Lea
Por la tarde me dirijo hacía el CAVC para ver qué va a hacer Enzo a partir de ahora.
Al llegar lo busco pero no lo encuentro por ningún lado, así que voy hasta su habitación. Llamo a la puerta y cuando lo escucho hablar entro.
Lo veo sentado en la mesa en la que estuvimos la última vez pero en vez de tener una expresión alegre me pareció ver frustración. Me acerqué a él y me senté a su lado.
- ¿Qué pasa? no te veo muy emocionado.
El silencio se alarga hasta que empieza a hablar.
- No sé qué hacer Lea, pensaba que después de que se demostrara que era inocente todo volvería más o menos a la normalidad, pero no.
- ¿Qué quieres decir?
- Ayer llamé a mis padres para contarles lo que había pasado y no los noté muy emocionados, supuse que era por la sorpresa inicial y les pregunté si podría volver a la manada de Sizon, ellos me dijeron que irían a hablar con el alfa ya que después de todo me habían echado. Una hora después me llamaron y me dijeron que no me iban a volver a aceptar en la manada porque, si la policía se había equivocado una vez, podían volver a hacerlo.
- ¿Y ellos no hicieron nada más? - él negó.
- Pero eso no es todo, estuve hablando un rato más con ellos y me di cuenta de que ellos tampoco me creían.
- Eso no puede ser, debiste de entenderlo mal - intento buscar una explicación pero cada vez me doy más cuenta de que es inútil.
- Ellos al final me lo confesaron cuando les pedí que nos viéramos. Estas fueron las palabras textuales que usaron "Hijo, lo sentimos mucho pero no nos sentimos seguros contigo. Un día eres inocente y al otro no, ¿quién nos puede asegurar que mañana no vuelvas a ser culpable?" - cuando acabó de contar esto, se le quebró la voz.
- Lo solucionaré, te lo juro - le susurré mientras lo abrazaba. Tras unos minutos así, se me ocurrió una idea. Me separé de él y mirándole a los ojos le dije -. Te he asegurado que lo solucionaré y así va a ser, ahora me tengo que ir.
Precipitadamente salí del centro y volví a Sunset.
Al llegar me dirigí velozmente a la casa de Tom y Candy, llamé a la puerta y me abrió Beca.
- La desaparecida - me dijo con una sonrisa.
- Lo siento mucho Beca, estos días están siendo caóticos, te aseguro que esta noche haremos lo que quieras pero ahora necesito hablar con tus abuelos
- Pues llegas justo a tiempo, tienen que irse en dos horas a tomar un tren ya que van a ir a ver a unos amigos. Y sobre lo de esta noche acepto encantada.
Al entrar mi amiga llamó a sus abuelos para que bajaran y ellos vinieron rápidamente.
- Lea, cielo, hacía mucho que no te veíamos - me dice sorprendida Candy - ¿qué necesitas?
- Me preguntaba si podría hablar un momento con vosotros, es algo importante.
- Claro, acompáñanos querida - me dijo y me guio hasta el salón. Nos acomodamos en unos sofás, ellos estaban en uno frente a mí.
- Necesito pediros un favor - ellos me miraron extrañados - necesito que aceptéis a un chico en la manada - entonces les conté toda la situación de Enzo desde los cargos por los que había sido inculpado hasta que se había demostrado que era inocente.
El silencio se alargó unos minutos en el que cada vez me ponía más nerviosa hasta que por fin Tom se decidió a hablar.
- Está bien, podrá formar parte de la manada.
- ¿Es en serio? - pregunté atónita ya que no tenía muchas esperanzas puestas en mi plan.
- Sí, me fío de ti Lea, siempre nos has demostrado que sabes lo que haces y confío en que esta vez también sea así - su explicación me emocionó por dentro - hay una casa vacía dos calles más abajo, puedes decirle que se instalé cuando quiera y que tras hacerlo, venga a vernos - dijo con una sonrisa y yo asentí.
- Muchas gracias, de veras, me tengo que ir pero me alegra mucho volver a veros - les dije y salí de la sala encontrándome con Beca.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó sorprendida porque casi me chocó con ella.
- Luego te lo cuento. Voy por unas cosas que necesito y en un par de horas estaré aquí - ella asintió y yo me fui a mi casa.
Al llegar me senté en el sofá y le escribí un mensaje a Enzo.
Lea: Prepara tus cosas, mañana iré a buscarte para traerte a tu nuevo hogar.
Antes de ir con Beca estuve jugando con Milo y Kiko en el patio.
Preparé ropa además de unas cosas que podía necesitar y me fui.
Llamé a la puerta y mi amiga me abrió. Fuimos a su habitación y ella me preguntó sobre lo que había pasado esta tarde con sus abuelos y yo le conté todo.
- Me da tanta pena Enzo, no se merece todo esto - le dije - pero bueno, ahora tendrá la oportunidad de volver a empezar. Además estoy segura de que os llevaréis muy bien.
- Yo también lo creo. A propósito, quiero que seas la primera en saberlo. Hoy he arreglado las cosas con mi hermano, cuando volvió a la hora de comer me hizo una encerrona y al final accedí a escucharlo, hablamos y él me contó lo que había pasado, al principio estuve muy molesta pero después lo entendí, sé que la decisión que tomó no fue la correcta pero entiendo el por qué lo hizo. Por último nos dimos un abrazo, el primero en mucho tiempo.
- Me alegro un montón - le dije con una gran sonrisa.
- Por cierto - dijo con una sonrisa malévola en la cara - ¿tú no sabrás dónde se metió mi hermano ayer por la noche y la mañana de hoy?
- ¿Yo, por qué debería saberlo? - pregunté en un tono más agudo de lo que pretendía y eso hizo que su sonrisa se ensanchara.
- No lo sé, tal vez porque ayer por la tarde volvió hecho una furia de hablar contigo y se encerró en su habitación, o también puede que sea porque ayer por la noche se levantó y salió de casa a toda prisa o no lo sé... - hizo una pequeña pausa - porque tienes un chupetón en el hombro - rápidamente bajé la mirada hacia este y ahí lo vi, parecía que me había picado un mosquito gigante del Amazonas.
Empecé a enrojecer y eso provocó que Beca empezara a reírse a carcajadas
- Lo voy a matar - susurré para mí pero Beca lo escuchó y eso avivó su risa mientras yo quería que la tierra me tragara.
- Ahora en serio - dijo cuando se empezó a calmar su risa - ¿ya te puedo considerar mi cuñadita?
- Beca, solo somos amigos que de vez en cuando hacen, bueno... cositas.
- Me da a mí que detrás de eso hay algo más - aparté la mirada dándole la razón.
- Es muy complicado... Además, él es tu hermano.
- Y tú eres mi mejor amiga, tú me ayudaste cuando más te necesitaba, has conseguido que vuelva a estar bien con Jake, yo también quiero ayudarte cuando lo necesites.
- Está bien pero que no salga de aquí - ella asintió - creo que me estoy empezando a enamorar de tu hermano, mejor dicho ya lo estoy.
- Háblalo con él - me sugirió pero yo negué con la cabeza.
- No puedo Beca, dijimos que nada de sentimientos, además estás segura de que lo que siento es unidireccional, yo lo siento pero él no.
- Pero no puedes estar segura, tal vez tú seas su Luna, pero mi hermano es tan cabezota que, aunque sienta que lo eres, lo va a intentar negar hasta que no aguante más - solté un largo suspiro y de repente me tensé.
- ¿No estará él en casa, no? porque como lo esté estoy segura de que nos habrá escuchado - pero al ver a Beca negar con la cabeza me relajé.
- Salió con Marc hace un buen rato - me tranquilizó.
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Mi destino
RomanceLea es una chica como cualquier otra que vive en un pueblecito en California. Ella desde la adolescencia se enamoró de la psiquiatría, al principio todos la apoyaron pero cuando llegó el momento se dio cuenta que estaba sola. Lea eligió cumplir su...