50.- Mi Final

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Eleanor's POV:

Recuerdo que hace un tiempo vi mi muerte, cuando estaba en el laboratorio de Eryx. Debí saberlo, tal vez no me atravesó una espada, pero fue tal cual...

De repente ya no tenía las correas en mis muñecas, y mis manos estaban en mi cabeza tratando de aliviar la tensión y los dolores, miré de reojo como las correas estaban arrancadas y en mi regazo se encontraba lo que sobraba.

Abrí los ojos y Kaled era sostenido por Eryx.

- ¡Eleanor! - gritó y yo sólo le miré entre lágrimas ya que el dolor me estremecía y las lágrimas se acumulaban en mis ojos.

Una punzada en mi pecho me hizo gemir de dolor, baje la mirada y vi como algo me había atravesado el pecho, sangre caía de mi boca y mi mirada se estaba oscureciendo.

Miré a Kaled gritar y soltarse de Eryx para correr a mí, tomó mí mano para consolarme.

- ¡Hey! ¡Hey! - me daba golpecitos en la mejilla para no perderme, pero era imposible. - Quédate conmigo ¿si?... - el dolor y el cansancio me obligó a dejar de luchar para rendirme. - ¡Eleanor! ¡No me dejes Eleanor! - se escuchó su voz a lo lejano.

La oscuridad me invadió para dejar de sentir dolor...

Las últimas palabras de Kaled, las llevaré conmigo siempre, a donde sea que vaya, o a donde no vaya. Pasamos tantos momentos juntos, me enseñó tantas cosas y no me arrepiento de escoger este destino. Si tuviera que elegir de nuevo, lo haría de esta manera, no quisiera que él pasara por esto, aparte tiene un mundo que lo necesita. Confío en lo que hará.

Estaba en la nada misma esperando mi veredicto, mi alma siempre le pertenecerá a él, aunque se vuelva nada, porque se lo prometí.

Y allí en medio del silencio, escuché una voz.

- ¡Idiotas! Son unos idiotas. - reconocía esa voz, pero no tuve tiempo para reaccionar. Apenas fue un pestañeo, pero la habitación cambió, estaba en el hospital. - ¿Y si no llegaba a tiempo?

Suspiró Eryx con frustración, pero nunca me había alegrado tanto de verlos.

- Pero lo hiciste.

Al hablar, la atención de todas las personas en la habitación recayó en mí, había sido bastante impactante verme sentada en la cama. Había pasado un tiempo desde que estuve en mi mundo.

Todos intentaron hablar a la vez, mi madre, Jaxon, Adriano y Eryx. Lamentablemente no tenía mucho tiempo, había regresado porque mi alma no puede morir, pero mi cuerpo sí. Tengo que explicarles antes de que sea tarde.

- Lo siento. - dije mientras apretaba la sábana entre mis manos. - Tomé decisiones que cambiaron un poco las cosas allá abajo.

- Está bien, sé que te encontraste con Asmodeo. - mi madre se acercó a tomar mis manos. - Fuiste muy valiente.

Sonreí tristemente al ver que la extrañaría, no sabía que me pasaría después de morir, pero me gustaría visitarla... me encantaría no tener que irme.

- Necesito pedirles un favor, cuiden de Abaddon. - les dije antes de comenzar a escupir sangre, ya habían llegado los síntomas a mi cuerpo.

- ¿Qué está pasando? - preguntó Jaxon. - ¿Por qué despertaste sin que Abaddon nos avisara? Y más importante ¿Por qué ahora dices que lo cuidemos?

Intenté respirar para explicarle, pero me costaba un poco tomar aire para hablar.

- Yo... morí.

Se quedaron paralizados hasta que llegaron varias enfermeras a sacarlos de la habitación para ayudarme, al menos logré despedirme, de cierta forma.

- Adiós.

Fue lo último que pude decir antes de que cerraran la puerta y la energía se me agotara de a poco.

- Señorita Eleanor, necesito que siga la luz ¿Puede hacerlo? Señorita... - las voces eran cada vez más distantes, no podía entender lo que decían. Estaba ocurriendo, estaba muriendo.

Empecé a recordar todos los momentos que pasamos juntos como si fuera una película, cuando nací y Kaled me sostenía en brazos delicadamente mientras mi madre se burlaba de él. Jugando a las escondidas, luego cuando crecí y tuvo que desaparecer, sabía que había olvidado algo, pero no sabía qué.

Imágenes de cuando crecí y las personas se alejaron de mi por la oscuridad que me rodeaba, pero fui feliz al conocer a la oscuridad que me había protegido todo ese tiempo. Su nombre, le había dado un nombre... Kaled.

Las personas que estuvieron durante toda mi vida, las extrañaré. Mi familia, mis primas, Adriano, Alouqua (aunque solo al final), Bianca, Eryx, Jaxon, Alala y Kaled...

Estaba lista para irme.

Sólo me dejé llevar a lo que se sintió como un profundo sueño.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora