasta que por fin respondió.
  —buenos días, le informo que el señor Jeon no se encuentra trabajando en...—interrumpí a su asistente.
  —s-soy Wonwoo. Su hijo... ¿puede decirle que por favor tome la llamada?.
  —Wonwoo... dame un momento corazón—esperé unos segundos viendo cómo la primera moneda caía.
Entonces escuché que tomó la llamada y mi corazón volvió a latir con fuerza.
  —¿Wonwoo? ¿Eres tú hijo?—respiré profundo y cerré mis ojos un par de segundos antes de responder.
  —hola papá.
  —no puede ser...—dijo bajo—¿estás bien? ¿Dónde estás? Wonwoo dime a dónde ir por ti hijo.
  —estoy bien. Solo me di unos golpes al caerme pero ya pasó.
  —¿dónde estás?
  —espero que afuera del hotel porque no traigo mis lentes—me reí un poco.
  —hijo quiero ir por ti, no andes de gracioso. 
  —papá.
  —¿qué pasó?
  —no fue un sueño ¿sabías? No era producto de tu imaginación, yo estaba ahí ese día. La cosa es que pensé que si te lo decía me detendrías de ir por Hoshi.
  —entonces estás en Daegu.
  —no puedo estar huyendo de ti, solo déjame estar con él unos días más. Lo amo demasiado papá y sé que no les parece pero prometo que después regresaré como siempre hago.
  —¿y serás feliz?—me quedé callado unos segundos antes de que él volviera a hablar—te escuchas enfermo. Solo déjame verte para llevarte al doctor y que tus hermanos te vean.
  —¿qué?—vi la otra moneda caer.
  —¿tienes un plan? ¿Sabes qué vas a hacer de tu vida?.
  —¿debería de? Hace casi dos semanas casi me muero ¿y ahora debería saber qué quiero hacer con mi vida?.
  —tu mamá quería mandarte a estudiar a otra parte del país en una escuela mixta, no sería internado así que vivirías solo. ¿Crees que estarías bien?
  —¿y tú qué quieres hacer conmigo?
  —ya te dije, llevarte al doctor y que tus hermanos te vean.
  —¿y después?
  —y después si tu mamá sigue igual entonces divorciarme y llevarme a Vernon contigo.
  —¿y mi hermano?.
  —sí él quiere venir conmigo pues vendrá con nosotros. Vernon va a ir a dónde tú vayas.
  —pero soy gay...
  —no puedes tener dos padres que estén en tu contra. No estoy de a cuerdo con tu sexualidad pero bueno... supongo que dios así quiso que fueras y ya que no le has hecho nada a nadie podremos superarlo—miré hacia arriba al sentir lágrimas en mis ojos y en eso sonó la maldita moneda—. Y de haber sabido que eras tú de verdad te habría dado un fuerte abrazo hijo.
  —te habría quitado—se rió un poco—es que creo que llevo mucho tiempo sin abrazarte... es algo muy raro pensarlo.
—Wonwoo... ¿estuviste a punto de morir dijiste?—solté una risa nerviosa.
—olvídalo por ahora.
—¡eres mi primogénito cómo voy a olvidar que dijiste que ibas a morir!.
—quedé inconsciente cuando me caí de la ventana y luego me corretearon para ponerme a salvo y me di un otro golpe porque ¡ah! Estem... me di un buen golpe que fue lo que me dejó inconsciente cuando me caí y pues... me andaba muriendo hasta que llegó Seungcheol por mi y le pidió a sus padres que son médicos que me atendieran. Por eso no me morí.
—voy por ti.
—no. Papá, estoy bien. Ahora no traigo los lentes y sí, tengo algo de frío pero estoy bien—la última moneda se cayó—papá, ya sé está acabando el tiempo. Te llamaré cuando me mueva, lo juro.
—hijo...
—cuida mucho de mis hermanos. Dile a mamá que lo siento y...
—tu llamada es el mejor regalo de navidad. Te amo hijo—la llamada terminó y la operadora pidió que metiera más monedas si quería seguir la llamada.
Mis piernas se vencieron de nuevo y mis ojos empezaron a llorar aunque no hipeaba o hacia algún sonido de llanto, solo mis ojos lloraban y mi pecho tenía esta sensación de que le faltaba el aire.
Estiré mi brazo hacia el teléfono para poderme levantar pero sentía que solo respiraba aire frío, mis manos se estaban congelando como cuando estaba muy enfermo.
Esas últimas palabras se repetían en mi cabeza en bucle como si fuera algo malo que papá me dijera eso. Yo no sabía cómo reaccionar y esa llamada estuvo tan llena de emociones qué tal vez tampoco mi cuerpo supo qué hacer.

You Don't Have To Go •Soonwoo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora