Capitulo 39

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-Levana

Se podría decir que plasmar la pintura en un cuadro es complicado, remover los colores, poner el óleo sobre el lienzo o acuarelar en el block de notas, pero a veces no se el porque pinto si los voy a guardar debajo de mi casa y van a comer polvo todos los días, quien pudiera enseñar mis obras y sentirse contentas con ellas, la mezcla de colores de óleo que me encanta, me siga encantando cuando a alguien logre vendersela, a veces no se lo que pinto, me suelo dejar llevar por mi imaginación y colores, poder pintar siluetas que acaban siendo flores, creo que es una etapa pero todo lo que pinto acaban siendo flores dando igual que colores elija.

Estaba en el sótano viendo mis cuadros, uno tras otro sin saber qué hacer con ellos, algo que para mi había limpiado mi mente ahora atormentaba mi lugar de dibujo o sótano, Alma en el viaje de intercambio me dijo que dibujo de maravilla, que de mayor si seguía así podría comer de ello, o podria dedicarme al arte, pero las dudas de mi cabeza me revolvían hasta el estómago, no quería ser estos artistas callejeros que vi en mi viaje a Francia.

Caótica en mis pensamientos vino mi pequeña y ya no tan pequeña salvación Rocky.

—Hey hey ¿qué haces aquí pequeñajo? —pregunté — ¿tú no estabas comiendo?

A pesar de ser un perro parece ser que me entendía cuando le hablaba, sus ojos me mostraban confianza y cariño, a la vez que paz y tranquilidad, muchas veces pienso que los perros son mejores que las personas.

Rocky como respuesta movía la cola y parece ser que sonreía para mi, un momento que se había fotografiado en mi cabeza, la sonrisa de mi pequeño Rocky.

—¿Qué te gusta este cuadro?

Rocky dio un ladrido y se movió cerca del cuadro.

—Eso es que si, lo triste de todo esto es que no se que hacer con los cuadros.

Mi perro se sentó delante del cuadro y me miró

—¿Rocky que me quieres decir pequeño? Que me abra mentalmente y los venda al mundo, es algo muy complicado.

Rocky ladró en respuesta.

Poco después acomodando los cuadros en su sitio me llamó mi queridísimo Edgar en el momento menos adecuado, pero bueno.

Edgar: buenos días preciosa.

Levana: buenos días Edgar, me pillas un poco ocupada.

Edgar: ¿ordenando los cuadros?

Levana: pues si, ¿como lo sabes?

Edgar: se te escucha un poco agobiada y hay eco y en tu piso no hay mucho eco que digamos.

Levana: también es verdad.

Edgar: he pensado que si querías puedo ayudarte a ordenar los cuadros y traigo el desayuno de la cafetería de la esquina.

Levana: no lo sé Edgar, es algo muy mío, es donde plasmo mis emociones,mis subidas y mis bajadas y cada vez se me acumulan más cuadros.

Edgar: ya veo un poco de lío, ¿no has pensado en venderlos? Yo creo que así le ganarías beneficios.

Levana: me da miedo que juzguen mis obras que han sido mi paz mental durante años.

Edgar: te entiendo, lo malo es que yo hago monigotes, mira pequeñaja tu no te preocupes, que yo voy a traer un poco de pan con tumaca y algo de la cafetería y vamos viendo, ¿te parece?

Levana: molt catalá de part teva, pero me parece buena idea, ven por favor es sábado y mi cabeza está hecha un lio.

Sobre una hora después pegó Edgar en mi casa, olía la comida desde fuera, y por mala suerte no fui yo la primera en saludar, fue Rocky que ahora es el centro de atención de este pequeño piso.

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