Capítulo 17 El desayuno

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Lea

¿Sabéis de esos días en los que te levantas y piensas "No hay nada mejor que yo en el mundo"?, pues para mí, hoy es uno de esos días. Me siento perfecta. Además algo me dice que hoy voy a necesitar toda esta energía positiva.

El tiempo es inmejorable así que decido ir al bosque. Preparo un desayuno con frutas, dulces y un buen café con nata y vainilla. Me pongo un pantalón vaquero corto combinado con un top negro.

Acabo de preparar todo lo necesario y junto a Milo y Kiko salgo de casa.

El lugar al que me dirijo es difícil de encontrar por lo tanto es muy tranquilo. Es un pequeño claro en medio del bosque, está repleto de pequeñas florecillas y hay una cascada con un agua cristalina.

Estoy tan metida en mis pensamientos que cuando alguien me toca el hombro pego un grito que hace que mis perros vengan corriendo hasta donde estoy.

- Perdona, no quería asustarte - dice esa voz que conozco tan bien desde hace poco, Jake.

Levanto la mirada y mis ojos se conectan con los suyos.

Venga Lea, es solo un chico. Tú puedes con ello y con mucho más.

Mi conciencia tiene razón, es solo un chico guapo, con una sonrisa que podría derretir el polo norte, unos ojos verdes en los que te podrías perder... en fin solo un chico.

- No te preocupes - le digo y le dedico una pequeña sonrisa.

- ¿Qué haces tan pronto por aquí? - me pregunta.

- Me apetecía hacer algo diferente hoy - cojo aire y continúo - ¿y tú?

- Me apetecía dar una vuelta.

En un arranque de confianza en mí misma digo:

- Te apetece acompañarme - le pregunto.

- Claro - dice y me dedica la sonrisa más linda que he visto jamás.

Pude notar como me empezaba a sonrojar así que empecé a andar, él me siguió y después de unos minutos pregunta:

- ¿A dónde vamos?

- A un lugar secreto - le digo y me mira sorprendido - lo descubrí hace un tiempo y me gusta ir porque es un lugar que me transmite mucha tranquilidad.

Cuando llegamos, extiendo la manta y me siento, él me imita y yo saco el desayuno.

- ¿Lo has preparado tú? - pregunta y yo asiento mientras coloco un par de platos, cubiertos y servilletas.

Cuando acabamos de desayunar, seguimos hablando durante un largo rato. En el momento en que decidimos marcharnos, me ayuda a recoger todo y nos vamos.

De camino de vuelta me doy cuenta de que ya no me da tanta vergüenza hablar con él como ayer.

Al llegar a mi puerta se despide de mí con un beso en la mejilla que hace que me ponga roja como un tomate.

- Nos vemos pronto linda - me dice guiñando un ojo.

Apenas estoy dentro de casa cuando suelto un chillido como una adolescente.

En todo el día no he podido olvidarme de lo que ha pasado esta mañana y eso que lo he intentado todo, ver películas, leer, jugar con Milo y Kiko... pero nada funciona, así que decido escribir a Blake y Marc.

Lea: En diez minutos en mi casa, os tengo que contar algo.

Los dos respondieron de inmediato que ya vienen para aquí.

Cuando llegaron, empecé a hablarles sobre lo ocurrido.

- Os he escrito a los dos para contaros lo que me ha pasado y que cada uno me dé su punto de vista.

Les cuento todo lo que me pasó desde que me encontré a Jake hasta que nos despedimos.

Al acabar de contarlo Blake estaba muy emocionado

- Eso es increíble Lea, tiene que ser una señal del destino que os hayáis encontrado - me dijo super emocionado y yo no pude evitar que se me escapara una sonrisa tonta hasta que me di cuenta de un pequeño detalle, Marc estaba callado y concentrado como si estuviera analizando la situación y yo no pude evitar preguntar después de unos minutos.

- ¿Y tú qué opinas Marc? - él soltó un suspiró y dijo:

- Lea, Jake es mi mejor amigo pero tú eres como mi hermanita pequeña, entonces creo que tendrías que saber esto...

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora