Capitulo 24

7 2 0
                                    

-Edgar

A veces las personas no quieren escuchar aun sabiendo que la verdad puede estar ahí, o no.

Levana siempre ha sido así una cabezota, que no me va a escuchar hasta que se lo grité desesperado, porque la quiero, la quiero con el alma.

Mis compañeros de piso siempre han dicho que si quieres buscarme, busca una melena rubia, pasando los hombros, como los de Levana, que siempre he sido un pesado hablando de ella una y otra vez, al final le iba a gastar el nombre. Pero ahora me tocaba vivir una Odisea para recuperarla o eso quería, aunque realmente no fué mi culpa.

Tiré las pequeñas piedras en su ventana intentando captar su atención.

—Que coño quieres pesado.

—Que me escuches.

—Por qué no me llamas y no dejas de dar por culo.

—No lo cojes.

—¿Y tu que sabes?

Ella miró el teléfono y vió más de veinte llamadas perdidas mías.

—Ves.

—Que me dejes dormir, que son las una.

—Cojeme el móvil y hablemos.

—No.

—Voy a subir.

—Edgar no —la escuche chillando.

Pegue a la puerta, esperando que Alma me abra la puerta.

—Estas loco ¿a esta hora? —me dijo en un bostezo, abriendo la puerta.

—Necesito verla.

—Lo que tú digas.

Subí por las escaleras corriendo, buscando el cuarto de Levana donde la ví hace una semana por última vez, añoraba su voz aunque estuviera cabreada. Cuando escuché un portazo ya supe que estaba aquí.

—Que te vayas.

—Levana que no.

—Eres un puto pesado que me dejes en paz —me chilló

Abre la puerta de golpe mirándola irritada.

—Que te vayas joder —me dijo entre gritos y llorando.

—¿Qué te pasa?

—No pudo responderme.

Me acerque a ella y la abracé, la abracé algo que realmente ella no quiso pero no podía más y se hincho a llorar conmigo, me dolía mucho verla así rota.

—¿Me lo quieres contar?

Me abrazó y se quedó callada.

—Yamila no es mi novia ni nada de eso, es mi prima.

Me miró de golpe con los ojos llorosos.

—¿Enserio?

—Si, mi niña sí.

Y así la volví a besar, buscando sus labios con intensidad y ansias.

En el fondo, te gustaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora