30.- Papá.

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Eleanor's POV:

Rebecca estaba caminando junto Gabriel hablando sobre algún tema, mientras yo me quedé sentada abajo del árbol pensando en lo que hice.

Me sentía pérdida, alejada de todo... alejada de él.

- Es extraño.. - oí decir a Rebecca. - Ya deberíamos... - un estruendo en el lugar nos alertó a todos.

Me levanté mirando a todos lados, todo a nuestro alrededor comenzó a destruirse... todo es cómo esa vez.

" - Abaddon? - le pregunté, quería asegurarme en que estaba en lo correcto. Y me lo aseguró cuándo asintió con una pequeña sonrisa.

Iba a hablar de nuevo pero el lugar dónde estamos comenzó a desaparecer, Abaddon rápidamente tomó mi mano y habló.

- Escucha, prometo que haré lo que pueda para ayudarte, tu sólo tienes que decírmelo y lo haré. - me dijo y yo asentí lentamente. - Estás en peligro Eleanor... cuidate por favor.

Observé como soltó mi mano y se alejó desapareciendo, como todo a mi alrededor, sentí como el suelo debajo mis pies desaparecía y caía. "

Todo me recuerda a él.

- Corre! - gritó Rebecca tomando mi mano a la vez que aparecían unas blancas alas en su espalda cuándo dejé de sentir el suelo bajo mis pies.

Gabriel agarró mi otra mano para no dejarle todo el trabajo. Observé como todo caía y desaparecía en la completa oscuridad.

Levanté la mirada para ver como mis amigos estaban nerviosos, fue ahí cuándo me decidí a hablar.

- Ya había visto esto... - dije y Rebecca soltó mi mano.

- ¿Q-Qué? - nerviosa me miró.

Gabriel me agarró de la cintura para poder tener mejor agarre, lo que causó que me sonrojara al estar bastante cerca.

Gabriel sigue siendo el mismo chico guapo de siempre, amable y.. Gabriel.

- ¿¡Vamos a morir!? - gritó Rebecca pero yo negué.

- Cuándo caigamos allí. - señalé el vacío bajo nosotros. - Despertaremos.

¿Despertar de que?

- Del paraíso.

Rebecca miró asustada a Gabriel.

- Usa la piedra. - le ordenó Gabriel.

¿Piedra? ¿De que están hablando?

- Pe-pero... y tú..? - preguntó Rebecca ahora culpable de lo que le ordenan hacer.

- Me las arreglaré, vete. - dijo Gabriel mirando al vacío. - ¿Lista? - me preguntó y asentí para ver como Rebecca lloraba mientras tenía entre sus manos una piedra preciosa.

Si entendía lo que estaba presenciando, esa piedra era nuestro único boleto al paraíso...  y Gabriel se lo dejó a Rebecca.

Mientras descendía observe sorprendida como la piedra brillaba entre sus manos mientras ella decía algo, una luz cegadora inundó el lugar. Al volver a ver dónde estaba Rebecca... ya no la vi.

- ¿Por qué no te fuiste con ella? - lo miré.

- Por qué soy tu ángel - me sonrió. - Me quedaré a protegerte. - lo dijo tan normal... como si cuidara de una hermana.

Al no ver nada a mi alrededor por la oscuridad, supe que iba a despertar en cualquier momento. Y me preguntaba qué sería lo que vería al despertar.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora