32.- ¡Elige!

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Kaled's POV:

Estaba ahí, frente a él.

No se lo podía creer, Eleanor nunca lo había dejado.

Pero... si ella estaba ahí, debía significar algo.

Observaba como hablaban, él tenía un aspecto relajado mientras Eleanor seguía en guardia.

Las expresiones que ponía su jefe, la manera en que Eleanor respondía. Todo me parecía alucinante, hasta que él me vio.

Eleanor se deslizó justamente detrás de él preparada para atacar..

¿Qué está haciendo?

Hasta que con una rostro aterrorizado ella miró a todos lados, y fue en ese momento que me acerqué.

Y ella posó sus ojos en mí.

- Kaled.. - susurró sorprendida, me contuve de ir a socorrerla para ir con su padre, mi jefe.

- Abaddon.. - dijo él para tomarme del hombro con fuerza. - ¿Por qué demoraron tanto? ¿Por qué la dejaste ir a la luz? - me exigió respuestas.

Pero yo miré a Eleanor pidiendo perdón de lo que diría.

- Demoramos porque no fue fácil hacerla reconocer su oscuridad, por eso mismo eligió su luz. - lo miré serio al decir lo que dije.

Eleanor detrás de mí ponía una mano en su pecho mientras respiraba rápidamente.

- Maldito bastardo.. - susurró. - Te salvaste.. - se detuvo para mirarla. - No.. - se mantuvo rígido.

Y la vi, tenia la mirada perdida y con una mano en el corazón intentaba calmarse.

- ¿Se enamoró de ti? - dijo en tono de burla y ella me miró.

Quería correr y abrazarla, sacarla de aquí y dejar de fingir. Pero ya estamos aquí, no podemos hacer nada...

- Y aún no reconoce su oscuridad... - lo miré confundido y él me agarró del brazo para mandarme a volar a quien sabe dónde.

Mi cuerpo chocó con alguna ruina que me dejó adolorido. Salí de ahí observando la situación detenidamente, él quería que ella reconozca su oscuridad.. y que mejor manera que hacerla ver el dolor de quién... quiere.

Salte al suelo y Eleanor miraba todo horrorizada, cayó al suelo con las manos en la cabeza mientras pedía de favor que me dejará en paz.

Me volvió a golpear dejándome en el suelo herido. Y siguió, un golpe tras otro.

- ¡Basta! ¡DÉJALO MALDICIÓN! - gritó haciendo que temblará todo el lugar.

Y así fue, él se detuvo para ver como su hija se levantaba con la rabia ardiendo en sus llorosos ojos, apretó el puño para ver como se volvían negros de repente.

De un salto ya estuvo encima de nosotros, y con una rapidez impresionante dio giros en el aire para agarrar potencia para la patada que daría. Pero él logró agarrar su pierna y tirarla al suelo.

No se rindió y se acercó a pelear, pero cada golpe que daba era bloqueado por él con facilidad.

- Admito que eres una buena oponente. - dijo y Alala logró darle un golpe el la mandíbula. - Pero no lo suficiente, te falta entrenar mucho más si quieres enfrentarte conmigo. - dijo mientras con una mano la tenía del cuello y la ahorcaba.

Ella luchaba para que la suelte pero era inútil, hasta que sus ojos se despejaron de oscuridad dejando a Eleanor inconsciente en sus brazos.

Él la dejó en el suelo y se giro para mirarme.

- No soy alguien fácil de matar idiota.. - su voz me dejó asombrado ¿Aún sigue en pie?

Al regresar la mirada a ella la vi de pie mirando a su padre.

- ¡Bravo! - aplaudió. - Eres fuerte,  igual que tu padre.

Ella hizo una mueca a la vez que sus rodillas temblaban un poco.

Le quería decir que se detenga, que no se exija más.

Ella corrió hacía nosotros y él se preparó para agarrarla, y cuándo saltó.... desapareció.

Miré hacía todos los lugares pero no la vi, no estaba allí.

- Primera regla, no pierdas a tu objetivo de vista. - su voz provino detrás de él, la miré atacarlo pero él la esquivó.

- Segunda regla, no des indicios de tu paradero. - dijo para darle un golpe dirigido al pecho, pero ella lo esquivó y doblando su muñeca lo mandó abajo.

Quitó el cabello que le molestaba de la cara y dijo.

- Tercera regla, no subestimes a tu oponente. - se acercó a mí al verlo levantarse del suelo.

El rostro de su padre era un porma, mientras Alala caminaba hacía mí como si nada.

- ¡Esto se puso interesante! - sonrió y Alala se detuvo.

- Déjanos ir.

Él rió abiertamente.

- Eso no será posible, eres mi hija y vendrás conmigo. - dijo para acercarse a ella y agarrarla de los hombros. - Eres fuerte y eso me enorgullece. - me miró y sonrió como si todo fuera gracias a mí.

Pero Alala con fastidio bajo el hombro haciendo que la mano de él cayera.

- No me podría importa menos lo que digas... - dijo molesta. - Quiero que nos dejes ir, ahora. - pasaba mi mirada de él a ella.

Y fue en ese instante que me di cuenta que quien estaba hablando no era Alala, era Eleanor.

- Después de verte en acción, quería hacer las cosas a las buenas... - dijo pero Eleanor se mantuvo firme a su decisión. - Entonces, será a las malas.

Fue tan rápido que no sabía a dónde fue hasta que Eleanor miró detrás mío asustada. Sentí su mano hacer mi cabeza hacía atrás para sentir la punta de una cuchilla en mi cuello.

Ella intentó acercarse pero él la detuvo.

- Elije, se quedan o los mato. - nos amenazó.

Ella pasó su mirada entre nosotros confundida, y lo entendía.

Otra vez le tocaba elegir...

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora