Al final Iker me convenció de ver a mi chica y a su amiga, y el dando por culo, como no.
Esa cafetería que le gustaba tanto a mí chica, ya que olía a galletas caseras desde que entrabas, y eran sus favoritas.
—Cuando van a venir —me preguntó mi amigo rompiendo el silencio incómodo.
—En poco tiempo —dije dándole un sorbo a mi expresó.
Fué decirlo y la vi, joder que guapa es.
Si vestido blanco de florecillas, con su bolso de esparto, y sus características converse, está vez en color gris, aveces me preguntaba ¿Cuantos colores de converse tenía?
Fue casi instantáneo nuestras miradas se fundieron desde que escuché la campanita de la puerta de entrada, que te avisaba cuando alguien entraba o salía.
Me levanté fui hacia ella y la abracé, la levanté con el abrazo y sentí el aroma de su colonia de vainilla algo muy particular en ella.
Sus pies al tocar el suelo hacian que mi cuerpo masculino le sacara una cabeza y media, es bajita y preciosa.
Mi mano izquierda se colo en su pelo rubio y la besé, sentí su lengua y su sabor exquisito dentro de mi boca, joder.
Mi mano derecha bajo a su gluteo, y subí un poco el vestido, me había calentado con solo sentir su lengua.
—Edgar no es el momento —me respondio en un susurro caliente en mi cuello
—Si me lo dices a si se me complica la cosa —respondí caliente tocando sus piernas.
Que respondían hacia a mi erizadas por haberlas tocado.
—Pero razón no te falta —susurre a su oido mientras separaba mis manos de su perfecto cuerpo y poco a poco separándome de ella.
Pudé notar que se había sonrojado tras mis caricias exploradoras, con las que quería descubrir su cuerpo una y otra vez.
—Vamos que nos están viendo —me dijo sonrojada.
me llevo de la mano hasta Iker y Alma que ambos estaban muy sonrrientes más de lo normal, pero bueno.
—¿Hemos hecho una quedada merienda? —pregunto Levana.
—Se ve que sí —contesto Iker.
Estuvimos hablando de nuestras carreras universitarias de los agobios que teníamos pero de lo feliz que éramos de estudiar lo que nos gusta, poco después pedimos todos y me sorprendió que Levana pidiera lo mismo capuchino y que Alma pidiera un batido de fresa en una cafetería, pero bueno después de pedir mi expreso doble me giré y vi que Iker tenia los mismo y al final todos nos hechamos a reir.
—Pues yo quiero tarta —soltó Levana bebiéndose el café— o galletas.
—Opino lo mismo —dijó Alma
Yo miré a mi chica y la sonrreí, y mi mano se apoyó en su pierna.
—pues venga yo también —respondí
—No me queda otra creo yo.
—Parece que no tío —me respondío mi amigo.
Al final tuve que aguantarme mis ganas de embarazarla ahí mismo, y acabamos disfrutando de la tarta de galleta y tres chocolates que eligió Levana, como escusa de que las galletas son perfectas y que por eso debíamos de tomar galletas.
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En el fondo, te gusta
RomanceDespués de tanta infancia juntos, se vuelven a encontrar, por un error, ella maldice la biología marina, y el le enseña a amarla. ¿Amar la biología o a el?