Capítulo 30 El viaje en avión

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Lea

En unas cuantas horas tengo que estar con Marc en el aeropuerto para irnos y todavía no he hecho las maletas.

Tan responsable para unas cosas y tan desastre para otras. Ay Lea...

Ignorando a mí conciencia empiezo a preparar las maletas con lo que necesito.

Después de dos largas horas he acabado de organizar todo lo que necesito llevarme...

Le escribo a Marc para ver como va y me responde después de unos minutos.

Marc: Ya lo tengo todo preparado, recuerda que hay que estar en el aeropuerto en un par de horas antes.

Lea: Ni me lo recuerdes, yo tengo que estar allí dos horas y media antes para preparar lo de Milo y Kiko.

Marc: Si quieres puedo ir antes para acompañarte.

Lea: No te molestes, puedo ir sola.

Marc: No me cuesta nada, además creo que lo tengo que hacer.

Lea: ¿Por qué dices eso?, ¿qué has hecho Marc?

Marc: No te preocupes ahora por eso, vete a la cama a descansar que hay que despertarse muy pronto.

Lea: Lo sé, con lo que odio madrugar. Que descanses.

Me voy a la cama para estar un poco descansada.

Cuando suena la alarma no quiero levantarme. He dormido fatal dándole vueltas al viaje y lo que puede pasar.

Me pongo unos baqueros negros con una sudadera rosa y mis deportivas.

Me preparo un café para el viaje y empiezo a meter todo en el coche.

Media hora después ya estoy de camino al aeropuerto. Al llegar le mando un mensaje a Marc y me dice que lo espere en la puerta que está llegando. Hago lo que dice y empiezo a bajar las cosas. Cinco minutos después aparece mi mejor amigo con un par de maletas no muy grandes.

- Parece que te vas a mudar de país - me dice entre risas al verme con tanto equipaje y puede que tenga razón. Llevo dos maletas el doble de grandes que las suyas, una mochila para las cosas de mis perros y mi bolsa de mano.

- No es verdad, es solo que me gusta ir preparada por lo que pueda pasar.

Marc niega con la cabeza divertido pero no dice nada más. Entramos y yo empiezo a preparar los documentos de Milo y Kiko para luego ir con los míos. Saco el café y lo comparto con Marc.

- Está buenísimo - dice y se relame los labios - por cierto, tienes pinta de no haber dormido.

- Es que casi no he dormido - le digo concentrada en los papeles.

- Tienes que dejar de darle vueltas al asunto Lea, lo que tenga que pasar va a pasar por más vueltas que le des, intenta pensar en otra cosa - pienso en sus palabras y tiene razón así que olvidó ese tema y aparece otro.

- De acuerdo Marc, he dejado de pensar en eso, pero ahora pienso en otro problema.

- Es en serio Lea, cuando te he dicho que lo olvides eso para que pienses en algo más positivo como estar en la playa con un buen cóctel.

- Pero Marc, es que es un problema en el que no había reparado hasta ahora.

- A ver, cuéntamelo, ¿en qué te puedo ayudar para que te relajes?

- El caso es que ya hace unas semanas que le deje el caso de Enzo a la policía para que lo investigarán y todavía no tengo noticias - Marc me mira sin entender a dónde quiero llegar por lo que continúo - nunca habían tardado tanto en darme noticias.

- No sé Lea, cuando lleguemos a España llama para ver qué ha pasado, hasta entonces no puedes hacer nada.

- Tienes razón - le dije en un suspiro.

Seguimos preparando papeles, facturamos las maletas y hacemos el control de seguridad.

A las cuatro y media empiezan a llamar para subir al avión. Me pongo en pie para ir a la puerta de embarque pero veo que Marc no se levanta.

- Lea, ve yendo, en un momento voy yo - me dice y yo no puedo estar más sorprendida. Cuando voy a preguntar me interrumpe - no preguntes, confía en mí.

Le hago caso y voy hacia la puerta de embarque.

Cuando estoy en mi asiento pongo el móvil en modo avión y empiezo a mirar por la ventana.

Al notar movimiento a mi lado veo a Marc sentarse a mi lado.

- Por fin, ¿que estabas haci... - al ver a la persona que se sienta junto a Marc se me cortan las palabras.

- Hola enana, ¿sorprendida de verme aquí? - me pregunta Jake un poco burlón.

Decido ignorarlo y me giro hacia Marc.

- ¿Qué hace él aquí? - le pregunto en Español para que Jake no pueda entendernos.

- ¿Sentarse en su sitio para viajar? - me contesta haciéndose el tonto.

- Marc, ¿te mato ahora o cuando lleguemos? - le pregunto fulminándolo con la mirada.

- No serías capaz, si no estuviera yo ¿quién sacaría esa faceta de "Lea enfadada"? - me pregunta entre risas.

- Que conste que te odio.

- Sabes que me amas - me dice sacándome una pequeña sonrisa.

El avión empieza el despegue y tras una media hora de vuelo me quedo profundamente dormida.

Cuando empiezo a abrir los ojos noto que tengo la cabeza apoyada en el hombro de Marc. Me remuevo y me froto los ojos.

- Ya me gustaría dormir tanto como tu Lea - lo miro sin entender nada.

- Pero, ¿cuánto tiempo llevo dormida? - pregunto confusa.

- Unas siete horas - responde Jake que está con su celular.

Miro la hora y veo que tiene razón.

Todavía queda una hora y media y como no tengo nada que hacer, así que me pongo a ver una película en el móvil.

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora