Aviso: Este capitulo es +18, si lo quieres saltar no pasa nada, no vas a perderte información sobre la historia.
Seguí a Lea hasta que llegamos a la casa de sus abuelos. Durante el camino ninguno dijo ni una palabra pero la tensión se podía notar perfectamente.
Antes de que pudiese abrir la puerta, le pregunté:
- ¿Y tus abuelos?
- Están de viaje, no te preocupes.
Entramos en el ascensor y la acorralé contra una de las paredes de este.
- No me has dicho nada sobre cómo me queda el vestido - me dice mientras se muerde el labio inferior.
- Tengo la sensación de que ya lo sabías antes de que te viera.
- Puede ser - después de decir eso atacó mis labios.
Enredo una mano en su cabello y hago que incline su cabeza hacia un lado para poder tener mejor acceso a su boca.
Las puertas del ascensor se abren y ella me guía hasta su habitación.
Sus manos empiezan a tocarme por encima de la camiseta que llevo. Tras unos segundos tiro de ella y me la quito. Me recorrió con sus fríos dedos mientras su mirada estaba clavada en la mía.
Mis manos estaban en su cintura pero fueron bajando hasta que apreté su trasero contra mí consiguiendo que soltara un suspiro.
Volvimos a juntar nuestros labios y mis dedos fueron hasta el borde de su vestido. Antes de quitárselo la miré a sus ojos esperando su aprobación. Al principio pareció dudar pero al final asintió levemente con la cabeza.
Debajo del vestido solo llevaba unas bragas negras de encaje. Me fijé más a fondo y joder... era increíblemente perfecta.
La cogí y ella enrolló sus piernas en mi cintura. La pegué contra la pared y ella se empezó a frotar contra mí aunque todavía tenía puesto el pantalón.
- Lea, como sigas moviéndote así mañana te vas a arrepentir - le dije con la voz ronca.
Sus labios se posaron en mi cuello dejando pequeños besos húmedos hasta llegar a mi oreja.
- A ver si es verdad - me dijo en voz baja.
La llevé a la cama y me puse encima de ella.
Me acerqué lentamente hasta su oído y le susurré.
- Ahora verás lo que se siente al jugar con fuego.
Fui bajando por su cuello mientras dejaba pequeños mordiscos y besos por su cuello, seguí bajando hasta llegar a sus pechos.
Mi boca se encargó de uno mientras que el otro era atendido por mi mano. Lea soltó un pequeño gemido que me incitó a seguir.
Seguí bajando por su abdomen hasta llegar al monte de venus.
Levanté la mirada por si acaso se había arrepentido pero lo único que pude ver en su mirada era seguridad.
Continué descendiendo mientras repartía húmedos besos. Mis manos fueron de sus muslos hasta sus labios y se adentraron en ellos. Pude notar lo húmeda que estaba. Mientras teníamos unidas nuestras miradas, uno de mis dedos se adentró en ella consiguiendo que soltara un fuerte gemido. Mi lengua la recorrió entera. Con la ayuda de mis dedos, que se movían ágilmente, succioné su clítoris. Ella enredó sus dedos en mi pelo para que no me separara y siguiera con lo que estaba haciendo.
Metí un segundo dedo en su interior y ella como respuesta arqueó la espalda. Le puse una mano en su abdomen para mantenerla quieta y moví mis dedos más rápido y fuerte.
- Jake - gimió mi nombre y eso solo consiguió enviar una descarga a mi ya dura erección - me voy a venir - me aviso con la voz entrecortada.
Seguí con mis movimientos y ella al fin se corrió en mi boca.
Volví a estar encima de ella y tras un par de minutos su respiración volvió a ser normal.
Ella juntó nuestros labios y al principio el beso iba con un ritmo lento pero tras unos segundos la intensidad volvió a subir. Ella nos dio la vuelta quedando ella encima de mí. Besó y mordió mi cuello a su antojo y fue bajando su mano hasta llegar al borde de mis pantalones.
Mientras su mirada estaba clavada en la mía, introdujo una mano dentro de mi boxer y la empezó a mover ágilmente de arriba a abajo.
Me puse encima de ella y de un bolsillo saqué un condón.
Me quité los pantalones junto al boxer en un rápido movimiento y me coloqué el condón.
Me posicioné en su entrada y poco a poco me fui deslizando dentro de ella mientras soltaba un pequeño gruñido.
- Te sientes jodidamente bien Lea - le dije con voz ronca mientras ella se adaptaba a mí.
Movió ligeramente las caderas indicando que ya estaba lista. Al principio los movimientos eran lentos pero poco a poco se fueron convirtiendo en rápidos y profundos.
- Jake... más... - dijo entrecortadamente entre gemidos.
Fui bajando una mano lentamente hasta llegar a su clítoris y empecé a frotarlo. Tras unos minutos ambos llegamos a nuestro punto máximo. Me tumbé a su lado, nos dormimos rápidamente y el último pensamiento que tuve fue que iba a estar realmente jodido por esta chica.
ESTÁS LEYENDO
Mi destino
RomantizmLea es una chica como cualquier otra que vive en un pueblecito en California. Ella desde la adolescencia se enamoró de la psiquiatría, al principio todos la apoyaron pero cuando llegó el momento se dio cuenta que estaba sola. Lea eligió cumplir su...