Capítulo 27

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POV Wonwoo:

Fui asignado temporalmente al dormitorio de Jun y Soonyoung. Regresaría a mi dormito a penas iniciara mi último año pero en lo que acababa este año escolar.
La cosa era acostumbrarme a estar con Soonyoung y Jun ya que eran muy diferentes a los chicos con los que antes estaba.
Lo que me refería era que Hoshi llegaba después de su última clase, se quitaba la ropa y se ponía su uniforme de Taekwondo ahí mismo en el dormitorio. Después hacía su mochila para llevarla con él y regresar ya duchado al dormitorio.
No era que me sintiera incómodo pero salía del dormitorio cada que hacía eso, creí que era lo mejor para no sentirnos raros.
—¡okey! Yo soy como de tu tamaño—Jun se paró al lado de mi en la pista de atletismo.
Era mi primer día después de la asquerosa donación de papá para que me metieran con los de atletismo. Como no sabía correr Jun se ofreció para ayudar aunque de ayuda no era mucho.
—¿por qué no sabes correr?
—no lo sé. Nunca tuve que hacer ejercicio.
—y aún así eres muy flaco—volteé a verlo con el ceño fruncido—. ¿Delgado es una mejor palabra?
—no me gusta ser delgado, menos me gusta que la gente siempre me lo repita. No es como si yo no supiera que lo soy.
—okey. Ya no lo diré—tomó una bolsa—cámbiate, estarás más cómodo con esto.
—¿y esto?
—es mi ropa deportiva. Por eso te dije que medimos como lo mismo
La ropa de Jun me quedaba horrible. Me quedaba floja y Jun se dio cuenta porque el entrenador incluso le reclamó por el tiempo que tardó intentando que se viera menos mal.
—y tengo que correr.
—no, te pondré a hacer ejercicio porque si no puedes correr es por algo.

—odio a Jun—Soonyoung se rió cuando entró a nuestro dormitorio.
—ve a tomar una ducha Won—se acercó y me dio un beso—estás sudado.
—¿irás a entrenar?
—sí. Se acerca algo importante así que debo entrenar—dio unas palmadas en mi abdomen y luego fue a su espacio para sacar su uniforme.
Se quitó la camisa dándome la espalda pero aún así me sentí bastante atraído en ese momento. Antes de que me sintiera mal el día en que estábamos en su casa y nos besamos yo estaba tocando esa espalda que desde mi perspectiva se veía tan atractiva.
De hecho desde mi perspectiva su cuerpo se veía como un objeto de deseo, por alguna razón tenía la necesidad de tocarlo y sentirlo cerca de mi. Era una sensación rara entre mis piernas que subía hasta mi estómago.
Cuando tenía la intención de levantarme para al menos besarlo sentí un problema. Dolor. Dolor en mi entrepierna.
Volteé a ver y al notar un bulto ahogué un grito, antes de que Hoshi volteara me puse una almohada en mis piernas intentando cubrirme.
Estaba a unos pocos meses de cumplir diecisiete y en mi vida me había pasado esto. Ni mientras dormía ni al ver algún tipo de imagen en revistas (como las de Jeonghan) o películas. Quizá porque en ese caso eran mujeres y parecía ser que a mí no me gustaban las mujeres pero me sentía extremadamente avergonzado de que la primera vez que me pasara fuera en frente de Soonyoung.
Sé lo que es y entiendo que es "normal" pero como nunca me había pasado. No quiero que Hoshi se sienta incómodo o piense mal de mi. No soy un pervertido, no es algo que yo quería que pasara
—¿te sientes bien?—sentía que si me tocaba mi cuerpo se iba a quemar.
—sí. Ve a practicar.
—me puedes alcanzar como en una hora y media si quieres, el entrenador me dejará entrenar un rato solo.
—okey.
—¿de verdad estás bien? Te pusiste todo rojo—cuando acercó su mano a mi lo tomé por impulso de la muñeca y para que no pareciera agresivo lo jalé un poco para yo levantarme un poco presionando aún la almohada contra mi entrepierna y besarlo.
Y ya siento que no puedo separar mis labios de los de él, me siento desesperado y tengo tanto calor y aunque continua el beso sé que no va a ser por mucho.
  —hey—me toma del mentón separándose—. Toma una ducha ¿okey? Te ayudará con tu problema—sus ojos se posicionan en el bulto en mi entrepierna rápidamente antes de volver a mi.
Solté la almohada y no me di cuenta
  —lo...—me da un pico antes de que pueda decirle que lo siento.
  —tranquilo. Debo ir a entrenar, te espero—me dio un beso en la mejilla y salió.
Entonces crucé todo el camino del dormitorio a las duchas intentando sufrirme para hacerlo que él me dijo que hiciera.
Yo sabía lo que era el sexo, entendía perfectamente cómo funcionaba y la manera en la que esas parte del cuerpo (de hombres y mujeres respectivamente) funcionaban pero yo como persona no me consideraba un ser sexual.
Jamás me atrajo la idea del sexo y no creía que eso fuera, no sentía que fuera eso porque sí fuera eso ¿cómo funcionaba? Entre hombres era imposible y si había homosexuales en mujeres también era confuso cómo funcionaba. Suponía que simplemente se trataba de masturbación.
No quería pensar en eso. Quería quitarme la idea lo más pronto de mi cabeza para evitar que mi relación que de por sí ya era complicado por el hecho de ser con un hombre se pusiera incomoda.
Ojalá mi cabeza se callara un rato y pudiera simplemente...
Comer. Estaba comiendo mientras veía a Hoshi entrenar, tenía un libro en las piernas esperando a que me interesara abrir el libro. Solo quería seguir sintiendo que comía algo para llenar esa extraña sensación en mi.
No tenía tiempo para pensar en reflejos básicos del cuerpo ante estímulos sexuales. Debía hacer que mi papá se sintiera orgulloso de mí sobre el atletismo para que me dejara dejar el atletismo y volver a mi vida normal en la que tenía clases a gusto.
Simplemente me levanté y salí del salón de Taekwondo dejando a Hoshi solo.
  —ven—jalé a Jun antes de que entrara al dormitorio.
  —quiero descansar...

