Capitulo 33

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-Levana

¿Se podía sentir tanto con un simple beso? ¿podríamos ser todo? sin ser nada.

Pues claro que sí joder, cuando lo besaba me sentía tonta, me atontaba de verdad, se me paraba el corazón cuando sentia sus labios sobre mí, nunca había sentido esa sensación de sentirme tan comoda cuando alguien me besa. Joder no paraba de recordar las veces que el me besaba que posaba sus manos delidamente en mi cintura, cuando ponia su mano derecha en mi cintura baja y me hacercaba a su pecho podia sentirlo tan cerca de mi, que mi necesidad de pedir más de él erao que mas queria mi cuerpo y yo misma.

Rocky me miraba esperando su comida, como siempre le daba su pienso en un cuenco de color rosa llamativo, yo se que no pega mucho con su nombre Edgar me lo había repetido mil veces, pero ¿y que? mi Border Collie que cada vez crecía más era más varonil pero también tenía un cuenco rosa fucsia  y yo estaba muy orgullosa aunque Edgar quería uno azul mar, hoy me había despistado mucho pintando, me había dejado caer en ese cuadro mientras me deslizaba entre los pinceles, hasta que me di cuenta por un ladrido de que Rocky estaba hambriento.

—¿Qué pasa Rocky tienes hambre?

Rocky dejó caer su cuenco rosa al lado mia y dio un ladrido.

—Parece ser que sí, que tienes hambre —dije como si mi perro me hubiera entendido, mientras le rellenaba el cuenco.

—¿Quieres una chuche?

Mi perro Rocky, volvió a ladrar y yo sonrreí.

—¿Tú también echas de menos a Edgar? —le pregunté a mi perro mientras le echaba un par de chuches, que me habían vendido en el supermercado por una oferta.

Mi perro volvió a ladrar, ya no se sí ladraba diciéndome que si o que estaba hambriento, así que le di su comida.

Vaya comedero más aburrido, si fuera por mí pondría Rocky con diamantes de color plateado pero Edgar me mataría.

En un par de horas tenía una llamada de Edgar, que me llamaba para saber como estaba a la ver qué miraba si está bien, o me echaba de menos. 

Edgar: buenas noches pintora, ¿qué tal estás?

Levana: buenas noches tengo una sorpresa para ti.

Edgar: ¿una sorpresa para mí?

Levana: sí una muy bonita —le dije mientras miraba mi obra de arte, al final el nombre de mi perro en diamantes de color plateado quedaba de maravilla.

Edgar: levana, dándome sorpresas que raro.

Levana: no voy a morderte eh —dije algo ofendida

Edgar: venga que es broma tonta, qué me vas a enseñar  ¿un cuadro?

Levana: es una sorpresa no una maravilla

Edgar: vaya boba

Levana: que tonto eres eh —le dije riendome.

Edgar: te echo de menos.

Levana: y yo, ¿tán ocupado estás?

Edgar: demasiado, estoy con proyectos finales y tal.

Levana: ¿crees que esta noche me podrás llamar?

Edgar: es complicado esta noche, sobre todo por videollamada.

Levana: jo, que aburrido.

Edgar: cuando termine con todo esto te lo recompenso preciosa.

Levana: vale te quiero.

Edgar: y yo, buenas noches a mi pintora favorita.

Levana: pero si todavía no has visto mis cuadros.

Edgar: tardas mucho, pero ¿y qué? Seguirás siendo mi favorita pintes mal o pintes bien.

Levana: venga buenas noches anda bobo te quiero.

Edgar colgó la llamada y lo escuche en mi oído, lo echo tanto de menos.

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