25.- La Verdad

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Mirando los dos caminos frente a mi, vi mejor quedarme donde estaba, pero Gabriel y Rebecca me miraban contentos mientras Kaled intentaba acercarse a mí.

Me senté en el suelo y observé mis alternativas, la perspectiva de cada uno.

Pero llegaba a la misma conclusión, y al verlo sólo podía suspirar y querer salir corriendo.
- Entonces.. - dije y centraron su atención en mi de nuevo. - Estoy muerta.

Kaled bajó la mirada mientras Gabriel y Rebecca se sentaban igual que yo en el suelo y asentían.

- No logré protegerte... - susurró Kaled y yo acerqué mi mano a su camino pero la regresé a mi regazo.

- De hecho moriste por vender tu alma a un demonio - habló Rebecca.

Frunci en ceño.

- Al invocarlo y estar al borde de la muerte el te llevo con él. - dijo Gabriel mirando de reojo a Kaled.

Eso era imposible, Kaled no haría eso verdad?

Yo aún tengo a mí familia ahí, y no sería capaz. Pero al mirarlo sólo vi como la verdad se revelaba.

- ¿Por qué..? - le pregunté pero el sólo se sostuvo la cabeza con las manos y maldijo varias veces. Volví a mirar a Rebecca y Gabriel. - Si vendí mi alma ¿Cómo puedo elegir entre la luz y oscuridad?

Gabriel sonrió.

- Buena pregunta. - dijo Rebecca. - Lo puedes hacer gracias al trato de un principio.

Volví a sentirme confundida.
No hay trato, nunca hicimos trato.

- Oh.. ¿no te lo dijo? - dijo Rebecca viendo a Kaled. - No me extraña viniendo de él...

Y aquí estamos, Kaled me mentía todo el tiempo, me ocultaba cosas y vienen mis amigos a sacarme esa venda.

- ¡Alala! - gritó Kaled y le miré sorprendida.

Entendido.

Alala tomó posesión de mi cuerpo y me obligó a correr hacia el camino de la oscuridad.

- ¿Pero que haces? - gritó Rebecca. - ¡Estás jugando sucio Demonio!

Al cruzar la línea para elegir a Kaled me detienen, giro para ver a Gabriel con unas grandes y hermosas alas blancas. Su tacto me quemaba por lo que me soltó.
Alala es mi decisión, no te metas.

Lo lamento, pero no puedo hacer lo que me dices Eleanor. - dijo para volver a retomar camino hacía Kaled.

Gabriel tomó mi brazo de nuevo y en un sólo movimiento volví a sentir mi cuerpo, lo miré y me sonrió para volver junto Rebecca.

- Punto para los ángeles! - celebró Rebecca.

No escuché su voz ni sentí que estaba ahí por lo que me atrevo a preguntar.

- ¿Qué le sucedió? - pregunté.

Gabriel me miró serio para dirigir la mirada hacía el camino oscuro, al hacerlo me veo a mi en el suelo.

- Está decisión es tuya, de nadie más. - miró serio a Kaled y puedo jurar que él está nervioso.

Al ver que Kaled ayuda a mi otro yo entiendo que es Alala, y ella sólo corre a la línea que nos separa para rogar que vaya con ella.

- ¡Por qué tanta insistencia! - lloró al momento en que veo que no puedo elegir a nadie. - Kaled me oculta cosas, y está en mi oscuridad. Mientras mis amigos y familia siempre han estado para mi... y están en mi luz.

- Eleanor... - dicen al unísono Alala junto con Gabriel.

Vuelvo a sentarme en el suelo para poner mis manos en mis oídos.

- Eleanor ven conmigo! - oigo a Kaled rogarme.

- ¡No lo hará mentiroso! - esa fue Rebecca.

- ¡Dejenla en paz! - pidió Gabriel.

- ¡Deberías dejarla en paz tu! - gritó Alala.

Y más gritos iguales, mi cabeza no podía con el dolor y mi corazón rogaba un poco de descanso a tantas impresiones y sorpresas.

Quería alejarme de ellos y pensar por mi cuenta, quería elegir sola.
Ya no creo poder elegir a Kaled con tanta facilidad que antes.

- ¡Cuéntale sobre su madre! - gritó Rebecca y ahí fue cuándo los miré.

Todos se quedaron en silencio al momento en que estaba frente a Kaled mirándolo serio.

- Si voy a decidir necesito saber toda la verdad. - le dije haciéndolo ver que si no me decía me iría por el otro camino.

Kaled intento tocarme pero no pudo.

- Eleanor yo.. - no tolere que se hiciera la víctima.

- ¡Cuéntame Abaddon! - le grité y él al escuchar su nombre bajo la mirada para asentir.

- Tú madre... hizo un trato... - lo escuchaba atenta. - Tu madre al estar embarazada de ti se enteró que... no podía tenerte ni tener hijos. - no entendía. - Por lo que tu no debiste nacer.

Abrí mis ojos en grande y me falto el aire... mi madre...

- Ella hizo un trato, tu vida por su alma. Pero no se aceptó eso, y tu madre desesperada pidió lo que sea.. - se detuvo y Rebecca habló.

- Tu madre renunció a Dios en el momento que vio que morías poco a poco... - Gabriel asintió.

Lloré y lloré al ver cómo mi madre deseaba tanto un hijo que... hizo esto. ¡Qué madre desesperada no iría al cielo o infierno por salvar a su bebé!

- ¿Cuál fue el trato? - pregunté y Kaled se hecho abajo y se mantuvo callado. - Abaddon, dime cuál fue el trato.

Todos en silencio.

- El trato fue..

Ya veía venir lo peor...

- Te salvaría pero...

No quería oírlo, pero necesitaba la verdad.

- La hija del Demonio mayor que hizo trato con ella...

Lo sabía...

- Se harían una...

Abrí los ojos en grande.

- Eso significa que... - me alejé y cayendo al suelo negué repetidamente.

Kaled asintió.

- Sus almas se hicieron una. - dijo Gabriel.

- Por lo que también eres un demonio. - finalizó Kaled.

N/A.

Después de un tiempo volví :3

Corto pero lleno de respuestas.

Los quiero

Nos vemos

Besitos

R&O

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora