Lea
Estoy de camino al MHY para darle la noticia a Enzo y poder llevarlo al CAVC.
Voy hasta la chica que está en la recepción, me registro y bajo en el ascensor.
Allí me encuentro a Frank y Steve, los saludo y me acompañan a la sala en la que se encuentra Enzo. Al entrar me encuentro todo como siempre, bueno, no todo. Enzo no tiene los ojos vendados ni las manos esposadas. Cierro la puerta y empiezo a hablar.
- Buenos días - saludo con una sonrisa.
- Buenos días Lea - me saluda devolviéndome la sonrisa - ¿tú sabes por qué hoy no me han esposado ni nada?
- La verdad es que sí. Tengo una sorpresa para ti - le digo mientras me siento - ayer cuando salí, después de estar contigo me reuní con el señor Meison, le conté todo lo relevante del caso, lo que había hablado contigo, también le di mi opinión sobre el caso y al fin estuvo de acuerdo conmigo, así que le hice una propuesta, llevarte al centro que yo creé, se llama CAVC, ¿tú estás de acuerdo con esta decisión? - le pregunto.
- ¿Estás de broma Lea?, claro que quiero ir - me dice con los ojos cristalizados por la emoción - muchas gracias.
Me levanto y le doy un fuerte abrazo al que el corresponde casi de inmediato
- Ahora tengo que ir a rellenar unos papeles y después podremos irnos - le digo.
Salgo de la habitación para dirigirme al despacho del señor Meison. Toco la puerta y cuando escucho un pase, entro. Al entrar, me encuentro al señor Meison revisando unos documentos. Levanta la cabeza y al verme me saluda cordialmente.
- Buenos días señorita Vera, ¿cómo se encuentra?
- Buenos días señor Meison, me encuentro bien, gracias. Vengo a rellenar los papeles para el traslado de Enzo - le digo y él saca una carpeta, me la entrega y yo saco los documentos de su interior.
- Esto es lo que tiene que rellenar - me dice mientras me entrega un bolígrafo.
Cuando he acabado de completar toda la información se los entregó y él los revisa. Al ver que todo está bien, los firma.
- Ha sido un placer trabajar con usted, señorita Vera, espero poder volver a hacerlo en otra ocasión - me estrecha la mano.
- Lo mismo digo señor Meison. Ahora, si me lo permite, voy a irme.
Salgo del despacho y vuelvo a bajar para ir a por Enzo.
Entro en la habitación en la que está y digo:
- Ya podemos irnos - le digo y él se pone de pie. Al salir me encuentro con Steve y Frank de los que me despido. El ambiente está un poco tenso desde que compartí unas palabras con Frank acerca de cómo hago mi trabajo.
Subimos en el ascensor y salimos a la calle.
- Hacía bastante tiempo que no veía el sol - me dice mientras disfruta del sol que hay.
- Vamos, mi coche está a un par de calles de aquí - le digo mientras le dirijo una pequeña sonrisa.
Estamos yendo a mi coche cuando pasamos por delante de una tienda en la que tienen todo tipo de dulces y bebidas.
Compartimos una mirada y entramos.
Pedimos dos cafés y un desayuno completo para llevar, en el que incluyen una gran variedad de dulces.
Cuando pruebo mi café, me invade un placer enorme, está buenísimo. Miro a Enzo y creo que piensa lo mismo.
Él me dice que pruebe el bollito de chocolate pero yo niego con la cabeza.
- Gracias, pero es que no me gusta nada el chocolate - al decir eso, me mira como si estuviera loca.
- No puede ser - dice anonadado - ¿de qué planeta eres?, el chocolate es lo mejor que hay - dice sin poder creérselo.
- Mi madre y mi hermana me decían lo mismo, pero es que lo odio.
Llegamos a mi coche y nos ponemos en marcha.
- Una pregunta Lea, ¿qué significa el nombre del centro?
- Centro de Acercamiento a la Vida Cotidiana - le explico.
- ¿Y por qué decidiste fundarlo?
- Lo creé para gente que tiene algún problema con el que no puede llevar una vida "normal" pero tampoco es necesario que esté en un psiquiátrico. También lo hice para gente que se dice que es un psicópata o ha cometido un crimen muy grave pero con la información o pruebas que he conseguido, creo que no es así - le explico.
El resto del viaje estuvimos escuchando música desde mi celular ya que estaba conectado al coche. Enzo se sabía la mayoría de canciones, al principio nos daba un poco de vergüenza pero después nos soltamos y las cantamos a pleno pulmón.
Cuando llegamos, entramos y fuimos a la habitación que le asignaron.
- Este va a ser tu cuarto, en el armario tienes ropa del estilo que me comentaste que usabas. Puedes salir de tu habitación cuando quieras e ir a donde te apetezca, hay muchas actividades que puedes hacer como cocinar, leer, pintar, salir al patio, ir a la piscina y bastantes más cosas. Hay unos papeles en la mesa en el que te lo explica todo. Yo suelo venir un par de veces al mes, así que no te vas a poder librar de mi tan fácilmente - le dedico una pequeña sonrisa - ¿tienes alguna duda?
Él niega con la cabeza y me dice:
- Muchas gracias Lea, por todo - le sonrío de nuevo.
- Por cierto, también hay un teléfono en la mesa con el que me puedes llamar cuando quieras, siempre voy a estar - cuando acabo de decirle esto me abraza.
- Eres la mejor - cuando dice esto, me pongo un poco roja.
- Vamos, tienes que conocer a alguien antes de que me vaya o no me quedaré tranquila - le digo y salimos de la habitación para dar una vuelta y que empiece a conocer a las personas que están aquí.
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Mi destino
RomanceLea es una chica como cualquier otra que vive en un pueblecito en California. Ella desde la adolescencia se enamoró de la psiquiatría, al principio todos la apoyaron pero cuando llegó el momento se dio cuenta que estaba sola. Lea eligió cumplir su...