34.- Hija de Asmodeo

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Eleanor's POV

Kaled le obligó a tirar la cuchilla de un golpe a la vez que intentaba alejarse de él rápidamente, pero lo volvió a agarrar.

Miraba la escena mareada.

Kaled...

Mi padre lo atrajo hacía él con más fuerza, provocando que Kaled ya no pueda soltarse.

Apreté mis manos en un puño queriendo golpear cualquier cosa, no se porque me seguía preocupando por alguien que igualmente me iba a traer aquí...

Pero.. ¿En su maldito plan estaba el enamorarme?

Mal nacido...

Los veo con odio mientras intentó diseñar un plan con Alala.

¿Y si lo dejamos?

¡No escuchaste! Si lo mata a él va a venir por ti.

¿Realmente hay que salvarlo?
Yo... me hizo y me quería hacer daño.

Deja el sentimentalismo de lado y enfocate en tener a más de tu lado para poder librarnos de mi padre.
Nuestro...

De hecho, es mío. Tu padre está en la Tierra, hay tantas cosas que debo contarte.

Ruedo los ojos para acercarme a ellos, sus miradas en mi, mis pasos lentos y decididos.

- Eleanor... lo mataré si no vienes conmigo. - dijo entre dientes mientras me mostraba como tenía la cuchilla puesta en el cuello de Kaled.

No quería ir con él, me estaría condenando al infierno mismo, aunque esté en el.

- No iré contigo. - dije con un semblante relajado. - Mátalo si quieres, yo me largo. - dije caminado lejos de ellos.

¿¡Qué estás haciendo!?

- Si eso es.. - lo interrumpi.

Me giré avergonzada.

- ¿No podemos llegar a un acuerdo..? - pregunté cuando Kaled casi fue degollado.

Clavó sus ojos en mí para sonreír, sabía que no lo dejaría a Kaled. Odio ser tan predecible, odio que esté un paso delante de mí.

- Iré contigo, pero dame tiempo.. - dije mordiendo mi labio intentando que esto funcione.

Él rió a carcajadas.

- Ya has tenido mucho tiempo, ya no te daré más. - dijo mientras volvía a jugar con la cuchilla en el cuello de Kaled. - No llegaremos a nada si sigues intentando convencerme.

Impotente, torpe e inútil.

Así me sentí en el momento que habló, no tenía posibilidades de salvarnos. Ni sabía cual sería mi siguiente movimiento, estaba perdida.

- Te quedas sin tiempo, se inteligente y acepta mi propuesta. - sonrió y yo le miré atenta. - Vendrán a mi castillo y como compensación Abaddon te entrenará y será tu protector. - una sonrisa malévola me dejó helada. - Pero no prometo su seguridad.

No podía aceptar eso, era cruel. Dejar la vida de Kaled en sus manos era un peligro, y dejar la mía era un encierro.

No quería aceptar ni la una ni la otra, necesitaba ayuda... que alguien nos ayude. Pero eso me haría una cobarde.

¿Éste es mi destino, no?

Me acerqué como si estuviera en piloto automático y ya no quedara nada de mí. Él sonrió extendiendo su mano hacía mí.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora