Nico: me pillas follando ¿y me pides chuches para una chica?
Edgar: es más que una chica —le dije inquieto.
Nico: me lo imagino por qué eres un pesado, pero joder para una vez que... Bueno, tú sabes que.
Era inevitable que me riera en esta situación aunque no era para reírse.
Nico: se tu mismo tío, yo creo que le va a gustar más.
Edgar: vale tío, muchas gracias, te quiero
Nico: si que estás raro si, pero no me llames más eh —me dijo riéndose.
Esto es más que amistad para mí, al final le hice caso y cogí mis chuches favoritas y otras por si acaso, por qué a mí me gusta lo acido pero ella era un mundo loco y no lo sabía tan bien como creía. En el chocolate no lo dudé lo había visto en su casa un par de veces, y a ella comiéndoselo y ofreciéndome, asique supongo que era ése.
Después de ver mi cesta con chuches y chocolate la cabeza me daba vueltas pensando que le gustaban a las mujeres, la verdad pensé mucho en maquillaje pero yo soy malísimo en eso.
Pero al final por ella hacía todo lo que pudiera me gustara o no lo hacía por ella.
¿Y si ya tiene este maquillaje?
¿Y si no le gusta y le gusta uno de mejor marca?
¿Y si realmente tiene mucho?
¿Y si no le gusta que yo le regalé esto?
Y mis dudas en mi cabeza seguían hasta que vi la hora y me eche para adelante.
—¿Es para tu novia? —me preguntó una dependienta.
—Si más o menos.
—Este de aquí es el más vendido, y el que más nos gusta si sabes del maquillaje.
La chica me dió un pintalabios de una marca extraña y le agradecí y cuando se dio la vuelta cogí los demás colores y pagué en la caja.
Cuando estaba distraído me di cuenta que el mejor regaló lo tenía enfrente.
Me fijé en un hombre de ropa arrugada y no muy bonita sentado en la puerta teniendo un par de cachorros que casi parecía que los estaban matando de tanto ruido que hacían, eran tan pequeños.
—¿Qué raza son?
—Tengo varías razas —me contestó.
Cogí uno que me llamó por lo pequeño que era.
—Ese quiero.
—Border Collie.
—¿Cuánto quieres?
—Lo que sea, no puedo tenerlos, cómo se queden aquí más tiempo morirán.
Me dió pena y sentimiento a si que le dí un par de billetes, para que pudiera comer por unos cuantos días.
Y me fui al coche con una cría en mis brazos, y quejándome del precio del maquillaje no sabía que un par de pintalabios valían tanto.
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En el fondo, te gusta
RomanceDespués de tanta infancia juntos, se vuelven a encontrar, por un error, ella maldice la biología marina, y el le enseña a amarla. ¿Amar la biología o a el?