39.- Presagio.

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Jaxon's POV

Detuve el auto entre toda la maleza del bosque al que entramos, al no ver personas cerca deduje que podíamos tener nuestra pasión al aire libre y gritarla a los cuatro vientos sin ser interrumpidos.

La miré desabrochar su cinturón de seguridad y acercarse a devorar mis labios con tanta necesidad que creí que llegaría al éxtasis con sólo su lengua.

Bajé mis besos a su cuello intentando quitarle aquella ridícula chaqueta que ahora le quedaba más grande de lo normal.

- Espera.. – dijo alejándome por los hombros, la miré confuso. – Algo más está con nosotros. – susurró mirando a todas partes, como si de acechar algo se tratase.

Abrió la puerta del auto y salió mirando hacía la copa de los árboles, no sabía que intentaba hacer hasta que escuché el estruendo.

Zoey atrapaba a un ente oscuro antes de matarlo rápidamente con una espada que apareció de repente. Me acerqué a ella saliendo del auto y escuché como los árboles se alborotaban y los pájaros salían volando despavoridos.

Nos pusimos de espaldas al otro protegiendo la retaguardia, esas cosas salían de todas partes, era como si hubieras interferido en su territorio. Sonreí y tomé su mano pasándole un cúmulo de energía igual que hice en el hospital.

- 24 y contando. – dijo y yo comencé a observar a todos los que salían, pero me encogí de hombros despreocupado antes de que se lancen atacantes.

Sacamos nuestras armas como naturalmente harían Ángeles y Demonios. Pero era como si algo nos impidiera usarlas al momento de invocarlas, mi arco no estaba en condiciones de ser utilizado a parte de venir sin flechas. Zoey decía que su espada estaba atascada en su cinturón.

Genial, lo que faltaba.

Zoey gritó fuertemente antes de empujarme y prevenir que me atacaran.

- ¿Por qué...? – pregunté pero me agarró de las manos alejandome de ellos.

- Demonio, Ángel… ¿Alguna idea? – dijo bastante irónica por lo que abrí la boca sorprendido por lo obvio. – No tenemos permitido luchar entre nosotros, o eso es lo que creen. No estamos en territorio para sacar nuestras armas... – dijo pero pareció detenerse al recordar algo.

Mientras ella se entretuvo pensando en alguna idea me encargué de luchar con esas cosas para mantener distancia, no era difícil matarlas, lo difícil era matar a todos ellos. Son demasiados para un simple ángel protector y un demonio tan fabuloso como yo.

- Toma distancia. – la escuché decir antes de correr hacía el lago cerca del bosque.

Se sumergió en el agua antes de que la agarraran, todos se detuvieron.

– Odian el agua… -  dije al ver que no se acercaban a ella, y corrí a hacer lo mismo.

Al tirarme ella comenzó a reírse de que esas cosas se evaporan al tocar el agua, quizás porque es una señal sagrada o simplemente no se llevan con esta.

Se fueron alejando pero Zoey salió del agua y extendiendo las manos al cielo recitó algo que al pasar los segundos distorsiona el cielo y unos rayos caen por montones. Salí del agua y admire como se desvanecían al ser atravesados por el rayo.

- El cielo no tiene misericordia para los que están perdidos en la oscuridad absoluta. – oía que decía mientras cada vez habían menos.

La agarré de los hombros y la besé queriendo sentir el poder que la azotaba en ese momento, fue glorioso notar como deseó compartirlo conmigo.

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora