Lea
Estoy llegando al MHY mientras mi mente no deja de pensar en la conversación con la madre de Jake.
Por más vueltas que le des no vas a lograr nada Lea, estás bloqueada y necesitas relajarte. Las cosas cuando pasa un tiempo se suelen ver desde otro punto, creo que ya lo has comprobado en más de una ocasión.
Al llegar voy directamente al despacho del señor Meison. Cuando llamó a su puerta y la voz grave del directo me invita a entrar en el despacho.
- La estaba esperando señorita Vera, me alegro de tenerla aquí de nuevo.
- Lo mismo digo señor.
- Siéntese por favor - me insta con una sonrisa cordial - sé que será usted de gran ayuda.
- Antes de nada me gustaría aclararle que no le puedo asegurar que consiga resultados, no me gustaría que se llevará una decepción - le aclaro.
- No sé preocupe, se lo que conlleva este trabajo, no todos reaccionamos de la misma manera - al escuchar sus palabras me tranquilizó inconscientemente - dejando esto de lado te verás en el mismo sitio que lo hacías con Enzo. Había pensado que las sesiones fueran de unos cuarenta y cinco minutos durante 3 días a la semana, ¿qué le parece?
- Me gusta el horario, no creo que hagan falta más sesiones semanales y el tiempo me parece adecuado - le doy la razón.
- Si le parece podemos empezar ahora mismo - me ofrece.
- Venía con esa idea en mente. Por cierto, le aviso de que las grabaciones me han servido de mucho.
- Me alegra escuchar eso, tome esto - me entregó una tarjeta que reconocí al instante. Era la llave del ascensor.
Me despedí del señor Meison y salí para dirigirme al ascensor.
Cuando llegué abajo y las puertas se abrieron reconocí a los guardias de seguridad, eran Frank y Steve.
- Buenos días - saludé y pude notar el ambiente tenso. La última vez que estuve trabajando aquí las cosas quedaron un poco mal, no se tomaron muy bien que me encerrará yo sola con Enzo y en cierta parte lo entiendo - se que las cosas no quedaron muy bien la última vez - empiezo a hablar para intentar disolver está situación - entiendo que os molestará lo que pasó pero es como trabajo, me suelo guiar por el instinto y no lo voy a cambiar pero ahora la cosa es diferente. La chica a la que voy a ver si que es peligrosa y no me voy a quedar en una habitación a solas con ella por lo que si va a haber alguien protegiéndome necesito sentirme cómoda con esa persona - continué hablando mientras ellos me miraban atentamente - por lo que aceptó mi parte de culpa y os pido disculpas - ellos al principio no dijeron nada pero tras unos instantes Frank se decidió.
- Está bien, nosotros también lo sentimos, tu eres la experta y controlas sobre el tema - me sonrió ligeramente y yo le devolví el gesto.
- Resuelto eso, hay alguien que nos espera ahí dentro - dije refiriéndome a la sala en la que veía a Enzo. Empezamos a avanzar hasta que estuvimos dentro de la sala.
En la mesa había una chica con la cabeza gacha, el pelo lo tenía bastante largo y un poco despeinado, me di cuenta de que jugaba histéricamente con sus manos.
Me acerqué a la mesa y me senté enfrente de ella. Oí la puerta cerrarse, supe que eran Frank y Steve, la habían cerrado para dar un ambiente más tranquilo.
- Buenos días señorita Strauch, soy Lea Vera un placer conocerla - le dije con la voz tranquila y amigable. Ella seguía sin levantar la mirada - me gustaría saber cómo se encuentra o si necesita algo - una cosa que hay que hacer con este tipo de personas es ser muy respetuosa y no esperar resultados de primera - se que no me conoce, ni yo a usted por lo que puede preguntarme lo que sea.
- ¿Qué hace aquí? - preguntó imperceptiblemente.
- Vengo para que puedas tener a alguien con quien hablar - le respondí - pero para eso necesito que tú también colabores - no hable más, era ella quien tenía que decir si quería continuar o no.
- Está bien, ¿qué hago aquí? ¿por qué no estoy en casa con mis padres y mi hermano? - recordaba haber hablado con el comisario sobre sus pérdidas de memoria.
- Tus padres y tu hermano han tenido que irse durante un tiempo y tomaron la decisión de que aquí estarías mejor que tú sola - le mentí, si le decía que ella los había matado se iba a alterar y empezaría a negarlo histéricamente y lo único que conseguiría es que se cerrará en banda.
Y así estuvimos hablando un rato hasta que llegó la hora de irme.
Antes de ir a por mí coche pase por el despacho del señor Meison para informarle que la sesión había ido muy bien, además le dije que iría los lunes, martes y jueves de once a doce menos cuarto.
Cuando estaba abriendo la puerta de mi casa me llegó una llamada de un número desconocido. Dudosa descuelgo el móvil.
- Buenos días, ¿habló con la señorita Lea Vera? - una voz que se me hace muy conocida habla pero no la sé identificar.
- Así es, ¿con quien hablo?
- Soy Jacob Wilson, el padre de Jake.
- Señor Wilson, si va a hacer como su mujer y amenazarme, no tengo ganas de volver a oír lo mismo - le digo con voz cansada.
- No la llamo por eso, me gustaría hablar con usted.
- No tengo nada que hablar con usted, si su mujer quiere una respuesta dígale que necesito más tiempo, como comprenderá no es fácil tomar una decisión como esa.
- Mi mujer no sabe que estoy hablando con usted, creo que llevo años dejando que ella decida y actúe de una forma que no veo muy correcta y además me ha arrastrado a mi con ella. Le pido que nos veamos en unos días. Me gustaría hablar sobre algunos temas importantes.
- Temas sobre... - dejé la frase al aire para que él la completara. Soltó un suspiro pero finalmente la completó.
- Sobre mis hijos y sobre lo que dijo de mi mujer la otra noche, creo que hay una parte de su vida con la que me ha mentido.
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Mi destino
RomanceLea es una chica como cualquier otra que vive en un pueblecito en California. Ella desde la adolescencia se enamoró de la psiquiatría, al principio todos la apoyaron pero cuando llegó el momento se dio cuenta que estaba sola. Lea eligió cumplir su...