Demonio

29.- Trampa

Eleanor's POV:

Me eché para atrás con fuerza y no me pudo alcanzar a agarrar. Aproveché eso y me levanté para correr lejos de esa cosa.

- ¿¡Qué demonios es eso!? - grité.

- Es el guardián del limbo, estás tardando demasiado por lo que vino a apresurarte. - me dijo Gabriel mirando como corría de un lado a otro.

Alala me animaba a seguir corriendo y pues ni hablar de Kaled. Se estaba muriendo de risa, quise acercarme a pegarle su buen...

Levanté la mano como reflejo y Kaled salió volando, miré mi mano feliz. Enfrente al guardián con la mirada y al acercarse más a mí lo mandé a volar.

Celebre entre saltitos y gritos, todo gracias al idiota de Kaled.

- ¿Pero qué..? - dijo Kaled al verme feliz. - C-como...

Alala puso su mano en su hombro y le dijo algo por lo bajo y el asintió.

- ¡Dale una paliza Eleanor! - gritó Rebecca y giré sorprendida en busca del guardián.

Bajé mis manos y levantando la barbilla lo mire.

- Ya se que caminó elegiré. - dije y todos se quedaron en silencio, el guardian me miró y llegó asintió para desaparecer. - Joder que intenso... - dije y los miré.

La tensión estaba en el ambiente.
- ¿Y-ya sabes que caminó..? - preguntó Alala y asentí.

Caminé hacía Alala con seguridad y ella me sonrió, Kaled me miró asombrado y se acercó al límite.

- Sea cuál sea mi decisión, quiero que la apoyen. - dije mirando a Gabriel y luego a Kaled.

Gabriel asintió y Kaled asintió dudoso.

Respiré hondo, y me acerqué a mi oscuridad.

- Alala puedes volver conmigo. - dije y ella asintió para desaparecer. Sentí como ella estaba de nuevo en mí mente y satisfecha miré a Kaled.

Le sonreí dulcemente para decirle lo que tanto había querido escuchar.

- Te amo.. dilo. - dije y el sorprendido me miró. Te amo, aunque sea mentira, quiero que lo diga.

No se lo esperaba.

- ¿Qué... por..? - le detengo.

- Dilo, por favor.. - en ese momento las lágrima se agolparon en mis ojos.

Kaled me miró detenidamente para luego suspirar y sonreír.

- Te amo.

Y mí corazón explotó de felicidad, mi memoria recordará esté día siempre.

- Yo también te amo. - dije con lágrimas en los ojos y sonriendo.

Lo miré por una última vez, analizando cada centímetro de su rostro. Y huí, corrí hacía el camino que de verdad había escogido.

- ¡Eleanor! - me gritaba Kaled, pero no voy a retroceder ni un paso.

Al llegar con Gabriel y Rebecca miré por última vez a Kaled que seguía gritando mi nombre.

- Dijiste que me apoyabas con la decisión que tomara... - solloce.

- ¡Eleanor por favor! - gritó y dejé de mirarlo para elegir mi luz.

Una ráfaga de luz me cegó en el momento que iba a los brazos de Gabriel. Dejé de escuchar los gritos de Kaled y todo era silencio.

No sabía sí era por que tenía los ojos cerrados, o mi luz era está...