Sus manos recorrían mis caderas con suavidad sin despegar ni un momento nuestros labios.
Mis brazos rodeaban su cuello acercándolo cada vez más a mi, hasta que su pecho y el mío se tocaban, su lengua no dejaba de luchar con la mía y sus dedos no dejaban de darle atención a mi piel.
Pronto sus manos subieron a mi camisa para desabotonarla un poco hasta dejar expuestos mis pechos cubiertos por un sostén blanco y sacarme la camisa.
Me separé del beso para poder admirar su rostro.
—Eres tan lindo... —susurré viéndolo directamente a los ojos.
Apartó la mirada avergonzado y me pareció aún mas lindo.
Escondió su rostro en mi cuello y pronto empecé a sentir húmedos besos por toda esa área. Tiré levemente de su cabello, dándole a entender lo mucho que me gustaba, los jadeos no se quedaban atrás. Subí una de mis piernas a su cadera, necesitaba sentirlo aún más cerca de mi.
Hubo un momento donde nos dio vuelta y ahora yo estaba sentada en su regazo, besándolo tranquilamente mientras pasaba mis manos por todo su pecho, sentía como sus dedos recorrían mis brazos con lentitud, su contacto ardía, como si me estuviera quemando, así era justo como me hacía sentir Newt Scamander.
Lo abracé, como nunca lo había hecho, sentir el calor de su cuerpo al mismo tiempo que el de su boca me hacía sentir muy reconfortada.
Me hacía sentir bien.
Solo él.
Como nadie nunca pudo hacerlo.
De una forma tan sincera y verdadera, más allá de un deseo físico siento como su alma me desea, como me ama y el como quiere lo mejor para mi.
Newt no será muy bueno con las palabras en ocasiones, pero lo demuestra con acciones y eso es lo mejor de él.
Me separo lentamente del beso y bajo mi mirada a su camisa, desabotono los primeros dos botones, deteniéndome para mirarlo a los ojos para tener su consentimiento.
—Hazlo. —dijo seguro.
Asentí, con las mejillas rojas y las manos temblorosas desabotoné otro botón, y otro, hasta que solo quedaron un par. Ni siquiera podía mirar su cuerpo, me ponía nerviosa en por fin verlo sin camisa, ni estómago dolía de la emoción, estaba confiando en mi, no necesitaba decirlo.
Suspiré cuando me ayudó a deshacerse de su camisa.
Merlin, es tan perfecto. Cada parte de su cuerpo es tan jodidamente hermosa que me está volviendo completamente loca.
Lo volví a abrazar, sintiendo sus manos acariciar mi espalda desnuda y nuestra piel tocarse directamente mientras su calor se mezclaba con el mío.
Volví a besarlo, hasta quedarnos sin aire.
—Te amo.
Soltó derrepente, mi corazón se aceleró mil veces más de lo que ya estaba, mi rostro ardía al igual que mi pecho.
Mierda, amo estar enamorada.
—También te amo. —respondí pocos segundos después.
Estaba por volverlo a besar cuando llamaron a la puerta.
Chasqueo la lengua y me bajo de Newt, sacando de mi armario una blusa para ponerme rápido, le di oportunidad de empezar a colocarse la camisa.
Abrí un poco la puerta, sacando solo la cabeza.
Tom...
—Hola, no creí que siguieras despierta, vine a ver cómo estabas. —dice entrando a la habitación sin yo poder evitarlo, deteniéndose justo cuando ve a Newt sentado en mi cama abotonándose la camisa —Oh, interrumpí algo? —pregunta mirando a Newt de arriba hacia abajo —Scamander.
—Riddle. —dijo terminado de abotonarse la camisa.
—Veo que ustedes dos se la pasan muy bien. —comenta sonriendo de lado —¿Me les puedo unir a la diversión?
—No, yo ya me iba. —responde seco.
—Bien, mejor para mi, así tendré un momento a solas con ella, ya sabe, yo si puedo darle de verdad... —dice con arrogancia.
—Ya es tarde, la hora de queda es pronto, no creo que puedas quedarte mucho tiempo. —responde arqueando una ceja.
—Quizás me quede.
Newt rió cortamente mientras guardaba sus cosas en su mochila para después acercarse a Tom, quien seguía en la puerta.
—No intentes nada aún, Tom, después de todo quien realmente le gusta soy yo... —sonrió de lado —suerte ganándote su confianza, no creo que lo logres muy pronto.
—Ya veremos. —responde el otro con la mandíbula apretada, haciendo que las venas de su cuello se marquen.
Newt me miró por un momento y después de sonreírme salió de mi habitación.
Suspiré frustrada y me tiré de espaldas a cama.
Maldito Riddle... me quitas un problema de encima pero me das otros dos más.
—Ni siquiera necesito preguntar cómo estás, veo que Scamander te hace muy feliz.
—Si... —susurré cerrando los ojos.
—Si son tan felices juntos, —lo sentí acercarse a la cama —¿porqué me estás dando una oportunidad a mi?
—Todos merecemos ser felices, —respondí —y si darte esa oportunidad te hace feliz, te la daré, después del favor que me hiciste, me siento en deuda contigo.
—No era la intención, lo hice porque yo quería, si me dabas la oportunidad estaba bien, y si no, al menos lo intenté, —abrí un ojo, encontrándomelo de brazos cruzados frente a mi cama —no puedes hacer feliz a una persona si le estás dando falsas esperanzas, _____, las cuales son muy obvias, yo no te gusto ni un poco y tampoco me necesitas, lo tienes todo con él.
—Si te sientes más cómodo, podemos seguir siendo amigos. —dije, mandando al diablo aquel supuesto plan de acercarme a él para averiguar lo de Bell.
—Ese es el problema, —se acerca más a mi —no quiero que seamos solo amigos, pero tampoco quiero que me des falsas esperanzas, yo no tenía ningún problema en compartirte con Scamander.
—¿Compartirme? —me sostuve sobre mis codos —¿como un objeto? —arqueo la ceja y él se frota el rostro con desesperación.
—Aún no entiendo porqué tuve que enamorarme de ti, ojalá hubiera una forma en la que te hiciera amarme como lo amas a él... —dijo, analizando sus palabras y quedándose en un extraño silencio por un momento —pero no lo hay, supongo. —dijo después —Te veo después, lamento haber interrumpido el gran evento de quitarle la virginidad a Scamander. —hace una reverencia en burla y luego sale de la habitación.