Eleanor's POV
Me agarré el cabello en una cola para que no moleste, con un pantalón y una camiseta negra daba por asentado que estaba lista.
- Señorita Eleanor los zapatos. - dijo Cinco que estaba arreglando la cama.
Miré mis pies enfundados en medias y agradecí a Cinco.
- Ya te dije que sólo Eleanor. - le dije pasando junto a ella para agarrar los zapatos. - ¿Puedes conseguirme más ropa como la que te mencioné? - le pregunté amarrando los cordones.
No me gustaba llevar todo el tiempo vestido, era incómodo e innecesario o al menos para mí.
Cinco asintió para moverse de un lado a otro ordenando y limpiando.
- Se le hace tarde, el señor Abaddon debe estar esperando. - dijo arreglando el armario.
Salté del sofá y agradeciendo de nuevo corrí hacía el jardín de ayer.
Me sentía emocionada de por fin entrenar, estuve soñando toda la noche con lo que pasaría esta mañana. Cinco me despertó con el desayuno y me dejó la ropa que Kaled le había pedido que me diera.
Él estaba en todo, y no sólo hoy. Anoche no pude dejar de pensar en él, me sentía una chiquilla enamorada por primera vez.
Era un sentimiento bonito, pero uno que no quería volver a sentir o al menos hacía él.
Bajé las escaleras trotando y en el último escalón di un salto, corrí al jardín y lo encontré ahí estirando.
- ¡Buenos días! - le dije acercándome, él me miro y sonrió.
- Buenos días, se te ve llena de energía. - dijo viéndome de pies a cabeza.
Asentí dando pequeños saltitos en el mismo lugar.
- Estoy lista. - le afirmé decidida.
Debi imaginar que sí quería luchar como lo hace Alala o Kaled primero había que comenzar con lo básico.
Me mató haciendo ejercicio por todo el jardín.
- ¡No te detengas! - escuché que me gritaba de nuevo.
Corrí más rápido pensando que si lograba pasar éste día al siguiente me enseñaría lo que realmente quería aprender.
Pero al pasar los días eran los mismos ejercicios sin cambios, caía agotada al final del día más decepcionada que otra cosa. Lo que provocaba que mis ánimos de los primeros días bajaran a ser cansancio y aburrimiento, pero Kaled seguía con la misma rutina semana por semana.
Y así fuimos dos semanas seguidas sin parar.
- ¿Hoy que haremos? - le pregunté al llegar al jardín, tenía la pequeña esperanza de que hoy después de dos semanas haríamos algo diferente.
Pero él se cruzó de brazos.
- Lo de siempre. - dijo caminando a la mesa por las cosas.
Casi me da un tic en el ojo.
- ¿Acaso estoy gorda? - le pregunto y se volteó a verme confundido. - ¿O no me vez capaz de aprender rápido?
Suspiro para acercarse a mí, pero ya me lo esperaba.
- Necesitas estar en forma para tener la resistencia de luchar. - dijo y yo moví los labios diciendo lo mismo.
Ya me lo había dicho varias veces en estos días, y juré que si me lo volvía a decir lo golpearia.
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Demonio
FantasíaLo peor que te puede pasar es que un demonio se enamore de ti... Nunca te dejará en paz... Y Eleanor sabe como se siente eso.