  —recapitulando todo. Tuviste una erección y te sientes muy incómodo con el hecho de que Hoshi se haya enterado porque no te quieres concentrar en iniciar una vida sexual sino más bien en complacer las altísimas expectativas que tiene tu padre sobre ti para que te deje en paz—tomó de su café—es realmente loca la manera en la que piensas—se acercó y le dio una mordida a mi barrita—. Está muy dulce.
  —¿qué crees que debería hacer?
  —coger—me quitó la barrita—estás muy estresado.
  —tengo dieciséis.
  —¿y?.
  —y estoy con un hombre.
  —y no sabes nada de la vida. Eres como Joshua pero tonto...—frunció el ceño pareciendo que en su cabeza se había formado una idea borrosa para la que debía estar en silencio—. Nunca lo veo en pasillos pero ahora es menos
"Wonwoo... cuida a Jun y a tu novio" mi cabeza vuelve a ese momento por unos segundos. Como se detuvo al escuchar su nombre como si se lo pensara, tenía su chamarra puesta e incluso seguía teniendo cuando se fue.
—Jun...—no le digas Wonwoo, no seas idiota.
—¿qué ocurre?—cuando me mira con esos ojos totalmente centrados en mí pero que a penas hace unos segundos estaban en el recuerdo de ese amor se me rompe el corazón y no creo ser fuerte para decirle.
La pregunta de si es más cruel decirle o no decirle me da vueltas unos segundos.
—Josh... Joshua ¿tenía alguna actitud rara que expresara algún problema mental?
—¿de qué hablas?—sus ojos se hacen grandes.
—no lo sé. Es que me cuesta creer que una persona simplemente cambie así de como lo describías.
—no corazón, Joshua...—miró hacia arriba unos segundos—sí, bueno no pero sí. A veces cuando estábamos juntos de manera... ya sabes—no sé pero que continúe—le encontraba moratones en las costillas—ah ya sé, de manera en la que no tenían ropa—y no me decía qué le había pasado. A veces pasaba todo el fin de semana en mi casa con excusas vagas por lo que tengo la sospecha de que alguien en casa lo golpeaba.
—¿tenía cortes o quemaduras?—entonces sus pupilas se hacen pequeñas y siento que lo arruiné.
—¿quemaduras?—no gritó pero lo dijo preocupado—¿cómo quemaduras?.
—t-t...—en ese momento consideró la opción de que es mejor dejar de hablar.
¿Qué le digo? "Tiene en ambas palmas de las manos y en la articulación del codo y si lo que dijo es cierto es porque lo electrocutaron, cosa que es cruel e inhumana".
Igualmente no hace falta mucho de mi parte para que Jun se deje caer sobre el sillón con las manos en la cara.
—me vas a matar de la preocupación ¿qué pasó? ¿Qué viste?—mi corazón latía fuerte, esta no era la plática que quería tener con Jun.
Cometí un gran error.
—¿dónde está Joshua?—miré a cualquier lugar como si nunca hubiera visto el lugar pero me movió fuertemente tomándome de los hombros y gritó algo.
Siguió hablando molesto en algún otro idioma o quizá mi cabeza ya no procesaba lo que decía. Decidí reaccionar por esa pizca de curiosidad sobre si él estaba hablando en otro idioma o si yo no le estaba entendiendo.
—Jun—le tomé las manos y pasé mis dedos por sus palmas—esta zona de aquí y la articulación de sus codos está quemada—hizo un leve puchero—y... Joshua—respiré profundo y cerré mis ojos con la esperanza de no ver el dolor en su expresión rompiéndome mas el corazón—. Joshua intentó terminar con su vida
—no, no lo hizo. Joshua siempre ha sido una persona con esperanza respecto al futuro. No lo haría

You Don't Have To Go •Soonwoo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora